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Fisherton

Cuatro galgos, un aeropuerto parado y ninguna liebre

Un albañil salió de cacería con sus perros, que se metieron en la pista de aterrizaje. Pasó dos días preso.


Jonatan es albañil, tiene 26 años y cuatro galgos. Hasta ayer estuvo privado de la libertad por un insólito incidente que el lunes a la tarde movilizó a la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Había salido a cazar liebres con sus perros que en un momento se desviaron a toda velocidad por una de las pistas de aterrizaje del aeropuerto de Fisherton. El joven los siguió al trote e intentó detenerlos sin éxito. Los cinco terminaron presos. El albañil en la sede de la PSA y los galgos en el Imusa. Más insólita fue la imputación del Ministerio Público de la Acusación que ayer pidió 60 días de prisión preventiva y tampoco tuvo éxito. El juez ordenó su inmediata libertad luego de acatar el planteo de la Defensoría Pública sobre la atipicidad de la conducta y el derroche de recursos del Estado por un hecho que no tuvo intencionalidad.

La audiencia imputativa tuvo lugar a las diez de ayer en los tribunales provinciales. La fiscal Ana Julia Milicic acusó a Jonatan B. de los delitos de entorpecimiento contra la seguridad del tránsito y de los medios de trasporte y comunicaciones y entorpecimiento de transporte y servicios. Tras enumerar la evidencia en su contra solicitó 60 días de prisión preventiva para el detenido, que fue patrocinado por la defensora pública Adriana Lucero.

A su turno, la Defensa del acusado dijo encontrarse “sorprendida” por el delito que la Fiscalía intentó atribuirle al albañil ya que esa figura legal requiere “dolo”, es decir, intencionalidad. En ese sentido rechazó la imputación, calificó el hecho como “atípico” y pidió la inmediata libertad de su defendido. También expresó en la audiencia su repudio a que le Ministerio Público de Acusación “dilapide los recursos del Estado, que son escasos”, con este tipo de “conductas excesivas”.

Durante la audiencia de ayer también se escuchó la voz del acusado, un joven albañil de 26 años que vive en Funes. Según relató, el lunes a la tarde salió a cazar liebres con sus galgos, sin armas. Los perros ingresaron a la pista del aeropuerto internacional de Rosario Islas Malvinas justo cuando estaba por despegar un avión. Refirió que no se dio cuenta de su imprudencia y que no tuvo ninguna mala intención.

Desde la Defensoría Pública dijeron que el incidente, que fue divisado desde la torre de control, demoró 20 minutos la actividad del aeropuerto, que debió reprogramar un vuelo. No obstante, manifestaron su conformidad con la decisión del juez Héctor Núñez Cartele, quien entendió que se trató de una conducta atípica y ordenó la libertad. “El tipo penal que utilizó la Fiscalía prevé que la persona que entorpezca el tránsito tenga una intención, una conducta dolosa. Y en este caso no se veía reflejada ninguna intención”, aseguraron.

Los perros que ocasionaron el incidente corrieron la misma suerte que su dueño y tras pasar una temporada amarga en el Imusa fueron entregados a la familia del albañil.

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