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Cuadros y humor en honor a personajes del Bicentenario

Se inaugura la muestra que revela algunas etapas de la historia argentina con un toque de ironía.

sociedad

Por: Luciana Sosa

A tan sólo días de celebrarse el Bicentenario de la Revolución de Mayo la ciudad se viste de celeste y blanco en una muestra alusiva que tiene un toque de ironía e historia con La junta de Mayo. La exposición se presentará esta noche a las 20 en la Biblioteca Argentina Dr. Juan Álvarez (pasaje Juan Álvarez 1550) y se podrá visitar hasta el 5 de junio, de lunes a viernes de 8 a 20 y los sábados de 9 a 13.

A través de la no figuración, la caricatura política o la contundencia de la instalación y del objeto, Mariana Buchín, Rubén Echagüe, Marita Guimpel, Gabriel Ippóliti y Eduardo Piccione plantean el debate sobre cómo conciliar la persistencia de una historia heredada, con la posibilidad de abordar el futuro sin el lastre de viejos preconceptos, en un ámbito adulto, de tolerancia y libertad.

Rubén Echagüe coordina la muestra y es el curador de la exposición, y dijo que sintió “como un desafío” estar “en la misa y en la procesión”, además de trabajar con la temática conmemorativa de los 200 años de la Revolución de Mayo. El artista explicó a El Ciudadano que la selección de los artistas se basó en la trayectoria de cada uno de ellos y se les dio la temática del Bicentenario. “Esta vez no era tema libre”, dijo el curador. “El bicentenario es la identidad de la muestra, y cada uno de los cinco artistas hemos basado nuestra producción en esta temática, dejando de lado las cuestiones trabajadas hasta ahora para poner nuestros rasgos, nuestras herramientas, al servicio de la fecha patria”, comentó. Echagüe también adujo haberse divertido mucho en la elaboración  de sus trabajos y aclaró que la muestra tiene un toque irónico importante, para así desestructurar las piezas artísticas y hacerlas populares.

“Los artistas han tenido distintas actitudes sobre el eje de la muestra, algunos están muy apegados a su producción habitual y otros lo sienten, como yo, como un desafío. Esto te estimula, hay un juego, una dialéctica donde adaptar el propio lenguaje. El resultado, te lo aseguro, es muy bueno”, confió.

A su vez, ahondó sobre el objetivo de la propuesta. “La idea de este grupo no fue consolidar tabúes sino reflexionar sobre ellos, sustituyendo su aceptación pasiva por una reelaboración crítica que ha sido encarada desde la abstracción, la sátira, el humor gráfico y, por qué no, los mitos infantiles, que tanto condicionan nuestro accionar futuro”, explicó al artista y curador.

Por su parte, Marita Guimpel sale de los trazos de colores y aporta a esta muestra una instalación con identidad propia.

“Mi trabajo fue concebido desde el punto de vista tradicional. Es una instalación partiendo de premisas interesantes como los cuadernos de la escuela primaria. Es un trabajo que llevo tiempo realizando y estudiando y fue expuesto en varias muestras, pero para esta, la del Bicentenario, debía tener un toque especial”, comentó la mujer.

La obra de Guimpel estará compuesta de una instalación de mesa con un libro de artista y fotografías de sus cuadernos Gloria que acompañaron sus estudios primarios y la historia argentina, tal cual la fue conociendo frente a los pizarrones negros de aquellos años. “Me interesa que la gente deje de utilizar sólo el sentido de la vista en una muestra, que interactúe con el artista, o por lo menos con la meta del artista: su obra”, dijo.

También señaló que los mismos cuadernos que utilizó de niña “hoy son todo un entramado histórico en honor al Bicentenario”. Y agregó: “Trato de que cada instalación sea diferente y estos elementos utilizados en la Biblioteca ameritan ese paso de los años de una escuela primaria pública y gratuita. Hoy parece una fusión extraña, pero está bueno que a quien se acerque a la muestra le despierten recuerdos, se identifiquen con «mi» historia”.

Sobre la infinidad de propuestas en el marco de la celebración del Bicentenario, Marita Guimpel expresó que para ella es “una gran fiesta patriota, una celebración como todo cumpleaños, pero repleto de historia nacional y personal”.

“Entre tantas actividades, se puede ver que la fecha se ha tomado de distintas maneras. Algunos tienen conciencia de la importancia de 200 años de historia, otros se dejan llevar por la fecha en sí, sin involucrarse. Este 25 de mayo debemos celebrar lo que somos, con orgullo y con fuerzas para mejorar la historia”, sostuvo.

En tanto, Echagüe tomó la expresión artística como una manera de interpretar la historia, sobre todo para esta muestra. “El objetivo ha sido encarar el tema del Bicentenario desde una óptica desacartonada, sin comprometernos con los tabúes establecidos y poner en tela de juicio a los distintos personajes que conocimos en la escuela. Este toque de ironía que reina en muchos de los trabajos expuestos corresponde con un sector bastante amplio del arte contemporáneo. Este tipo de información histórica no habría que aceptarla masivamente, sino recrearla, reconsiderarla, y el arte es una herramienta ideal para ello”, sostuvo.

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