Con el promocionado Pacto Social en el freezer, la presidente Cristina de Kirchner volvió a pedir a los empresarios y sindicatos que eviten caer en “una irracional puja por la distribución del ingreso”, de cara a las negociaciones salariales en marcha.
“Todos tenemos que ser muy maduros, serios y responsables. Hay que darle a las cosas su justo nombre y término. Con la Argentina como está hoy no debería haber tensiones, salvo que se produzca una irracional puja por la distribución del ingreso, de un lado, o del otro”, advirtió la mandataria durante el anuncio de la renovación de la línea de créditos para pymes en Casa Rosada.
La ceremonia comenzó con el relato en primera persona de un empresario de 80 años del rubro acoplados para camiones, que contó cómo hizo para pasar de una empresa familiar a una compañía importante del sector gracias a los préstamos del Bicentenario. Esta historia, y un comentario de otro empresario sensibilizaron a la jefa de Estado, que se la notó visiblemente de buen humor, en permanente gracia con su ministro de Economía, Amado Boudou.
Según comentaron al término del acto, a la Presidente le encanta escuchar historias de vida que llegaron a la prosperidad con el modelo actual, y por eso la ministra de Industria, Débora Giorgi, se ocupa de buscar historias de empresas que empezaron desde abajo y llegaron al éxito con este gobierno.
A la hora de frenar las exigencias de las grandes firmas y los gremios, dio un discurso enfático, pero no agresivo. No tenía ánimo de confrontación. “Todos los sectores tenemos que medir lo que hemos logrado en estos años, valorar lo logrado, conformarse, que no quiere decir renunciar a mayores rentabilidades para los empresarios, y mejoras laborales, para los sindicatos, mientras la rentabilidad y las mejoras no pongan en juego el modelo”, continuó.
Cristina exigió a los que “gritan” (sindicatos) y los que “lloran” (empresarios), que dejen de llorar y gritar y se sienten a negociar con los papeles en la mano. “Los que tienen responsabilidad en el proceso económico, de un lado y del otro, espero que tengan madurez”, expresó, y agregó como expresión de deseo: “Que esa búsqueda de rentabilidad y mejores laborales no pongan en juego el modelo, porque en definitiva terminamos perdiendo todos”. Sin querer mencionar la nueva encrucijada judicial que jaquea al titular de la CGT, Hugo Moyano, se autodefinió como antisuiza. “Nunca soy neutral, por eso no soy suiza, soy argentina. Dicen que los suizos son neutrales”.
En Casa Rosada llamó la atención la presencia de destacados empresarios no incluidos en las listas de invitados últimamente. En las primeras filas ocuparon una silla el ex jefe de la UIA, Héctor Méndez, y su antecesor, Juan Carlos Lascurain, el presidente de FIAT argentina, Cristiano Retazzi, los representantes de la entidad industrial en Santa Fe, el banquero coperativista Carlos Heller, el titular del Banco Hipotecario, Eduardo Elsztain, y la cúpula del Nación con Juan Carlos Fábrega a la cabeza. No estuvo el actual titular de la UIA, Ignacio De Mendiguren ni tampoco hubo presencia sindical en el salón.
De todos los datos económicos mencionados, la novedad llegó por el crecimiento de 9% de la industria en febrero pasado. Según dijo la Presidente, el Estimador Mensual Industrial (EMI) creció ese porcentaje en la comparación interanual.
Asimismo, aseguró el Estado estará “atendiendo” los problemas de los empresarios y los intereses de los trabajadores. “Nosotros hemos rendido el examen. Se nos ha pedido que administremos con superávit, que paguemos la deuda, más políticas sociales. Hemos dado respuestas. Pretendemos como sociedad, que quienes tienen la responsabilidad de un lado y del otro, hagan lo mismo”, concluyó.
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