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Cuando Gameboy cambió el concepto de entretenimiento

Hace 25 años Nintendo lanzó al mercado la consola de juego que marcó para siempre a toda una generación.


sociedad-dentroCuando el 21 de abril de 1989 vio la luz el primer Gameboy, muchos no dudaron en mostrar su escepticismo ante el lanzamiento. ¿Qué tenía de especial esa caja gris? Apenas podía elegirse un juego, en el que había que apilar figuras geométricas unas sobre otras. Nada de otro mundo.

Que ese aparato más bien horrendo invadiría las habitaciones de los niños en todo el mundo era algo que pocos creían. Uno de ellos era Hiroshi Yamauchi, jefe de la compañía japonesa Nintendo, que fabricaba barajas de naipes. Ya a comienzos de los 80, este empresario comenzó a dar sus primeros pasos en el mercado de las consolas y lanzó la primera. Era cosa de tiempo para que su jefe de desarrollo, Gunpei Yokoi, diera con la consola portátil.

El Gameboy original tenía gráficos pixelados que corrían en tonos grises por sobre un fondo verde-pardusco. La pantalla no era nada del otro mundo. El control de los movimientos se realizaba por medio de unos mandos en forma de cruz y con dos botones de tonalidad cereza, lo único que daba color a esa caja gris. Era, en verdad, un aparato antiestético, pero al alcance del bolsillo.

En Europa unos 80 euros de la actualidad. Se vendieron casi 120 millones de Gameboys de la primera y de la segunda generación. En 1990, Nintendo casi copaba el mercado. Según cifras propias de la firma, en Estados Unidos eran dueños del 93 por ciento del total de ventas. El 7 por ciento restante se lo repartía la competencia: Sega, NEC y Atari. Estas compañías intentaron atacar al Gameboy en su flanco más débil: la calidad gráfica. Pero para los usuarios, más importante que el número de pixeles, era el precio.

 El fin del aburrimiento

Rápidamente el pequeño aparato se volvió un indispensable de la vida diaria. Daba igual si uno estaba en el patio de la escuela, la parada de autobús o en el asiento trasero del auto de papá, camino a las vacaciones. Había nacido una nueva forma de invertir el tiempo y el aburrimiento fue combatido y derrotado gracias a juegos como Tetris, Pokemon y Súper Mario.

Tantos millones de niños y adolescentes en todo el mundo hablando y jugando sobre el aparato en cuestión llevó a muchos padres a la desesperación y el hartazgo. Incluso la prensa miraba a esa maravilla gris con cierto recelo. Así lo muestra, por ejemplo, la edición de mayo de 1991 del semanario alemán >Die Zeit>, que describió al Gameboy como un “demonio personal” y decía no comprender “el inexplicable éxito de ese videojuego portátil”. Aparecieron también los expertos en adicciones, consultados sobre las consecuencias de jugar Tetris todo el día, hasta el punto de soñar con los cuadrados que se encajan a la perfección.

Nuevos héroes de infancia

Sin prestar mayor atención a las críticas, Nintendo siguió con su negocio. Muchas versiones de juegos que antes solamente corrían en las consolas gigantes de las salas de videojuegos ahora llegaron en versión Gameboy. Eran pequeños casetes que podían transportarse fácilmente en los bolsillos. Muy populares fueron propuestas como “Jump’n’Run”, en donde las figuras saltaban como si practicaran Art Parcours. Personajes como Súper Mario, Pokemon y Donkey Kong se convirtieron en héroes de la infancia, como Superman.

Había juegos de acción, juegos de habilidades y también de lucha. Con los años llegaron al mercado alrededor de 450 juegos de Gameboy. Y con el tiempo llegaron también nuevos y más trabajados Gameboys.

A mediados de los 90 hubo una “edición especial” con carcasas de diferentes colores o incluso transparentes, que dejaban al desnudo los circuitos y tableros de la consola. Ésta también se fue perfeccionando: más rápida, más colorida, más pequeña, con mejor resolución, pantalla de más colores.

En 2005 salió al mercado el último modelo de la serie Gameboy. Nintendo se hizo competencia a sí misma con la nueva generación de videojuegos portátiles, los Nintendo DS.

 Gameboy vs. Smartphone

Han pasado ya 25 años desde que ese desarrollo, esa magia de la técnica, llegó al día a día. Mucho tiempo ya. Desde entonces la mitad del planeta tiene a su alcance smartphones y tablets con pantallas táctiles, llenas de colores, de enorme resolución y nitidez impensables hace 25 años. Otras creaciones han aparecido, como las Apps, los llamados “emuladores”, que permiten poner en el smartphones los juegos del pasado para los nostálgicos del Gameboy. El tiempo pasa, claro, pero siempre es agradable tener nuevamente los recuerdos al alcance de la mano.

Sin embargo, hay una enorme comunidad que se mantiene hasta hoy leal al verdadero Gameboy. Hay sitios webs e innumerables canales de Youtube, como “Let’s Plays”, donde el usuario puede comentar los juegos. Especialmente dedicados son los creadores del sitio Gameboyland, donde los fanáticos pueden compartir sus experiencias. Sus avatares son figuras groseramente pixeladas y el sitio está construido sobre la base de cuatro tonalidades de gris. Un detalle para los más fanáticos: los archivos con audios de los clásicos. Quien los escucha, siente insoportables ganas de tomar el smartphone de su hijo, ponerle baterías y ver si todavía puede jugar con las Tortugas Ninja.

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