Rafael Crocinelli fue un cuerpo que no importa, un cuerpo excluido de un sistema perverso que trata a las personas como mercancías. En un momento de su vida de futbolista dijo basta, ya que el sistema lo había agotado. Estudió Comunicación Social, se graduó en la Universidad de La Plata y tras años de investigación escribió “Cuerpos que (no) importan”, un producto de su experiencia en las divisiones inferiores de Sarmiento de Junín y Everton de La Plata.
Con más de veinte entrevistas a jugadores profesionales y amateurs, y entrenadores el libro busca poner en escena las masculinidades hegemónicas que imperan en el fútbol profesional, las formas de moldear y construir cuerpos que se adaptan al fútbol moderno y la pregunta clave: ¿qué pasa con los que son excluidos?
“Fue comenzar a repensar un montón de cosas. Cuando uno está inmerso en el alto rendimiento vive de una forma y cuando esa burbuja se pincha se cambia todo”, dice en contacto con El Hincha.
Sobre la selección de las personas que se convirtieron en objeto de estudio, Rafael cuenta que jugar en Everton y pertenecer a una empresa de representantes de La Plata lo llevó a conocer a muchos chicos que jugaban en el Pincha.
“Yo era mucho de analizar la biografía deportiva de los chicos y los de Estudiantes me hacían mucha referencia al biotipo. Y eso me despertó la curiosidad. En el último año de la Licenciatura de Comunicación, le trasladé la consulta a un docente que me abrió los ojos. Lo que yo quería conocer eran las significaciones y los sentidos que giraban a la palabra biotipo y así se construyó el esquema del libro”, explicó.
El libro, que comenzó con preguntas genéricas a amigos y conocidos que le había dado el fútbol, se fue profundizando en “la materialización de mi transición de futbolista a investigador”. “Me valí de ese lugar de doble inscripción para darle una voz tanto a los futbolistas que logran trascender, siendo profesionales, como aquellos que no. Es el resultado de un arduo trabajo y visibiliza una forma de ser jugador en el siglo XXI”, contó Crocelli.
Uno de los ejes centrales que aparecen en el libro es la idea de “biotipos”. Sobre eso, el autor contó que el término lo escuchó hablando con jugadores que habían pasado por Estudiantes de La Plata. “Los jugadores no sabían específicamente a qué hacían referencia y reproducían de alguna forma el discurso que utilizaban los entrenadores para diferenciar a quienes iban a ser profesionales y cumplían con ese biotipo, que son las características que se esperan en un cuerpo en función a la posición que ocupan en la cancha. Indican determinada especificidad en torno al juego y claro, el discurso biopolítico va a variar según la institución”, expresó el autor.
Y la pregunta es ¿qué pasa con esos cuerpos que no importan? Crocinelli hace hincapié en la formación de jugadores de manera integral. “Según una estadística del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), del ciento por ciento de jugadores que se inician en Novena División, tan solo entre un 2 y 3% logran convertirse en profesionales. Ese porcentaje expulsado son cuerpos descartados, lo que pasa con el club es que se desentiende. Uno cae en una especie de precipicio, no está preparado, no hay un plan B. En mi caso fue la familia, pero es muy doloroso. “No te necesitamos más, gracias por lo que hiciste”, uno no está preparado para eso y para convivir con la frustración que genera no cumplir con los objetivos. El discurso de meritocracia es brutal. El futbolista es visto como un producto, porque se busca un negocio, se busca comercializar. De alguna forma se forman “animales de alto rendimiento” y no deportistas de forma integral”, explicó.
Con el análisis de las entrevistas, el autor reflexionó sobre la “forma de ser varón” que tiene el fútbol. “Los chicos me contaban que cuando quedaban libres no querían llorar delante de sus pares o entrenadores para ‘no ser débiles’. Un ejemplo de las muchas instancias que aprendemos a no reproducir. Y ojo: no solo a quienes entrevisté. Cuando fui jugador de Sarmiento y me dijeron que me daban a préstamo a otro equipo de menor jerarquía, recuerdo que también aguanté las lágrimas hasta estar fuera del club para no demostrar dolor. A través de este libro, miro retrospectivamente y quiero contribuir desde ese lugar: sacar esa mochila y presiones que nos impone el fútbol profesional”, detalló.
El libro, que contó con la financiación del Ministerio de Cultura de la Nación a través de una beca del Fondo Nacional de las Artes, y fue editado y diseñado por “Malisia”, una editorial de la ciudad de La Plata, busca según palabras del autor “ser útil para otros futbolistas o formadores de futuros profesionales para empezar a cambiar la mirada que se tiene sobre los cuerpos y repensar el fútbol que se quiere construir, o re construir”.
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