Ciudad

Cuando el barrio queda lejos

Convocan a una reunión para conformar una Multisectorial para mejorar el transporte

Claudio Gershanik, referente de la organización “Vivir y Convivir en La Tablada”, sostiene que las organizaciones civiles “no teníamos intención de meternos” en el conflicto del transporte, pero “nos obligaron a meternos de forma directa”


El transporte público hace tiempo que atraviesa una crisis sin precedentes. Si bien el intendente Pablo Javkin hace eje del problema en los incumplimientos de la mendocina empresa El Cacique, los orígenes multicausales de esta situación se ven mucho más recrudecidos en los barrios de la periferia de Rosario: si en el centro encontrar un un colectivo ya es difícil en horario nocturno, al alejarse del microcentro se suma la dispersión y falta de líneas que ingresen en los barrios, obligando a los vecinos a largos tramos a pie e incluso a tomar un trasbordo a altas horas de la noche.

Un conjunto de organizaciones sociales y asociaciones vecinales convocan a una charla informativa esta tarde para todos los que son afectados “por el mal servicio que brindan las empresas” de transporte público. La convocatoria tiene lugar a las 18 en la sede de ATE Rosario, San Lorenzo 1879, entre las calles Dorrego e Italia.

Claudio Gershanik, referente de la organización “Vivir y Convivir en La Tablada”, sostiene que las organizaciones civiles “no teníamos intención de meternos” en el conflicto del transporte, pero “nos obligaron a meternos de forma directa”. El vecino de zona sur advierte que la situación, específicamente de los colectivos, si bien tuvo leves mejoras, “ha ido de mal en peor” y afirma que “el ritmo del transporte es el de las escuelas”: “los colectivos funcionan con regularidad durante los horarios de la mañana y del mediodía que es cuando los chicos van y vuelven de la escuela” pero “por fuera de esos horarios, deja de funcionar. No hay colectivos”. “Y eso sin pensar en los horarios de la noche, donde directamente deja de haber frecuencias y muchas personas se quedan esperando un transporte para volver a su casa” y agrega que “durante los fines de semana y feriados hay menos frecuencias. La presencia del transporte pareciera ser solamente para las escuelas y no es así”.

Para Gershanik, el problema tiene diversas aristas, que tienen que ver sobre todo con una cuestión de seguridad: “hoy estar parado en una esquina es una apuesta” y recuerda que no sólo para los transeúntes que viajan desde un punto a otro de la ciudad, sino además, y específicamente, para los trabajadores que se movilizan en horarios de madrugada, como los gastronómicos, los trabajadores de la salud, de seguridad privada o incluso los propios choferes de colectivo.

“Hay que recuperar las cabinas de recarga de las tarjetas de colectivo” dice Gershanik, quien resalta que “si el kiosquero quiere brindar el servicio de recarga, tiene dos problemas: el primero es que no le da rentabilidad” y por otro lado, la persona que busca recargar su tarjeta de colectivo “va con el dinero justo. El comerciante debe comprarle debe comprarle directamente al banco (Municipal) el crédito y debe colocar el equivalente previamente del crédito”.

En este marco, el vecino de La Tablada propone un cambio en la implementación del crédito para cargar las tarjetas: “uno no compra pasajes, sino que carga dinero”, por lo cual su idea se basa en que los usuarios pidan al prestador del servicio de carga introducir una determinada cantidad de viajes como unidad de cambio, en vez de cargar dinero: “Desde el comienzo del año a esta parte, un día cargaste una cantidad de dinero fija, y te encontraste con que al día siguiente (por el aumento del boleto de colectivo) tenés menos de los pasajes que habías calculado, se te devaluó lo que habías cargado”.

“El intendente plantea que no es un problema general sino un problema con una sola empresa, que es El Cacique, y desconoce además la otra pata de la situación que es con la empresa oficial, que es Movi”. La llegada de la Tarjeta Sube es también un tema de debate para Gershanik, según el cual el cambio de la tarjeta local Movi al nuevo sistema implicaría una pérdida de autonomía de la ciudad para con su sistema de transporte: “cada vez son más las decisiones que se toman por fuera de Rosario y se toman en Buenos Aires” y enfatiza en este aspecto: “Yo prefiero al peor de los funcionarios rosarinos antes que las decisiones las tome el ministro de la Nación”.

Así y todo, Gershanik no está en contra de la llegada de la SUBE, aunque tiene sus reservas: “Cada vez que escucho a los concejales, hablan de que los problemas devienen de que no tenemos la tarjeta SUBE. Lo más cómico es que muchos de ellos se oponían a que llegara la tarjeta SUBE porque se pierde el negocio financiero con el Banco Municipal y que pasaría al Banco Nación”. “Lo que hay que pelear es para que esa aplicación de los subsidios que se aplican en la tarjeta SUBE se hagan en la MOVI, pero no hay que darla de baja”. “Personalmente, creo que hay que defender la Tarjeta Movi y solicitar que no se pierda la franquicia que se coloca en la tarjeta SUBE. El manejo debe ser de Rosario. Más adelante nos traerá muchos problemas”

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