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Costo de vida: la canasta básica en Rosario trepa a $21.543

Así lo relevó una ONG en medición que tiene en cuenta alimentos y servicios para una familia tipo de clase media.


Pese a los discursos oficiales, la suba de precios parece no detenerse en la ciudad. Según el último relevamiento de la ONG local Centro de Estudios Sociales y Acción Comunitaria (Cesyac), una familia rosarina necesitó en noviembre 21.543 pesos para acceder a una canasta mínima y pagar servicios básicos. El incremento fue de más del 7 por ciento en relación al mes anterior y, en el caso de los alimentos, llega al 44 por ciento anual. La medición va en línea con índices sindicales y nacionales.

El Cesyac viene realizando desde hace más de seis años el relevamiento de “precios al consumidor base Rosario” de manera ininterrumpida.

El trabajo indaga cada mes a 40 firmas entre comercios y empresas radicadas en la ciudad, las cuales fueron visitadas o encuestadas telefónicamente, incluyendo 50 productos y 19 servicios.

En ese marco, el monto total “del gasto de consumo para un hogar” tipo (con dos personas mayores y dos menores en edad escolar) en noviembre llegó a los 21.543,67 pesos.

Al interior de esa cifra, los “productos masivos” se llevaron 6.675,11 pesos (un 31% del total), mientras que los “servicios básicos” sumaron 14.868,56 pesos (el 69% restante).

Así, el incremento promedio fue del 7,07% con respecto a octubre.

Lo que cuesta alquilar

Juan Marcos Aviano, el titular del Cesyac, señaló que en el relevamiento tuvo un peso especial el incremento en los alquileres. Es que noviembre es un mes clave a la hora de determinar el aumento con que se renovarán los contratos para el año próximo. Según la ONG, la suba ya ronda el 30 por ciento.

“El trabajo toma como parámetros tanto departamentos como casas del centro y los barrios. Nosotros utilizamos como punto de inflexión noviembre porque es un mes de mucho movimiento. Por ejemplo, hay gran cantidad de estudiantes que ya acuerdan sus contratos para 2017”, manifestó.

El dato en torno a los ajustes que se están fijando fue avalado ayer por la Concejalía Popular, otra ONG local que, en este caso, pugna por los derechos de los inquilinos.

“Es cierto que se están cerrando contratos con indexaciones anuales del 30 por ciento, y en algunos casos es más. Esto compromete la capacidad de pago de muchos inquilinos ya que hay gran incertidumbre en términos laborales para el 2017. Hoy se está hablando de que las paritarias podrían cerrar en torno al 18 por ciento. Y esa cifra es la que proyecta el presupuesto nacional”, señaló Ariel D’orazio, integrante de la Concejalía.

Los alimentos

En tanto, el Cesyac también destacó una fuerte suba el mes pasado en los productos de consumo masivo, sobre todo en comestibles (del 6,41%), frutas y verduras (11,39%) y elementos de limpieza (4,27%).

Para Aviano, este dato es el más preocupante. “La verdad es que nos volvió a sorprender el aumento en los alimentos. En noviembre se necesitaron 200 pesos más que el mes anterior para consumir los mismo, lo que marca un ajuste que no se venía teniendo en todos los meses de este año”, manifestó.

El dirigente dijo que, en rigor, el repunte en los precios de los alimentos se viene dando desde septiembre y todo indica que el año cerrará con una mayor proyección a la prevista. “En estos 11 meses ya llevamos 39% acumulado, y un 44% si queremos comparar noviembre 2015 con el mismo mes de 2016”, contó.

La misma tendencia fue apuntada en septiembre a este medio por las cámaras locales que agrupan a pequeños, medianos y grandes quioscos, autoservicios y supermercados. Allí mencionaron que la inflación más alta en comestibles, bebidas y productos de limpieza se da, sobre todo, en las primeras marcas,

Incluso, desde la entidad que nuclea a los almaceneros mencionaron que por entonces algunas empresas ajustaron sus listas con incrementos de entre un 6 y un 8 por ciento, lo que irremediablemente se traslada luego al consumidor final.

Un costo mínimo

El informe que cada mes entrega  el Cesyac plantea algunas diferencias en relación a los parámetros que toman las estadísticas oficiales. Y es que busca ajustarse a los consumos “típicos” de una familia clase media o media-baja local. De allí su particularidad.

Además de los gastos en alimentos, también se releva el incremento en bebidas, luz, gas natural, agua, el alquiler de una vivienda, expensas, impuestos y tasas municipales y provinciales, televisión por cable, internet, medicamentos, la cuota de un club, medicina privada, los costos de uso del transporte público y los asociados a un vehículo propio, como combustible y seguro.

Según Aviano, tal como está planteado, el trabajo apenas abarca así los costos básicos.

“Por ejemplo, nosotros incluimos una cuota social de un club porque es algo muy característico de los rosarinos. Es cierto que eso podría prescindirse. Pero en los 21.500 mil pesos no se cuentan el ocio y esparcimiento, como las salidas a cenar o al cine, los gastos en turismo, vestimenta, ni artículos escolares. Es una canasta estática”, explicó Aviano desde la ONG, dejando en claro el modo en que se realiza la medición de la canasta familiar y cómo se llega al costo.

Los trabajadores pierden

En línea con los datos del Cesyac, el  costo de vida de los trabajadores asalariados de la economía argentina aumentó un 41,6 por ciento en noviembre respecto del mismo mes del año pasado, según un indicador elaborado por un instituto integrado por gremios de la CGT y la CTA.

El indicador mensual arrojó una inflación del 1,6 por ciento para noviembre, en comparación con octubre, según reportó el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) al presentar su informe la CTA que conduce el sindicalista Hugo Yasky.

Asimismo, el poder adquisitivo de los trabajadores cayó en promedio un 6,5 por ciento anual en noviembre.

El 80,1 por ciento de los 326 rubros que componen la canasta medida por el IET registró subas entre octubre y noviembre; el 12,6 mostró alguna baja; y el 7,4 por ciento restante se mantuvo sin cambios.

Con un alza del 3 por ciento, la indumentaria lideró la suba de precios en noviembre, seguida por alimentos y bebidas con un 1,8 por ciento; y gastos generales de la vivienda, que se incrementaron 1,7 por ciento.

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