Política

Símbolo de los derechos humanos

Cuatro décadas atrás, las Madres de Plaza de Mayo realizaban su última ronda en dictadura

El jueves 8 de diciembre de 1983, unas 25 mil personas marcharon hasta el Congreso para ratificar el reclamo de aparición con vida de los desaparecidos y castigo a los culpables del terrorismo de Estado


Cuatro décadas atrás, cuando el radical Raúl Alfonsín contaba las horas que restaban para asumir al frente de la Casa Rosada y el gobierno militar vivía sus minutos finales, las Madres de Plaza de Mayo realizaron su última ronda en dictadura, con un amplio respaldo en la calle y una marcha al Congreso.

El 8 de diciembre de 1983 fue jueves, día en que aquel grupo de mujeres se reunía para dar vueltas alrededor de la Pirámide de Mayo y reclamar la aparición con vida de sus hijos desaparecidos por los grupos de tarea de la represión.

Con banderas, pancartas y fotos, las Madres hicieron la tradicional ronda, pero también avanzaron algunos metros hacia la Casa Rosada: frente al vallado policial montado sobre la entonces circulable calle Balcarce, ratificaron su reclamo.

“Ahora, ahora, resulta indispensable, aparición con vida y castigo a los culpables”, entonaron las mujeres que con sus blancos pañuelos en sus cabezas se convirtieron en símbolo de los derechos humanos y lucha contra la dictadura.

Una de las líderes de ese grupo era la platense Hebe de Bonafini, quien encabezó la protesta: “Es muy importante este último jueves de la dictadura que ensangrentó al país durante estos últimos años y lo convirtieron en un gran campo de concentración. Esta marcha, acompañada por miles y miles de personas y que empezó hace casi siete años con sólo catorce mujeres, ha alcanzado la concientización del país”.

Pero no estuvieron sólo las Madres en aquella ocasión, sino que representantes de las juventudes de distintos espacios políticos se acercaron para expresar su apoyo, a falta de 48 horas para lo que sería el regreso de la democracia con la asunción de Alfonsín.

También hubo dirigentes políticos, como el docente y referente socialista Alfredo Bravo, quien reclamó “justicia, responsabilidad y castigo a los culpables”.

“Esto no puede volverse a repetir en el país y hay que dar un ejemplo: un acto ejemplificador que sirva como punto de referencia para toda la marcha institucional del país. Los desaparecidos tienen que aparecer y hay que castigar a los culpables. Ésto es, en conclusión, el deseo de la gente en esta manifestación”, añadió el fundador de CTERA, quien había sido secuestrado y torturado por la dictadura.

Unas 25 mil personas acompañaron a las Madres de Plaza de Mayo en su movilización desde la Casa Rosada hasta el Congreso, en lo que fue la despedida en las calles a los militares.

 

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