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Cuba se abre a las inversiones

La Asamblea Nacional sancionó una nueva normativa que establece garantías de no expropiación, y flexibiliza condiciones para la radicación de capitales foráneos, con lo que espera el crecimiento económico de la isla caribeña.


La Asamblea Nacional (parlamento) cubana sancionó ayer por unanimidad la nueva ley de Inversiones Extranjeras, que establece garantías y flexibiliza condiciones a la radicación de capitales foráneos, con el fin de acelerar el crecimiento de la economía de la isla.

La ley, que forma parte de un amplio programa de reformas económicas y sociales que el gobierno de La Habana viene implementando desde 2008, prohíbe la expropiación de las empresas que se instalen en el país, salvo decisiones extraordinarias del gobierno, y garantiza la libre transferencia al exterior de las utilidades en moneda libremente convertible, según informaron las agencias de noticias Prensa Latina, Ansa, EFE y DPA.

La apertura hacia el capital extranjero estará dada en todos los sectores de la economía cubana, a excepción de los de salud, educación, instituciones militares y medios de comunicación.

La norma, que entrará en vigencia en 90 días, prevé la eximición del pago de impuestos en algunos casos y permite las operaciones de empresas mixtas, sociedades y asociaciones económicas entre el Estado cubano y los capitales privados extranjeros.

El vicepresidente, Marino Murillo, aclaró que en todos los casos habrá participación estatal con el fin de ejercer las regulaciones necesarias, aunque explicó que “se prevé” la transmisión total de objetivos económicos a empresas foráneas “con carácter excepcional, si resultara útil y necesario”.

El ministro de Comercio Exterior e Inversiones Extranjeras, Rodrigo Malmierca, precisó que la nueva ley no impide que los cubanos emigrados inviertan en la isla pero advirtió que “Cuba no irá a buscar inversión extranjera a Miami”.

El instrumento, que reemplaza a la ley vigente desde hace 20 años, busca impulsar “el desarrollo” de la economía cubana que avanza a “bajo ritmo”, un ejemplo de que es necesario el financiamiento externo, según explicó Murillo, quien consideró que “una inversión extranjera bien hecha no significa regalar el país”. Según el vicepresidente, con la reforma, la isla aspira a conseguir hasta 2.500 millones de dólares al año en inversiones directas del extranjero.

En una reunión de los diputados celebrada anteayer, Malmierca había advertido que si la economía cubana no crece a niveles de alrededor del 7 por ciento, y si no se acumula entre el 25 y 30 por ciento para hacer inversiones, el país no se podrá desarrollar. “Para que eso ocurra necesitamos entre 2.000 y 2.500 millones de dólares en inversiones extranjeras cada año y para que vengan hay que darles incentivo”, adelantó.

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