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“Cuaderno de V”, una autoficción conmovedora, asfixiante y luminosa

La escritora rosarina Virginia Ducler cuenta los abusos sexuales sufridos cuando era niña por parte de su padre. Dice que fue una narración visceral y que sin la literatura, a la que considera más importante que la vida, y la escucha social de estos últimos tiempos, no hubiera podido


Pau Turina / Especial para El Ciudadano

 

“No basta tampoco tener recuerdos, hay que saber olvidarlos si son muchos y con gran paciencia esperar hasta que vuelvan”, escribe Virginia Ducler en su novela Cuaderno de V editada recientemente por Mansalva.

Virginia es escritora, licenciada en Letras, publicó su primer libro en formato digital <Los zapatos del ahorcado< en 2014 por <Revólver< y <El sol< por editorial Casagrande en 2015. Cuaderno de V es una novela por momentos asfixiante pero al mismo tiempo luminosa, en donde relata los abusos sexuales sufridos de pequeña por parte de su padre y la violencia que este ejercía sobre su familia. En 2016 Virginia, junto a uno de sus hermanos, Federico, luego de que ambos recordaran, hablaron con su progenitor que negó los hechos y la demandó por calumnias e injurias. Después la escritora publicó este libro. En marzo de este año hubo una audiencia conciliatoria, sobre la que Virginia dice que le bastó, ya que en esa instancia pudo, por primera vez en su vida, hablar media hora de corrido sin que su padre tuviera la posibilidad de callarla.

 

Escrito con el cuerpo

“Escribir toca el cuerpo por esencia”, dice el filósofo francés Jean-Luc Nancy y en <Cuaderno de V< pareciera que las palabras tocan el cuerpo, es una experiencia corporal. “Esta novela es un texto escrito visceralmente, con el cuerpo, con los intestinos, con los ovarios, con todo. Ese verano fue un infierno. Escribía desde lo más profundo de mi cuerpo, fue un proceso tremendo. En la literatura me interesa el cómo más que el qué se dice, que tiene que ver con la forma, la manera en la que se narra, no sólo lo que se está contando”, dice la autora.

 

Más importante que la vida

A Virginia le encanta hablar de literatura. En algún punto, para ella es más importante que la vida. “La literatura me salvó, poder transformar la vida en literatura, hacerla pasar por ahí para que no duela tanto. En general estos temas se centran en el escándalo: “¡¿Tu padre abusó de vos?!”, aunque creo que este libro es inseparable de la vida, es un ir y venir de la literatura a la vida. Creo que el surgimiento de los recuerdos se fueron dando juntos con la novela, fueron de la mano, la escritura con el recordar. Fue rarísimo. Estaba escribiendo y se me venían recuerdos”, expresa. El libro está dividido en tres sueños. Sobre la decisión de dividir el libro de esta manera la autora explica: “El primero es un sueño que tuve en 2013, casi nunca recuerdo mis sueños, fue muy raro. Me gustó ese recuerdo para arrancar la novela porque creo que ahí está todo: está el padre con camisa, que es la muerte, la madre que saca manchas. Además, escribir es como soñar, porque en la literatura operan los mismos mecanismos que en los sueños, que son la metáfora y metonimia, es decir condensación y desplazamiento. Por eso tengo la libertad de colocarle a una vecina las palabras de una tía porque ese es el código de la ficción”.

 

Un pacto

Virginia escribe en cuadernos Arte de espiral, que muchas veces después tira. Le gusta pensar que se preparó toda su vida para poder escribir este libro. El que primero recordó fue su hermano, con el que tuvo largas charlas. “Sabía que alguien me había violado pero había negado el cuándo, el quién, el cómo. Era muy chica, pero nadie me creía cuando lo decía. Eso fue tremendo, porque cuando me acordé que el que venía a la noche era mi papá se lo fui a decir a mi mamá pero ella me decía que me callara, que cómo iba a decir eso de mi papá. Me acuerdo que me senté en un cantero que había en la planta baja y pensé que cuando fuera grande se lo iba a decir a todo el mundo. Me imaginé que lo iba a imprimir muchas veces y que lo iba a repartir. En ese momento no sabía ni que existían editoriales. Ahí hice un pacto conmigo que después quedó en el olvido y que apareció muchos años después. Esa cuestión de ser escritora, que me venía tan fuerte y no sabía de dónde venía, era de ahí, cuando estaba escribiendo esta novela llegué a esa conclusión, que era así, que me convertí en escritora para poder escribir esto”, cuenta.

 

La escucha instalada

Mientras habla, Virginia ceba mates, mira el patio de su casa, hace pausas, como si contar su historia y que haya alguien que la escuche, la tranquilizara. “Es muy importante la escucha social. Y pienso que sin este contexto no es que no podría haber hablado, creo que ni siquiera podría haber recordado. Aunque no consumo muchos medios de comunicación, es algo que circula todo el tiempo. La escucha está instalada y ayuda muchísimo. Saber que podés hablar y que van a creerte, para mí eso tiene una fuerza tremenda”, señala. En Cuaderno de V también aparece el tango, el río, el kayak, como una manera de reconectarse con otras actividades. Como una manera de salir de la oscuridad y empezar a vivir de otra manera. “Me pone muy contenta que se haya transmitido eso, creo que esa parte de la novela es sanadora. No fue consciente, no es que dije: ‘Voy a transmitir un mensaje’, porque para mí el arte por sí mismo no tiene que transmitir un mensaje a priori. Si el mensaje está es porque es inherente a la literatura. Hice muchas cosas para sobrevivir, di batalla, desde chica. Y no me siento víctima. En la novela me meto en la cabeza de esa nena, para ver qué hizo, entonces la nena se desdobla y descubre que puede hacer reír y de ese modo respira también. Se genera una adulta interior que era muy severa. Descubrí de chica que podía escribir y que era lo más parecido a la libertad. Y de hecho, lo era, porque pude liberar toda esa oscuridad con esta novela”, reflexiona. Virginia no concibe su vida sin escribir.

 

Sentimientos contradictorios

El pasado dos de agosto, la agrupación feminista Palabra Colectiva sacó un comunicado expresando su solidaridad con la escritora debido a la causa que su padre había comenzado contra ella. Pero hace unas semanas, su padre falleció y la causa llegó a su fin. Virginia transita este duelo con sentimientos contradictorios y asegura: “Descubrí que la muerte de un padre abusador también se llora”. Actualmente está escribiendo la segunda parte de <Cuadernos de V< que tendrá un formato de no ficción. <Cuadernos de V<, el primero, del que se habla en esta nota, se presentará el próximo 29 de noviembre en la Biblioteca Argentina.

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