Policiales

En el microcentro

Cuatro joyeros rosarinos fueron asesinados en las últimas dos décadas

El crimen del dueño de la joyería de Mendoza al 900 de este jueves santo se sumó a los tres ataques fatales que sufrieron los propietarios de locales del microcentro. Todos se dedicaban a la compra y venta de oro y en las investigaciones nunca quedó en claro si el móvil principal fue el robo


El último de los crímenes ocurrió este jueves por la mañana en el interior del local de Mendoza al 900. Foto: Franco Trovato Fuoco.

En dos décadas se registraron cuatro asesinatos de dueños de joyerías en el sector céntrico donde prolifera este tipo de comercio. Todos los crímenes tuvieron la característica de que las víctimas compraban y vendían oro y en las investigaciones nunca terminó de quedar claro si los ataques fatales tuvieron como principal objetivo el robo. El último caso fue el de Miguel Ángel Gómez, dueño de la joyería Nefertiti, ultimado este jueves.

A pesar de que era jueves santo, Miguel Ángel había ido a atender su negocio como siempre. Pasado el mediodía, su hija pasó a visitarlo por el local de Mendoza al 900 y se encontró con la puerta cerrada, las luces prendidas y el auto en la cochera. Eso le llamó la atención, describieron vecinos a este diario cuando se conoció, ya pasadas las 12, que en el interior del local estaba su propietario muerto.

La joven se comunicó con la Policía y llamó a un cerrajero para abrir la puerta. En una de las habitaciones encontró a Miguel Ángel. Estaba boca abajo, inmóvil. En el lugar se presentó el personal del Sies y tras constatar que se encontraba sin vida, dejaron la escena a la espera del médico forense y los investigadores.

El fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos Adrián Spelta confirmó que Miguel Ángel había fallecido en forma violenta, como consecuencia de un corte en el cuello. Agregó que en el interior de la joyería no vieron el desorden característico de un robo y confió que presumen que quien cometió el crimen era un conocido de la víctima, ya que no había signos de que hubiera habido una pelea.

“Una persona ingresó a las 11.20 y se retiró cerca del mediodía. De las declaraciones que se lograron recolectar el encuentro con esta persona fue amigable, ya que hubo un saludo. Media hora más tarde se retiró”, describió el fiscal para agregar que no descartaba ninguna hipótesis y estaba a la espera de las imágenes de cámaras de videovigilancia para detectar más detalles del sospechoso.

En adelante la investigación del caso quedará a cargo de la fiscal Marisol Fabbro, informaron voceros de prensa del Ministerio Público de la Acusación (MPA).

Miguel Ángel ya había sufrido más de media docenas de robos entre asaltos y escruches con anterioridad pero la última vez que fue nombrado en las crónicas policiales no fue como víctima. El 1° de agosto de 2017, fue condenado a tres años de prisión condicional en un juicio abreviado por ser considerado el reducidor de los objetos sustraídos por la denominada la Banda del Palier.

Esta organización delictiva fue acusada de al menos 28 golpes en departamentos del centro cometidos en 2015. Para la Justicia, el rol de Miguel Ángel era facilitar su negocio para colocar joyas robadas a cambio de un porcentaje.

Los otros tres casos

El 17 de mayo de 2011, Enrique Ariosti, de 70 años, murió tras agonizar once días después de haber sido baleado en un estacionamiento de Mendoza al 1000 (a metros de su joyería), por un atacante que le robó un maletín en el que, supuestamente, había 150 mil pesos. Ese día, la víctima, que estaba acompañada de su nieto, forcejeó con el asaltante y recibió un tiro en el abdomen. El ladrón escapó en moto. En 2014, el sospechoso por el crimen fue detenido.

Ariosti se había visto envuelto en episodios poco claros a lo largo de su vida. En 2001 fue detenido acusado de perseguir a los tiros a supuestos ladrones en el frente de su local, Tiffany, de Mendoza y Sarmiento, con el saldo de dos peatones heridos de bala.

Ese mismo local, según su dueño, fue blanco de boqueteros que se llevaron medio millón dólares en mercadería y alhajas, en 2005, pero la investigación demostró que, en realidad, el boquete había sido hecho de adentro hacia afuera. Dos años después, Ariosti denunció que le habían robado 50 mil pesos que llevaba en un maletín, después de golpearlo, en el barrio porteño de Palermo.

Dos años antes del crimen de Ariosti, el 5 de noviembre de 2009, fue asesinado de un tiro en la frente Guillermo Martignani. Su cuerpo fue hallado detrás del mostrador de su local de Maipú 1093. Aunque la caja fuerte estaba abierta, sólo se constató el faltante de un paño con dijes de oro y 1.000 pesos. El resto, intacto.

En la tarde del 8 de febrero de 2001 Sergio Moliné recibió un disparo fatal dentro de su negocio de Maipú 966. Una camioneta color celeste con dos hombres jóvenes había estacionado frente al negocio. Uno de los ocupantes bajó, entró al local y le disparó a quemarropa en el abdomen. Móvil de robo, tabuló la Policía el ataque, aunque nunca quedó claro si faltaron elementos del local.

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