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“Costura invisible” para unir los detalles de la cotidianidad

La Editorial Biblioteca de La Vigil agrega un nuevo título a su colección Alfa, que edita poetas ineditxs. Ahora fue el turno de un primer poemario de la docente y tallerista Rosana Guardalá en el que rescata los pequeños momentos que componen el día porque allí late la poesía


Pau Turina

Especial para El Ciudadano

La colección Alfa, perteneciente a la Editorial Biblioteca de La Vigil que edita poetas inéditos e inéditas, presenta un nuevo poemario, Costura invisible de Rosana Guardalá. Rosana nació en 1981 en Rosario, es profesora en Letras y se desempeña como docente en nivel superior y secundario. Coordinó talleres literarios para niños y adolescentes y ha participado de antologías literarias. En 2018, coordinó y compiló Los Reinos de Poesía, una antología de poesía santafesina, que es parte del proyecto literario Rosario se lee, ganador del  premio Estímulo de Espacio Santafesino. En su investigación trabaja las subjetivaciones femeninas textuales disidentes en la obra de Armonía Somers y Marosa di Giorgio.

Para Rosana la escritura es casi una respiración consciente y limpia, un modo de ver, de tocar, de encontrarse con otras personas. Escribir es la manera que encontró de dibujar el mundo, de verlo como si fuera a través de un microscopio, en lo mínimo y en lo fundamental. En la poesía encontró su lengua y en la escritura su modo de decirla. Costura invisible es su primer libro.

En la contratapa del libro, Horacio Cavallo, escritor uruguayo, dice sobre tu escritura que en los detalles arde el poema, ¿qué encontrás en la cotidianidad que te invita a escribir?

—Creo que es un poco como dice Marosa (di Giorgio, poeta uruguaya) todo está allí, esperando ser visto, ser escrito. Pero también, por otro lado, creo que en la cotidianidad late la poesía, en los detalles, sin duda. Creo que los días, las personas, las horas del día son sólo lo mínimo. Esa memoria poco práctica o inútil que recuerda un momento y lo repite una y otra vez. Un momento que no hace más que a tu propia vida pero que es fundamental. Creo que en el detalle somos realmente y sobrevivimos a las corridas de los días. El detalle es mi modo de estar, de demorarme, de ver el mundo, el real, el que me interesa habitar.

En el libro se mencionan las plantas, el río, ciertos lazos afectivos que se terminan, a través de una escritura íntima y tierna; hay una manera de observar la vida desde el detalle y con sensibilidad, ¿creés que es así?

—Siento que esa mirada es la que despabila a mi vista y mi tacto. Me interesa el detalle y las personas que se demoran en él. Creo que la vida sin ese retazo de demora, se hace insoportable e infeliz. Me gusta pensar que el detalle es el que nos permite hacer tangible el mundo, las sensaciones, los afectos.

La mirada de les otres

—¿Cómo fue el proceso de escritura?

—Fue un largo, largo proceso. Gabby De Cicco sabe de eso porque trabajamos juntes gran parte de este libro. Algunos poemas tienen casi diez años, otros son muy muy cercanos. Algunos quedaron afuera. Es un poemario corto porque así lo pedía el libro. Así dialogaban los poemas. Decidí guardar o dejar ir algunos que eran un tanto crípticos o que abrían otra mirada. Para mí era muy importante que el poemario tuviera su propia unidad y que me fuera diciendo por dónde ir.

—El libro se divide en dos partes: “Hilachas” e  “Hilvanes”, jugando también con el título del libro. ¿Por qué lo dividiste así?

—La división estuvo siempre presente si bien fueron cambiando los títulos de las secciones. En ese aspecto me ayudaron mucho las miradas de otres poetas como Claudia Masin, Rosario Spina y Franco Rivero. La mirada que no está cosiendo el poemario siempre ve mejor la hebra. Las dos partes son dos modos de las relaciones, creo, dos modos del afecto o del amor, tal vez. Si bien creo que hay un único hilo que atraviesa todo, entre una parte y otra se dan diferentes modos de encontrarse y también de desencontrarse. Me interesa eso, creo fervientemente que encontrarse con otres puede ser poético.

El mejor nacimiento

Costura invisible es tu primer libro de poesía, ¿qué significa para vos que haya sido publicado en la Editorial Biblioteca de La Vigil? Y compartir catálogo con otras dos escritoras rosarinas como Natalia Massei y Rosario Spina.

—Es muy importante para mí que sea publicado en la colección de La Vigil por muchas razones. Por lo que La Vigil y la colección significan. Por compartir también, la mesa literaria con dos mujeres y poetas que admiro como Rosario y Natalia. Para mí, ningún detalle era mejor porque justamente es mi primer libro y todos los detalles eran fundamentales. Pensé varias posibilidades, lo envié a varios lugares. Se lo mandé a Caro Musa para pedirle su opinión y me dijo que le había gustado mucho y que tenía intenciones de publicarlo en la colección, si a mí me interesaba. Lo charlé con mis amores y eso me ayudó a ver con claridad que era por ahí. Cuando vi el libro hace unas semanas, lo comprobé. La costura, los colores, las imágenes de la tapa, el tamaño del libro, todo está hecho de detalles. Costura invisible no podría tener un mejor nacimiento que esta colección y al lado de los libros de las chicas.

—¿Cuándo empezaste a leer y a escribir poesía?

—Empecé a escribir más o menos cuando logré cierto dominio de la escritura. Empecé a escribir para decirle al chico que me gustaba que “lo amaba”. Le regalé un poema que había escrito y se rió. El poema era horrible, tenía razón. Pero aun así seguí escribiendo y leyendo. Por esos días leía y releía un libro de (Gustavo Adolfo) Bécquer que mi madre le había sacado a su primo y una suerte de antología poética que ella había armado en unas hojas que había mecanografiado con poemas de escritores y escritoras. Luego, en la escuela. Para mí aprender a leer fue como aprender a ver. Leía lo que me daban en la escuela, lo que estaba en la Biblioteca de la escuela. Leí todo lo que encontraba en mi camino y ahí descubrí lo feliz que me hacía ese espacio y quise quedarme a vivir en la tierra de la lectura.

Presentación

Costura invisible se presenta el próximo jueves 24 de octubre a las 18.30 en la Biblioteca Vigil (Gaboto 450). La autora estará acompañada por la directora de la Colección, Carolina Musa, junto a Gabby De Cicco y Rosario Spina.

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