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Crisis europea, eje del G-20

Los grandes “tesoreros” de los países más ricos del planeta se encuentran desde ayer en México para analizar la situación económica que sigue marcada por las tensiones sobre Grecia, a pesar del salvataje.

Europa, su precaria situación económica y sus reformas institucionales ocupan lo esencial de una reunión de los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de los países del G-20 que se inauguró ayer en México. Los grandes “tesoreros” de los países más ricos del planeta se encuentran para analizar una situación económica que sigue estando muy marcada por las tensiones en los mercados de la deuda pública de la zona euro. Se prevé que el G-20 emita una declaración final hoy, al cierre del encuentro.

El viernes pasado, Grecia lanzó la mayor reestructuración de deuda de la historia para borrar 107.000 millones de euros que Atenas había pedido prestados y retrasar el rembolso y reducir los intereses sobre otro tramo de la deuda, de 99.000 millones de euros que debe al sector privado.

Varios meses llevó llegar a una solución sobre el endeudamiento griego, y la zona euro continúa comprometida.

“Nadie desea que la crisis se prolongue indefinidamente”, dijo el gobernador del banco central de México Agustín Carstens.

“Es crucial que las autoridades europeas implementen de manera urgente medidas de política económica para restablecer la confianza. Ello generará un círculo virtuoso en el que las empresas se verán más inclinadas a invertir, los hogares aumentarán sus gastos y los inversores volverán a interesarse en la deuda pública europea”, agregó.

Las tres delegaciones de la zona euro (Alemania, Francia e Italia) y la de la Unión Europea llegaron a México para dar certezas a sus socios de que el muro de contención de la crisis va a ser aún más reforzado.

Los ministros del mundo entero hablan de construir un “cortafuegos” para evitar que la crisis griega se propague al resto de Europa.

Pero la fecha de esta reunión del G-20 no es la ideal para lograr ese objetivo: se produce justo antes de una cumbre de la Unión Europea (el 1 y el de marzo), en la cual se prevé una definición sobre la dimensión del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MES) que entraría en vigor en julio próximo.

Ángel Gurría, el mexicano que oficia de secretario general de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (Ocde), lamentó el sábado esa interferencia del calendario. “Dicen que el cortafuegos estará terminado en marzo, (pero) el costo diario de las indefiniciones y de las indecisiones es enorme”, señaló, según un informe de la agencia AFP del corresponsal Hugues Honore.

Intentando desmarcarse de Atenas, el ministro de Economía de España, Luis de Guindos, explicó, de paso por Washington, que en los dos últimos años Grecia había desperdiciado demasiadas ocasiones de rever su funcionamiento económico.

“No fueron las medidas de austeridad presupuestal las que hicieron que el plan implementado por el gobierno griego fracasara, puesto que pudieron verse resultados importantes, sino la propia concepción de las reformas”, dijo De Guindos.

Los gobiernos español e italiano, que entraron en funciones luego de la última cumbre del G-20 en Cannes (Francia), lanzaron reformas de inspiración liberal. Ambas reformas son citadas en el extranjero por algunos analistas como ejemplo de lo que la zona euro debería hacer para recuperar la confianza de los inversores, aun si las economías de las dos naciones mediterráneas entrarían en recesión en 2012.

“Europa registró muchos avances tratando de convencer a los inversores del mundo entero y en la propia Europa acerca de que haría lo necesario”, estimó el viernes  pasado el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner.

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