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En Pueblo Esther

Crimen mafioso: un nombre, prontuario y un tiro en la nuca

Tenía 58 años, vivía en el Fonavi de barrio Moderno y se llamaba José Norberto Urquiza. Lo recuerdan como un viejo asaltante, aunque no había sumado anotaciones en su prontuario en los últimos 34 años. Investigan si tenía nexos con venta de drogas y con la banda de Los Monos.


Foto: gentileza La Capital

El hombre ejecutado de un preciso tiro en la nuca cuyo cuerpo fue hallado este jueves en un descampado de Pueblo Esther fue identificado como José Norberto Urquiza, de 58 años, cuyo último domicilio conocido era el Fonavi de barrio Moderno. Los investigadores lo mentan como un viejo asaltante, tan viejo que su último antecedente en territorio santafesino es de 1984, y lo vinculan con veteranos cañeros que o bien ya han muerto o aún están tras las rejas, muchos de ellos relacionados con bandas con integrantes nicoleños. “Es llamativo el perfil bajo de este muchacho: o bien estuvo laburando afuera o, más probable, estuvo vendiendo alguna sustancia, tal vez con alguna conexión con Los Monos”, definió un veterano detective.

El cadáver, vestido con dos camperas, un jogging y zapatillas, fue hallado a las diez de la mañana del jueves al costado de un camino rural lindero con las vías del ferrocarril, a 800 metros de la ruta A012, en dirección a la ruta 21. Presentaba un tiro en la nuca con orificio de salida en la boca. Fue hallada una cápsula servida calibre 11.25 y enterrada en el barro una ojiva. Los tatuajes tumberos fueron lo primero que les llamó la atención a los policías, además del agujero en la cabeza. También presentaba algunos golpes, como si le hubieran dado una paliza antes de matarlo.

El caso está en manos del fiscal de Homicidios Dolosos Miguel Moreno, quien procura establecer cuáles fueron los últimos movimientos de la víctima, cuyo último domicilio conocido era Rouillón al 3600, en el Fonavi del barrio Moderno de la zona sudoeste, muy cerca de la comisaría 19ª.

“Tenía antecedentes desde el 78 al 80. De ahí en más nada”, dijo una fuente policial. Otro vocero añadió que el último fue en el 84. Todos por robo. “Fue compañero de correrías de cañeros que ya están muertos –y de otros que están presos– y no tiene actividad legal conocida desde el 84”, dijo este mismo portavoz. Entre sus domicilios anteriores figuran el Fonavi de Lola Mora e Hipócrates y barrio Las Flores.

“Hay rumores que lo vinculan con narcotráfico. Una versión dice que su DNI apareció en un allanamiento y que laburaba para Los Monos, pero no hay nada confirmado”, dijo un investigador policial, quien dijo estar sorprendido cómo es que se mantuvo sin caer, al menos en provincia de Santa Fe y bajo su identidad real, 34 años.

“Era socio de cañeros viejos, como Veneno Fernández y Pío Giménez”, describió otro detective policial. La referencia es a hombres que superan ya los 60 años y que tuvieron sus apariciones en crónicas policiales junto con otro rosarino, el Frío Rodríguez. “Toda esta gente laburó siempre con nicoleños, como Polenta Benavídez, Tito Saldaña o el Panadero Martínez; incluso con algunos que fueron parte de desprendimientos de la Superbanda del Gordo Valor”, añadió, para cerrar: “Es casi la misma gente que robó en el 95 el Banco Provincia de Arroyito a la manera de balseros boqueteros y que después se hizo bien conocida por la Masacre de Villa Ramallo en el Banco Nación de esa ciudad”.

Otro uniformado comentó: “Vemos si es verdad que tiene nexo con Los Monos y se vendía alguna sustancia. Es sugerente que no tenga antecedentes desde el 84: o laburaba afuera, o se dedicaba a vender y por eso se quedó bastante tranquilo, o las dos cosas. Pero se ve que ha habido algún diferendo y se la cobraron en su ley”.

 

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