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Construirán ciudad sólo para mujeres

Sarah Attar, la mujer saudita que compitió en Londres, todo un símbolo.

El debate en torno a la igualdad de géneros en Medio Oriente y países donde el ala dura del Islam es la religión predominante aún no logra hacerse paso y, por el contrario, las prohibiciones para el sexo femenino suelen radicalizarse. Lejos de flexibilizar las normativas, Arabia Saudita aplicará una idea insólita y no menos polémica: planea construir ciudades industriales sólo para mujeres.

De acuerdo con el diario Arab News, el objetivo del reinado es que la población femenina pueda involucrarse en las actividades económicas sin violar la Sharia, la ley islámica. “Estoy seguro de que las mujeres pueden demostrar su eficiencia en muchos aspectos y decidir qué sectores se corresponden mejor con sus intereses y su naturaleza”, explicó el director general de la empresa estatal Modon, Saleh al Rasheed.

La localidad será edificada en Hofuf, en el este, y será un proyecto piloto que podría disparar otros similares en diferentes puntos del reinado. El proyecto, que ya recibió el visto bueno de los ministerios competentes, busca aglutinar a mujeres trabajadoras y a fábricas con productos femeninos, y a la par reducir el número de empleados extranjeros. Según Arab News las autoridades locales esperan crear más de 5.000 empleos entre la industria textil, farmacéutica y alimentaria.

De acuerdo con la noticia, de la que también se hizo eco el diario británico The Guardian, la idea nació de un grupo de empresarias que necesitaban un lugar tranquilo donde ejercer su profesión. Sin embargo, las críticas se multiplican. “En un país donde el 60 por ciento de los graduados son mujeres y, sin embargo, el 78 por ciento de ellas están desempleadas, ¿cómo va a ayudar la separación por sexos a eliminar la discriminación?”, se preguntó la activista Homa Khaleeli en su blog.

Este país cuenta con uno de los peores historiales de derechos de las mujeres del mundo.

De acuerdo con el informe de Human Rights Watch “Menores perpetuas”, el régimen Saudita impone un sistema de tutela masculina que trata a las mujeres como si fueran niñas en todos los ámbitos de su vida. Existe una fuerte segregación de género, sobre todo en el trabajo. Salir de sus casas, vestirse, y hasta conducir, está prácticamente prohibido.

A fines del año pasado, una joven fue condenada a diez latigazos por manejar un automóvil en la ciudad Jeddah, pero ante los reclamos internacionales, las autoridades dieron marcha atrás. A mediados de junio de este año, el jeque Motlab al Nabet propuso que las mujeres sauditas oculten sus ojos aquellas que los tengan más atractivos.

Son muchas las muchachas y adultas (como la atleta Sarah Attar, que compitió en Londres 2012) que de forma anónima combaten por sus derechos. Sus voces se escuchan con fuerza en internet, donde denuncian y hacen campañas a favor de la integración.

El cambio llega de a poco: en septiembre de 2011 el rey Abdalá bin Abdelaziz, permitió la inclusión de las mujeres en el Consejo de la Shura –una suerte de órgano legislativo, pero sólo consultivo–, y las avaló a participar de elecciones municipales de 2015, tanto como votantes como candidatas.

Asimismo, este año el país permitió por primera vez la participación en los Juegos Olímpicos a dos mujeres, la judoca Woodjan Ali Seraj y la atleta Sarah Attar, con la condición de que vistieran el uniforme de acuerdo con sus creencias.

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