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Créase o no, hay precios que bajan

Según el Ipec, 12 de los 64 productos alimenticios descendieron en marzo.

Por: Luciano Couso

Si bien en el registro de la memoria de quienes subsisten con ingresos fijos –trabajadores, jubilados y pensionados, beneficiarios de subsidios estatales– lo que queda grabado es el aumento de los precios, algunos de ellos tienden a bajar, aunque no tanto como para desarticular la denominada “tensión de precios”, según la visión del gobierno, o la “temible inflación”, de acuerdo a la mirada opositora. Al menos 12 de los 64 artículos del rubro Alimentos y Bebidas –el más sensible al bolsillo de los sectores populares– que el Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (Ipec) midió en marzo pasado reflejaron una baja respecto a febrero.

Para el aglomerado Rosario, el mayor descenso de precios entre marzo y febrero se dio, según el Ipec, en la manzana deliciosa, cuyo valor al consumidor cayó en 5,8 por ciento. Le siguió el asado, cuya variación descendente fue del 4,9 por ciento entre marzo y febrero, un dato alentador para quienes gustan prender el fuego.

De acuerdo a la medición del organismo estadístico santafesino, al Índice de Precios al Consumidor (IPC), que registra la variación de precios, la inflación en Rosario fue del 2,2 por ciento en marzo pasado, aunque en el rubro Alimentos y Bebidas la suba registrada fue del 3 por ciento.

El bolsillo del caballero

La canasta que releva el Ipec consta de bienes y servicios. El primero de ellos explica el 70 por ciento de la canasta, mientras que los servicios ocupan el 30 restante. Dentro de los bienes, el rubro Alimentos y Bebidas posee gran significación para los sectores de menores recursos, que destinan buena parte de sus ingresos a comprar alimentos, por lo que la variación de precios en ese rubro los afecta con mayor severidad que a los de salarios medios o altos.

Sin bien no todo lo que sube baja, algo sí. Según el Ipec, además del asado y la manzana deliciosa, en marzo también experimentaron caída de precios el cuadril (0,48 por ciento), la nalga (0,67 por ciento), el atún (0,46), el queso crema (0,79), la manteca (1,44), la batata (1,33), el zapallo (3,85), las arvejas en conserva (0,51) y la cerveza en botella (0,41).

Si en lugar de comparar un mes con otro, se compara marzo de 2010 con diciembre de 2009 –cuando por una cuestión estacional, las fiestas de fin de año, los precios de alimentos y bebidas tienden a subir por mayor demanda y por especulación comercial–, el resultado de descenso de algunos precios es aún más notable.

De acuerdo a los datos del Ipec, entre marzo de este año y el último mes del año pasado el precio del kilo de papa cayó un 30,7 por ciento, y el de la batata un 7 por ciento. El tomate redondo, en tanto, experimentó una caída del 8 por ciento en ese período y el valor al consumidor del zapallo también se redujo un 31 por ciento. Por último, la mayonesa cayó un 2,4 por ciento.

Sin techo

En contraposición con esos productos, hubo otros bienes que integran el rubro Alimentos y Bebidas que, de acuerdo al relevamiento del Ipec, treparon sin techo. Los casos más emblemáticos de la disparada de precios son: el zapallito, con una suba del 141 por ciento entre diciembre de 2009 y marzo de este año; la acelga, que se encareció un 106 por ciento y la lechuga, cuyo valor varió en forma ascendente un 63.

Por tratarse de un lapso de apenas cuatro meses, también se pueden destacar entre los bienes que mayores subas exhibieron a la zanahoria, con el 19,5 por ciento; el kilo de azúcar, que aumentó un 11,4 por ciento y el vino común, que también trepó un 11 por ciento.

El resto de los productos que conforman el rubro Alimentos y Bebidas también sufrió incrementos –a excepción de los 12 que bajaron sus precios– pero más módicos, en una franja que va del 7 al 0,5 por ciento.

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