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De Adeo a la NBA, un pibe que no tiene techo

No era un secreto que Nicolás Brussino iba a jugar en la liga norteamericana, cualquiera que lo haya visto jugar podría haberlo pronosticado. Sí es sorpresa la velocidad y la forma en la que llega: directamente desde la Liga Nacional.


No era un secreto que Nicolás Brussino iba a jugar en la NBA, cualquiera que lo haya visto jugar podría haberlo pronosticado. Sí es sorpresa la velocidad y la forma en la que llega; joven y directamente desde la Liga Nacional. La “experiencia europea” muchas veces le brinda armas a los jugadores FIBA para llegar más preparados al mundo NBA.

Este leproso formado en Adeo sabe de desafíos, como cuando desde muy chico asumió que debía dar el salto para crecer. San Martín de Marcos Juárez en el TNA con Mariano Aguilar de DT fue su plataforma de presentación para los que supieron ver. Esa fue parte de la “colimba” de este pibe humilde, educado, producto de una familia encantadora y apasionada por el básquet.

Sus hazañas (junto a las de su hermano Juani) le trajeron a Cañada éxitos repetidos en los Provinciales de Santa Fe. Ahora varios podrán contar que perdieron contra un NBA. Y con la camiseta de Santa Fe se desvivió por jugar siempre, en cada una de las categorías. El techo no se veía, siempre fue en aumento, con su tiro, su capacidad atlética y su visión de juego.

Regatas Corrientes se lo mostró a la Liga A, la selección lo puso en el radar, y en Peñarol terminó de explotar.

En el Argentino de 2012, en Chaco, el entrenador Pablo D’Angelo aseguró en una nota: “Nico parece serbio, hay que disfrutarlo porque va a jugar en la NBA”. No fue el único, y menos todavía de allí en más cuando sus pasos se hicieron “mediáticos” y lo descubrió el mundo del básquet grande, el que no bucea en las divisiones menores.

Era cuestión de tiempo y el futuro llegó. A las puertas de concretar su sueño olímpico, Nico Brussino comienza a forjar su destino en la mejor liga del mundo.

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