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Talento local

Conocé al “hombre orquesta” rosarino que, junto a su hijo, prometen ser los elegidos de “Got Talent”

Jacobo López es artista callejero, profesor de guitarra y armónica. Viudo desde hace 8 años, afianzó la relación con Máximo, de 13, y creó el dúo musical Tupá Cumpá, con el cual recorren el país con su música durante el verano y sueñan con hacerlo toda su vida. Ahora en semifinales del reality


Desde adolescente, Jacobo López miraba asombrado cómo su hermano sacaba sus primeras notas con la guitarra y la armónica. A modo de hobby, el mayor de los López destilaba música en sus ratos libres mientras trabajaba en una panadería, oficio que luego aprendió Jacobo. Fue así que, de a poco, Jacobo fue experimentando, hasta que hizo propios los instrumentos que su hermano ya no tenía tiempo de tocar debido a su rol en la panadería y comenzó a desarrollar su pasión por la música. Hoy, a sus 42 años, cuenta con 13 tocando en la peatonal Córdoba de Rosario y en las de ciudades como Salta, La costa y Cosquín. Hace poco se lo vio junto a su hijo Máximo en la primera instancia de Got Talent, donde dejaron atónitos a los jurados mostrando el dúo Tupá Cumpá, tanto que avanzaron en etapas y llegaron a la semifinal del certamen.

“Impresionante, la rompieron, estuvo espectacular” dijo Lizi Tagliani tras su primera presentación. A lo cual Abel Pintos agregó: “Está buenísimo lo que hacen, muchachos, me encantó”. En la misma sintonía, Flor Peña destacó: “Qué bueno que puedas compartir el arte con tu hijo”.

En medio de las devoluciones Jacobo compartió que cuando máximo tenía 5 años murió su esposa, momento en el cual se planteó cómo seguiría su vida y decidió “hacer lo que realmente me hace bien y disfrutar la vida”, y fue así que dejó su trabajo en una panadería y decidió dedicarse a la música de lleno, pasión y oficio que tras su primer paso por el reality “está abriendo muchas puertas”. “Este es el ejemplo de que el arte sana y de que el arte salva”, agregó Peña.

Al casting: siempre tarde

Jacobo advirtió a El Ciudadano que nunca se enteraban de los castings en la ciudad o alrededores para este tipo de programas, por lo cual nunca habían manejado la posibilidad de participar. Y para Got Talent fue igual, salvo que, estando en Cosquín, la producción del programa se contactó con él a través de sus redes sociales anunciándoles la convocatoria en Rosario. “Estábamos en Cosquín así que no hacíamos tiempo de llegar, pero nos dieron la oportunidad de presentarnos en Córdoba, unos pocos días más tarde. Fue todo una sorpresa porque, en realidad, fue una señora que trabajaba en Telefe la que nos recomendó por ver unos videos nuestros en YouTube. Al tiempo dejó de trabajar en el canal, pero nos la presentaron cuando llegamos a Buenos Aires y pude agradecerle en persona”, dijo reviviendo la sorpresa del momento.

Siempre para adelante

Si bien su formación ha sido autodidacta, Jacobo López estudió algunos años en la Escuela Provincial de Música, cuenta en su haber con integrar bandas de la ciudad, es luthier de armónicas, hace reparaciones de instrumentos y, tal sostuvo: “La curiosidad me fue llevando de una cosa a la otra”. Lo mismo con transformarse en el Hombre Orquesta: “De a poco fui viendo cómo incorporaba más instrumentos a la hora de tocar en la calle, hasta refaccioné una vieja tricicleta a la que le hice una especie de carrito para trasladar todo cuando toco. Pero hasta hoy sigo pensando qué otro instrumento, y cómo, puedo incorporar”.

Además, dejó en claro que si bien es sacrificado, no encuentra “mejor lugar en el mundo” para su música que “tocar en la calle”. “Me animé a ir a la peatonal, saqué mi habilitación en la Municipalidad y ahí comencé. Me siento muy bien con mi arte, con el contacto con el público, es un espacio digno para expresarse y conocer personas, situaciones y oportunidades que te enriquecen la vida”, confió quien desde el jueves toca en distintos puntos de la peatonal Córdoba a partir de las 10.30 y hasta las 15, y que los domingos, ya con Máximo, musicaliza las tardes de feria del Parque de España.

Una enseñanza de vida

La muerte de su esposa, y madre de Máximo llevó a Jacobo a cuestionarse qué quería en la vida. Más allá de hacerse cargo al 100 % de la crianza de su hijo, que por entonces tenía apenas 5 años, decidió dedicarse de lleno a la música. “Comprendí que lo más importante es ser feliz y con el tiempo fui incorporando, o se fue incorporando Máximo a esta hermosa locura que vivimos juntos. Somos muy compañeros y si bien a veces se manifiestan las  diferencias de edad y generación, disfrutamos mucho de hacer música juntos, es ya nuestro estilo de vida, el viajar los veranos a tocar en plazas y calles de otras ciudades, o el fin de semana en eventos a los que nos llaman, o la feria frente al río”, mencionó orgulloso y aclaró: “Él sabe muy bien que yo decidí dedicarme a esto, que esta es mi fuente de ingreso, mi trabajo y mi responsabilidad, y que él no está atado a ello. Primero debe terminar sus estudios y si se suma al proyecto, que sea con compromiso, pero que sobre todo lo disfrute y si el día de mañana decide dedicarse a otra cosa, lo voy apoyar, lo que sea para que sea feliz”.

En la tele para todo el país

Tras su paso por Got Talent, Jacobo aseguró que “hubo un antes y un después, es una exposición bastante importante y el estar ahí tuva mucha repercusión. Hubo mayor llegada a la gente y seguro abrirá muchas puertas”. Además admitió que esta exposición lo lleva “a perfeccionarse, a crecer, a pisar otros lugares, que ha sido la idea de entrar en el concurso”. “Si se gana, sería maravilloso, pero nosotros ya estamos felices por estar formando parte de una convocatoria así. Es más – señaló- hablé con Máximo sobre el tema y él esta aprendiendo cómo es este mundo de la tele, que sea conciente de que estamos teniendo nuestros minutos de reconocimiento, pero que eso no sea el motivo principal ni tampoco cambie lo que venimos haciendo”.

Además reconoció que con su música en la calle, bien puede cambiarle el día, o el momento a cualquiera que pase cerca y decida escucharlo: “Me pasó muchas veces que, como me gusta tanto la música y todos sus géneros, toco de todo un  poco, y se me han acercado personas con lágrimas en los ojos porque pasaban por ahí, inmersos en su rutina, y de repente escucharon mi música y le remitió a un momento agradable en su recuerdo. Eso para mí no tiene precio, obvio que me interesa tener un contrato y hacer música desde un escenario, pero la calle me da ese regalo de que si con la música puedo sacarle una sonrisa y/o mejorarle el rato a alguien, ya estoy satisfecho”.

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