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Mediante una carta en Facebook

Cordera volvió a pedir perdón a las mujeres

El cantante se refirió a sus propios dichos, que le valieron una catarata de críticas. "Salí a defenderme torpemente", dijo. Y agregó: "Tuve una condena social más dura que un violador o un abusador".


El cantante Gustavo Cordera publicó esta madrugada una extensa carta en su perfil de la red social Facebook en la que, en el marco de una autocrítica por sus polémicos dichos sobre la violación, volvió a pedir “perdón” a las mujeres, señaló que “transgredió un límite” por el cual está “profundamente arrepentido” y anunció que suspendió los shows que tenía programados.

El ex líder de la Bersuit Vergarabat comenzó el texto sosteniendo que “a una semana de la gran explosión siento que fui el escenario de una guerra que no me pertenece, justo en el exacto momento en que había decidido dejar de luchar”, para luego admitir que con sus expresiones en una charla en la escuela de periodismo TEA “traicioné a mi persona que repudia toda clase de violación y ofendí al universo de la mujer, que es lo que menos hubiera querido hacer”.

“Para colmo, después de ver lo que había provocado, salí a defenderme torpemente como un boxeador que tira golpes erráticos mientras cae después de un inevitable nocaut”, añadió.

En la nota, titulada “Mujeres, perdón”, el músico señaló que “aunque siempre tomé mis errores como una luminosa comunicación con Dios, esta vez transgredí un límite por lo cual estoy profundamente arrepentido”.

“Con este episodio aprendí que las palabras son más condenadas que los hechos, al ver que sin haber violado a nadie, ni abusado de nadie, tuve una condena social más dura que un violador o un abusador”, agregó Cordera, quien por sus dichos fue denunciado en la Justicia, entre otros, por el Consejo Nacional de las Mujeres y el Inadi.

En ese sentido, indicó: “Vi cómo se condena al que dice, al que muestra. Mi estupidez, mi equivocación, mi grosería, mi representación estuvo en manos de mi personaje provocador que activó algo que estaba guardado en muchísima gente. Y pronto se mostró. Eso me ayudó a verme y saber que quien habló, no me identifica para nada. Yo quiero felicidad para la gente, no sufrimiento”.

“En esta semana leí y escuché mucho de lo que se expresó sobre el episodio. Y me di cuenta que no me estaban atacando a mí, estaban atacando a lo que dije. Y yo no soy el mensaje. Yo soy un canal, como todos los artistas del mundo. Pagamos por ser canales. No me identifico con lo que digo, sólo lo digo. Y en poco tiempo cambio para poder ver el mundo desde un nuevo lugar”, sostuvo, y agregó: “Me contradigo, me equivoco y esa inestabilidad es peligrosa. Se confundió el artista con el provocador y lo que expresé en esa charla hiere, en tiempos donde hay tanta sensibilidad con el tema violación”.

En otro párrafo, el cantante sostuvo que “mi inteligencia no pudo detener a mi canal de expresión y esa es mi condena. Es por eso que me hago responsable de ser un artista que no pudo mirar dónde estaba, este delicado tema merecía ser tratado en un ámbito académico y lo hice en un ejercicio con estudiantes de periodismo de espectáculos. No supe comunicarme”.

“Lo que quisiera que la gente sepa es que cargo con una combustión emocional que me hace frágil ante la mirada de los demás y fácilmente condenable. Pero la condena fue brutal. Pocos cuidan a los artistas, los usamos, vivimos de ellos, disfrutamos de sus obras, pero cuando se equivocan no tenemos piedad de sus errores y equivocaciones por mas fuertes que sean”, añadió.

Sobre el final, el ex líder de la Bersuit describió: “Ahora me encuentro solo frente a esta máquina viendo qué nos queda después de esta gran bomba. En este campo de batalla, lo que fui hoy yace muerto para mí, pero todo con el tiempo se repara. Aunque para que se repare es necesario abrir los ojos de la conciencia”.

“Para sanarme sólo me sirve transitar este brutal dolor. No me sirve condenar, ni victimizarme, ni explicar, ni justificar como respuesta. Y el perdón es lo único que puede curarme a mí y creo que a todos”, continuó.

Finalmente y tras preguntarse “entonces ¿qué es lo que nos queda?”, respondió: “Detener la marcha y tomar distancia por un largo tiempo, suspender todos nuestros conciertos -incluido el Gran Rex-, porque no quisiera contribuir a más sufrimiento”.

“Que nadie pelee más en mi nombre. Y a quienes quieran encontrarme, búsquenme en las canciones, que ahí está mi corazón”, pidió en el cierre de la carta y cerró: “Mujeres, poniéndome en sus zapatos vuelvo a pedir perdón desde mi auténtico ser varón”.

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