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Cuando el dogma “habla”

Otro Testigo de Jehová que no aceptó someterse a una transfusión de sangre falleció en un hospital local. La Justicia resolvió que debía respetarse su decisión “tal como lo establecen las leyes actuales”.

La Justicia tuvo en sus manos otro caso de un Testigo de Jehová, de 67 años, que no aceptó someterse a una transfusión de sangre –tal como lo establece su dogma– y que terminó falleciendo ayer a la madrugada a causa de un grave cuadro de salud. La persona que profesa esa religión había dejado por escrito y firmado su decisión de no ser sometido a un tratamiento de esas características en caso de necesitarlo. Esto hizo que el departamento legal del sanatorio Julio Corso, donde estaba internado, realizará las denuncias pertinentes que llegaron a los Tribunales provinciales donde tuvieron que resolver esta compleja situación. Luego de evaluar el tema y realizar las investigaciones pertinentes, el Juzgado de Instrucción 6ª decidió que debía ser respetado lo decidido por el enfermo “tal como lo establece la legislación actual”. Hace menos de dos meses otro caso de similares características, pero envuelto de polémica, se vivió en el Heca (ver recuadro).

La jueza Raquel Cosgaya, explicó que “el caso se judicializa a través de una presentación que hace el representante legal del sanatorio Julio Corso en la seccional 6ª, que es la que corresponde. A partir de ahí se empieza a trabajar sobre la existencia o no de consentimientos porque este señor había estado internado desde el mes de marzo. Él tenía firmado que en caso de tener que ser transfundido no aceptaba por motivos religiosos y también convalidaban ese consentimiento su mujer y su hija”, destacó.

“El problema se suscita cuando aparece una hermana y una prima en el día de ayer (anteayer) oponiéndose al consentimiento. Igual en estos casos prevalece, estaba escrito y firmado, la voluntad de la persona que tiene que recibir la transfusión. La legislación señala que esto debe respetarse. Apartándonos un poco de lo que es el criterio jurídico y un poco de la experiencia, de ver dictámenes médicos y demás, este señor estaba ya al día de ayer (anteayer) en estado muy crítico”, añadió.

Más adelante, Cosgaya dijo que esta clase de casos no son de “moneda corriente” en los Tribunales. “Yo no tengo una estadística pero no son muchos los casos como estos que se presentan por lo menos cuando uno está de turno. Habría que hacer un estudio de campo y ver cuántos casos similares ingresan en el resto de los juzgados. Hubo una serie de llamados, de localizar a personas, de localizar al médico que lo atendió, pero bueno, se terminó resolviendo”, indicó.

Por su parte, Alejandro Ocampo, que es Testigo de Jehová y coordinador del Comité de Enlace entre esa religión y los hospitales, subrayó que esa fe acepta “todo lo que ofrece la ciencia médica” para aclarar que “por concepciones religiosas, puntualmente nosotros no aceptamos introducir sangre en nuestro cuerpo. Hay una objeción basada en la Biblia que dice «absténganse de sangre»”, explicó.

“Cada uno toma su decisión, nosotros no influimos como consejeros sobre la decisión que tome otro. Estamos simplemente para colaborar y destrabar una situación. En este caso, la enfermedad de base era grave. A veces se asocia estrictamente un deceso con la no transfusión. En realidad la ciencia médica está plagada de mucha incertidumbre y no siempre es fácil establecer una respuesta cierta”, prosiguió.

“Aquí en la Argentina hay una ley sancionada hace un año, la 25.529, donde se establece con claridad que el paciente tiene derecho a rechazar un tratamiento médico y ese rechazo no puede ser anulado por ningún tercero, ni familiar del rango que sea. Si el paciente está consciente se le pide conformidad y él puede rechazar y eso queda en la historia clínica. Si el paciente está inconsciente y tiene una declaración previa, ya sea un instrumento privado o una directiva certificada por un escribano o un instrumento público que se lo hace por escritura, eso puede llegar a hacer valer su postura”, concluyó.

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