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Cristina sorprendió: evalúa derogar impuesto al cheque

Lo dijo en el almuerzo con gobernadores afines, frente al reclamo opositor de coparticiparlo en su totalidad.

Una foto entre compañeros. “No hubo quejas”, dijeron desde la Casa Rosada.
Una foto entre compañeros. “No hubo quejas”, dijeron desde la Casa Rosada.

Cortar por lo sano. La presidenta Cristina Fernández les dijo a los gobernadores afines a la gestión nacional con los que se reunió ayer que analiza derogar el llamado impuesto al cheque, centro de una nueva disputa con las provincias bajo gestión opositora que reclaman su coparticipación “total” y al que la jefa del Estado ahora tildó de “distorsivo”.

La sorpresa surgió durante el encuentro que la mandataria mantuvo en la residencia presidencial de Olivos con los gobernadores políticamente cercanos a la Casa Rosada, en una primera ronda de invitaciones que continuará el martes próximo con los jefes de provincias “no oficialistas” (ver página 8)

El ministro del Interior, Florencio Randazzo, y el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, confirmaron por separado que durante el encuentro se analizó como una de las posibilidades futuras la derogación del impuesto al cheque “teniendo en cuenta las variables de la economía”. En ese sentido, el titular de la cartera política señaló al retirarse de Olivos que “se habló de la derogación futura ya que es un impuesto distorsivo”. También, adelantó que se coincidió en armar una comisión para discutir la coparticipación de impuestos, que todavía está basada en una ley de 1998 y en posteriores pactos fiscales que la retocaron al vaivén de las coyunturas políticas pero sin conseguir plasmar un régimen consensuado y perdurable en el tiempo.

“Los gobernadores pidieron que el gobierno siga manteniendo la política de estabilidad macroeconómica”, y no hubo –como era previsible dado el posicionamiento político de los invitados– “enojados, sino comprometidos y agradecidos”, describió el encuentro Randazzo.

Por su parte, Capitanich elogió el convite, diseñado luego de la anunciada embestida parlamentaria por la coparticipación total –del 15 por ciento actual que la Nación distribuye a los distritos al 50 por ciento– del impuesto al cheque, lo que representaría una torta extra aproximada de entre 8 y 10 mil millones de pesos anuales para las provincias. “Fue muy positivo, todos hablamos y planteamos nuestros puntos de vista y nos comprometimos a seguir trabajando en la coparticipación y el próximo presupuesto nacional a presentar el 30 de septiembre”, dijo el chaqueño. Y de paso apuntó contra la oposición, a la que recriminó plantear “iniciativas sin responsabilidad que están fuera del Presupuesto aprobado” para este año.

Del almuerzo participaron Randazzo, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, los ministros de Economía, Amado Boudou; y de Industria y Turismo, Débora Giorgi. También estuvieron los secretarios General de la Presidencia, Oscar Parrilli, y de Legal y Técnica, Carlos Zanini.

Los presentes, todos amigos.

Los gobernadores que asistieron al almuerzo fueron Capitanich, el bonaerense Daniel Scioli, el mendocino Celso Jaque, el sanjuanino José Luis Gioja, el jujeño Walter Barrionuevo, el misionero Mauricio Cross, el santacruceño Daniel Peralta, el neuquino Jorge Sapag, el formoseño Gildo Infrán, el salteño Juan Manuel Urtubey, el entrerriano Sergio Daniel Urribarri, el tucumano José Alperovich, el pampeano Oscar Jorge, el cordobés Juan Schiaretti, el catamarqueño Eduardo Brizuela de Moral, el riojano Beder Herrera y el santiagueño Gerardo Zamora.

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