A una semana del repiqueteo de las cacerolas en Capital Federal y los principales centros urbanos del país con excepción de la mayoría del conurbano bonaerense, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se refirió al tema y planteó a los sectores medios de la sociedad que otros argentinos con menos suerte también son poseedores del derecho “a llegar a ese nivel” y “a tener una casa”.
Recordó que durante la segunda oleada inmigratoria que recibió el país, los extranjeros provenientes de distintos países de Europa “bajaron de los barcos muertos de hambre” y sin embargo ahora algunos de sus hijos y nietos “parecen descendientes de los Romanoff”.
“Observo como que los argentinos, o una parte de ellos, tuvieran desprecio hacia determinados sectores sociales que no han podido crecer o tener mejores ingresos”, sostuvo la presidenta en relación con las protestas de la semana pasada, a las que no mencionó directamente, en las que se cruzaron diversas demandas y variadas miradas sobre la situación del país.
“Lo que tienen que entender los que llegaron a un determinado nivel económico, los que ya son clase media, media alta o alta, es que también los que todavía no llegaron tienen el derecho a aspirar a ser de esa clase media, y por qué no alta” y “a tener su casa”, abundó la mandataria durante un acto enla Casade Gobierno.
Envidia interclase
Algunas de las críticas que se oyeron durante los cacerolazos porteños apuntaron, justamente, contra el plan Procrear de viviendas, que permite en algunos casos acceder a un terreno y vivienda y en otros a esta última a los sectores de menores recursos, pero que pueden pagar un crédito.
“La verdad es que escucho algunos comentarios acerca de la localización de barrios y pienso que algunos se creen miembros de la dinastía Romanoff”, reafirmó Cristina, en un acto en el Museo del Bicentenario.
En ese sentido, la mandataria nacional expresó: “Si recorremos nuestra historia en lo que fue la primera oleada (inmigratoria que recibióla Argentina) no había ningún noble, era toda gente que no tenía ninguna oportunidad en España y en sus orígenes eran contrabandistas, hace 200 años”.
“Y la segunda oleada –historizó la presidenta–, de la mayoría de los que estamos acá, de los inmigrantes, bajó de los barcos muertos de hambre, buscando un destino mejor”.
La mandataria se puso como ejemplo del ascenso social que brindó la argentina del siglo XX. “Muchos hemos tenido suerte; la hija de un colectivero ha llegado dos veces a ser presidenta dela Nacióny casada con un presidente”, dijo.
En esa dirección, recordó “el lema de los norteamericanos, que cualquiera puede ser presidente”, e insistió que “cuando algunos hablan parecen que fueran descendientes de los Romanoff”.
El justicialista
Al volver sobre la necesidad de la gente de acceder a una vivienda, la presidenta Cristina Fernández dijo que se “necesita de la inteligencia y de la solidaridad de todos para poder construir viviendas”.
“Y por qué hablo de la solidaridad y me sonrío un poquito y miro hacia la izquierda, porque trascendió en los últimos días que en Ezeiza hay barrios hermosos; el justicialista uno y el justicialista dos, ya que los construyó el general (Juan) Perón hace muchísimo tiempo”.
“Ahora bien –apuntó Cristina– se han convertido en dos barrios espectaculares muy lindos; ahora se los llama uno y dos, porque a algunos les da cosita vivir en el justicialista uno”.
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