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Correa acusó a la CIA por el intento de golpe de Estado

El mandatario sostiene que sufrió una “conspiración permanente” de la agencia estadounidense.

A un mes del intento de golpe de Estado en su contra, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, aseguró que desde que asumió su mandato, en enero de 2007, sufrió una “conspiración permanente”, y acusó a la CIA estadounidense de infiltrarse en las estructuras ecuatorianas para provocar la sedición del 30 de septiembre.

En una entrevista concedida al diario mexicano La Jornada, Correa acusó a la agencia norteamericana de infiltrarse en la Inteligencia ecuatoriana para favorecer las revueltas policiales que desembocaron en el intento fallido de golpe de Estado.

“Hubo traición en ciertos sectores de la Policía y fuerzas armadas (…). Todos los cuadros de Inteligencia trabajaban para la CIA”, dijo Correa, quien explicó que esta situación ha derivado en una profunda transformación de los servicios ecuatorianos.

Además, en su informe semanal a la sociedad, Correa recordó: “Hoy se cumple un mes de ese 30 de septiembre, fecha negra para el país en que un grupo de malos policías, corruptos, criminales, traicionaron, no al presidente, a todo su pueblo”.

Correa aseguró que “no puede haber perdón ni olvido” frente a grupos que “cometieron tantos excesos”, puesto que eso sería “impunidad”.

“Esa gente no puede continuar un segundo más en la Policía Nacional y aquellos que traicionaron a la patria tienen que, de acuerdo a la ley y de acuerdo al debido proceso, responder ante esa sociedad”, añadió Correa, citado por la agencia Ansa.

El presidente ecuatoriano adelantó que va a “radicalizar” el proceso judicial contra los acusados de participar en las revueltas policiales, y consideró que “es una deuda con la ciudadanía heroica que salió a la calle a defender la democracia”.

De los alrededor de 100 uniformados que son investigados por los disturbios, 17 se encuentran detenidos, recordó el mandatario.

“Con gente como los golpistas no se conversa, se aplica la ley… reconciliar con criminales es imposible; eso sería permitir la impunidad y traicionar a los que murieron ese día. No vamos a claudicar”, sentenció Correa.

Además, confesó sobre las doce horas que permaneció secuestrado en el hospital de la Policía Nacional, de Quito: “Sentía indignación por la traición de esa gente y tristeza; si me tocaba morir dejaba este proceso a medias, dejaba a mi familia, a mis hijos”.

Un sondeo de la firma Monitor publicado por la prensa local indicó que un 53 por ciento de los consultados cree que Correa no estuvo secuestrado, y el 59 por ciento opina que no se trató de un golpe de Estado, sino una protesta que llevó a un motín por el descontento policial con la ley de servicio público.

A su vez, un estudio de la encuestadora Perfiles de Opinión señala que un 64 por ciento de los ecuatorianos cree que detrás del alzamiento está el ex presidente Lucio Gutiérrez u otra figura de su partido, Sociedad Patriótica, lo que él rechaza.

Correa manifestó su agradecimiento a las Fuerzas Armadas que desde el principio de las revueltas manifestaron su lealtad y acudieron a rescatarlo de ese centro sanitario.

“El 30-S se portaron muy profesionales las Fuerzas Armadas; tienen buen liderazgo, son democráticas, nos lo demostraron ese día, creo que hay un alto grado de confianza… Son leales al gobierno y al orden constitucional”, aseveró.

Un juez ecuatoriano dictó el pasado jueves prisión preventiva contra el coronel de la Policía César Carrión, director del hospital en el que Correa permaneció secuestrado unas doce horas en el marco de la intentona de golpe de Estado provocado por sectores de la Policía el pasado 30 de septiembre, revelaron fuentes judiciales.

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