El prefecto detenido por el crimen de Gabriela Villaroel, en Villa Lugano, confesó haber asesinado a su sobrina y le dijo a la policía que tenía una relación amorosa con ella y, por eso, estaba separado de su mujer, que era la tía materna de la víctima, informaron fuentes policiales. Familiares de la chica confirmaron que el tío de la chica reconoció antes las fuerzas policiales: “Discutimos y la maté”.
La joven que había desaparecido el viernes de la semana pasado en Villa Lugano y era intensamente buscada por familiares y amigos, apareció muerta ayer. Villarroel había salido de su casa hacia la de su hermana y luego a un cyber, pero nunca llegó a destino, tras anunciar a su familia que pensaba encontrarse con su novio.
El cuerpo de la joven fue encontrado en un cuarto de una pensión situada en Zelarrayán 5336, entre Fonrouge y Larraya, envuelto en una bolsa de consorcio, por lo que se sospecha que el cabo de la fuerza de seguridad tenía previsto desprenderse del cuerpo.
La chica presentaba golpes en distintas partes del cuerpo y signos de ahorcamiento, según se supo de fuentes policiales. La pensión se encuentra a cuatro cuadras del lugar donde Gabriela fue vista por última vez, en la esquina de Somellera y avenida Larrazabal, del mencionado barrio porteño.
El novio, un joven de 20 años, al no encontrarse con la chica alertó a la familia, quienes el viernes radicaron la denuncia en la comisaría 48va. de la Policía Federal Argentina (PFA). Personal de esa dependencia comenzó las investigaciones hasta sospechar de un tío de la chica identificado como Néstor Quintana, quien fue detenido. Al allanar la pensión donde vivía, se encontró el cuerpo de la chica envuelto en varias bolsas de consorcio.
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