El histórico malestar de la región patagónica con el magnate británico Joe Lewis, quien en 1996 adquirió 12.000 hectáreas en la cordillera rionegrina y vedó el acceso al lago Escondido, se incrementó en las últimas semanas al trascender que será proveedor de electricidad de El Bolsón desde la represa que construyó en su estancia.
El domingo pasado, un contingente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep), acompañado por las diputadas nacionales Silvia Horne y Araceli Ferreyra, intentó llegar al lago por el acceso de Tacuifí, que en 2009 el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro ordenó abrir al gobierno provincial, pero no lograron su cometido.
“Pudimos comprobar cómo se están vulnerando los derechos de todos los argentinos al no poder transitar el camino que mandó a abrir la justicia y no está habilitado”, señaló Horne, quien presentó un proyecto para declarar de Interés Público Nacional el acceso al lago.
Esta polémica, que ya lleva 20 años, se vio agravada en las últimas semanas al conocerse que Lewis se convertirá en proveedor de energía eléctrica de El Bolsón.
En 2010, la Legislatura de Río Negro habilitó –casi por unanimidad– a Lewis a construir una represa hidroeléctrica en su propiedad, cerca de la desembocadura del río Escondido en el lago homónimo, y le otorgó una concesión para explotarla por 30 años.
La senadora Magdalena Odarda (Frente Progresista) recordó que Lewis es el principal accionista de Pampa Energía.
De acuerdo a un informe del diario El Patagónico de Chubut, Lago Escondido podrá vender el megavatios hora (MWh) entre 120 y 130 dólares, contra los 39,4 dólares que se pagan por MWh de otro tipo de producción eléctrica.
La senadora Odarda anticipó que realizará un pedido de informes pormenorizado para elevar al ministro de Energía, Juan José Aranguren, “para conocer la participación de Lewis en el negocio eléctrico, en particular relativo a esta obra en Río Negro usando agua de todos los rionegrinos”.
Comentarios