Espectáculos

Cosquín, diez lunas de unión popular

Pasó la 51º Edición del Festival Mayor del Folclore y el Canto Popular, con la actuación de más de trescientos músicos durante diez días, en el encuentro que desde hace 50 años revoluciona la pequeña localidad cordobesa.

La 51ª edición del Festival de Cosquín, que reunió a más de trescientos conjuntos y solistas de todo el país y que contó con el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal como una de sus figuras centrales, volvió a ratificarse como lugar de encuentro privilegiado de la música popular argentina.

Raly Barrionuevo, Peteco Carabajal, El Chaqueño Palavecino, Los Olimareños, Los Nocheros, Soledad, León Gieco, Arbolito, Teresa Parodi y Jorge Rojas (el más convocante del Festival al punto de dejar gente afuera del predio), fueron algunas de las propuestas más ovacionadas en la fiesta que se apropió el mes pasado de la ciudad serrana en la plaza Próspero Molina.

Por el lado de la poesía, el autor, sacerdote y revolucionario Ernesto Cardenal, quien durante una semana compartió una casa con el ecuatoriano Antonio Preciado y el argentino Jorge Boccanera, se convirtió en el centro de las miradas del “Encuentro de poetas con la gente”, donde se exhibió un documental sobre su vida, y emocionó cuando recitó fragmentos de algunas de sus obras.

Si bien las condiciones no fueron óptimas ya que Cosquín no posee una infraestructura acorde para un evento de semejante magnitud, en cada edición logra trascender esta limitación y se transforma en un espacio al que los visitantes llegan para encontrarse, y los artistas, para compartir lo cosechado en el año.

La tradición, la vanguardia y la moda condensadas en el escenario Atahualpa Yupanqui, y la obra de los poetas regionales exhibida en el patio de la escuelita Julio Argentino Roca, en el encuentro que este año se abrió a la poesía, se aunaron para crear un escenario singular e intenso.

Pero el Festival no sucede sólo en la plaza Próspero Molina, ya que se extiende a las calles lindantes, a las peñas aledañas y al río, donde los músicos revelan sus virtudes y muchos se acercan para escucharlos.

Al margen de los gustos particulares y de la cuestionable asignación de tiempo para cada músico, lo cierto es que Cosquín volvió a ofrecer un generoso panorama de la música de raíz folclórica a partir de una amplia grilla que presentó una treintena de espectáculos por noche. El Festival llegó otra vez a su fin, aunque en una esquina ubicada en pleno centro de Cosquín, aparecen estampadas las caras de Sandro, Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui y Hernán Figueroa Reyes, figuras que de alguna manera simbolizan el espíritu y la síntesis estética de la máxima cita de folclore del país.

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