Córdoba lo perdía en el Gabino, pero en el epílogo lo dio vuelta

Toda la alegría del final refleja lo que sufrió Central Córdoba para derrotar 2-1 a El Porvenir como local y poder festejar por primera vez en el Gabino en este torneo. Además de yapa, por algunas horas, hasta que se complete la fecha 4 de la Primera C, el Charrúa es único líder con siete unidades.

Este domingo la historia arrancó complicada, pero con situaciones que se repitieron de los duelos anteriores: llegó con claridad al arco rival pero no convirtió. Tuvo un cabezazo de Leandro Esquivel que tapó muy bien el arquero Gerardo Cabral y un par de aproximaciones de Lucas Lazo, que no pudo abrir el marcador. La visita casi que no inquietó a Matías Giroldi, pero cuando lo hizo el 1 azul respondió de forma segura.

A la vuelta del descanso, la historia era parecida: Córdoba tratando de crear peligro y los de Gerli apostando a una contra. La fórmula tuvo su resultado para los dirigidos por el Búfalo Szesurak: a los 18 minutos, Diego Leguiza le ganó a su marca y puso el 1-0.

Mazazo para el local y hora de ir por la heroica. Para eso, el DT Tati Bustos Montoya movió el banco y mandó a la cancha a Tomás Armoa, quien terminaría siendo la figura de la tarde, ya que le dio otro ritmo al equipo y fue el autor del empate transitorio a los 37 minutos, cuando de palomita aprovechó un buen centro de Lucas Lazo desde la derecha para estampar el 1-1. Casi ni se festejó porque faltaba uno más para que la alegría fuera completa.

Y esa euforia se desató a los 46, cuando Armoa ejecutó un tiro de esquina desde la izquierda y el capitán Juan Manuel Casini se elevó más que todos para conectar de cabeza y que la pelota entre pegada al palo derecho del arquero, que nada pudo hacer para evitar el 2-1 del Matador, que desató la algarabía en barrio Tablada.

Central Córdoba ganó y, por ahora, mira a todos desde arriba. Falta mucho, pero el Charrúa dio una muestra de carácter en su casa, revirtiendo el resultado y dejando en claro que no será un equipo fácil de vencer para el resto. La gente se ilusiona con más y este plantel, con muchos juveniles, no quiere dejarlos sin la esperanza de que la historia termine de la mejor manera. Este domingo fue una montaña rusa de emociones en el Parque Yrigoyen, que terminó en fiesta total para los Azules de Tablada.