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Cristina en Avellaneda: “Hay un Estado paralelo capturado por las mafias”

La vicepresidenta volvió a hablar en público tras el renunciamiento que hizo a toda candidatura para 2023 ratificando que no se excluyó sino que la proscribieron. Y apuntó a todas las andanzas del "Partido Judicial" recordando el decreto 4161 de la dictadura de 1956, tras el derrocamiento de Perón


La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner inauguró este martes en la localidad bonaerense de Avellaneda el Polideportivo Municipal “Diego Armando Maradona”, en Villa Corina, junto al intendente anfitrión, Jorge Ferraresi, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof y un peronista campeón del mundo, el Negro Héctor Enrique, quien habilitó al Diego en el segundo gol a la selección de Inglaterra en México 1986, posibilitando lo que es recordado como el mejor gol de la historia de los mundiales. Con las palabras de todos ellos transcurrió el acto con ribetes sociales y deportivos hasta que la titular del Senado le confirió el total contenido político, vinculando el fallo de la Corte Suprema en beneficio de la ciudad de Buenos Aires por la coparticipación con una línea coherente de perjuicio a la población de todo el país. En esa línea recordó las cautelares que siguen trabando la declaración de la telefonía celular y la conexión a internet como servicio público con tarifa regulada, al igual que la medicina prepaga –entre otros casos que además involucraron a uno de los jueces de Lago Escondido– y el accionar del Partido Judicial con su propia proscripción –”No es un renunciamiento”, aclaró– y con la que sufrió el propio presidente Juan Domingo Perón con el decreto 4.161, emitido en 1956 por la dictadura que lo había derrocado el año anterior, el 16 de septiembre de 1955.

Un gran cantidad de seguidores aguardó en las calles la llegada de la vicepresidenta con consignas como “La militancia es el camino” y “Militar hasta que lo imposible se vuelva inevitable”, en un clima de respaldo a la vicepresidenta, quien, a diferencia de su última aparición pública, tras el fallo que la condenó a 6 años de prisión y a inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, lució distendida y aguda en sus señalamientos políticos.

Cristina volvió a usar el ejemplo del “bastón de mariscal”, al que aludió tras la sentencia e insistió en la misma tónica, convocando a dirigentes, militantes, funcionarios de todos los niveles y geografías del país a salir a la calle, a “explicar” qué es lo que está pasando y por qué.

En esa línea insistió sobre su propia figura: “No es renunciamiento ni autoexclusión, es proscripción”, advirtió sobre su anuncio de no competir en las elecciones de 2023. Y volvió sobre la sentencia en su contra en la llamada causa Vialidad con el reclamo de que haya “un árbitro en serio” en el Poder Judicial que aplique el derecho” y llamó a marchar el próximo 24 de marzo por una “democracia sin mafias”.

Además, afirmó que la Corte Suprema “hizo caso omiso” una ley del Congreso que “consagró la nueva distribución” de fondos entre el gobierno nacional y las provincias, al fallar recientemente en favor del reclamo del gobierno porteño: “Hay una patente de corso, de impunidad para todo aquel que no sea peronista”, advirtió.

Y advirtió que la “estrategia de proscripción” contra ella no es nueva: “La comenzaron a pergeñar al día siguiente de aquel 9 de diciembre que nos despedimos en la Plaza y cantamos «Volveremos»“.

“Lo que hicieron fue armar un juicio con una cronología electoral casi quirúrgica. Luego de un juicio armado de tres años, decidieron que el juicio oral en que me iban a sentar en el banquillo de acusados era el 21 de mayo de 2019. Quince días exactos antes de que cerraran los plazos electorales para armar los frentes electorales donde se disputaría la presidencia de la Nación. Tres días antes yo desarticulé esa maniobra cuando anuncié que íbamos a un frente con quien hoy es presidente la república Argentina (Alberto Fernández)”, detalló.

En ese sentido, la vicepresidenta asoció la fecha fijada para la lectura de los fundamentos de su condena en la causa Vialidad con la proscripción del peronismo en 1956: “El 9 de marzo van a leer los fundamentos y el 9 de marzo de 1956 en el Boletín Oficial se publica el decreto 4.161, por el cual se prohibían decir las palabras «Perón», «Evita» y prohibía cantar la Marcha Peronista”.

También apuntó: “Estamos ante un hecho ajurídico, como si hubiera desaparecido el Estado de derecho”, que “influye en la calidad de vida de los ciudadanos”.

Y señaló: “Es necesario un árbitro en serio para que todos seamos iguales ante la ley”.

“Que a 40 años de la recuperación de aquella democracia veamos a esa democracia con un Estado paralelo, capturada por las mafias, no es justo para los que sufrieron las consecuencias de la dictadura ni para los millones de argentinos que siguen apostando a que la democracia es la mejor manera de vivir entre nosotros”, expresó.

Y convocó para “el año que viene, el 24 de marzo” a movilizarse “bajo una consigna: Argentina y democracia sin mafias. Los argentinos nos lo merecemos”, afirmó.

Además, aseguró que “hay una patente de impunidad para todo aquel que no sea peronista” y llamó a la militancia a “salir a hablar y explicar, tomar contacto con el barrio”.

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