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Conocé a Rubí, la primera presidenta trans de un centro de estudiantes

La joven de 31 años ganó la conducción del gremio estudiantil como candidata de la agrupación Guillermo Estévez Boero del MNR, en las elecciones que se hicieron este miércoles y jueves en el Instituto Superior de Enseñanza Técnica Nº 18


Rubí del Mar Pérez tiene 31 años y es la flamante voz del centro de estudiantes del Instituto Superior de Educación Técnica N° 18. Pero no es cualquier voz. Es la primera mujer trans que ganó la presidencia de educación superior, con el 54 por ciento de los votos, como candidata de la agrupación Guillermo Estévez Boero del Movimiento Nacional Reformista (MNR).

“Este logro es para que podamos vivir en una sociedad más justa y más libre. Participar de un espacio educativo es gratificante. Es un pañuelo que me propuse enaltecer. Hay que construir desde las diferencias”, dijo a El Ciudadano, la estudiante de segundo año de locución, cuyo nombre estuvo en las pantallas de televisión, en portales digitales y radios.

Rubí participa del Centro de Estudiantes desde 2018 y trabaja en la Secretaría de Género, espacio al que accedió a través de las elecciones estudiantiles del año pasado. “Desde que ingresé al Iset me sentí muy cómoda y respaldada por la agrupación GEB, el MNR y las autoridades de la institución”, aseguró.

Las elecciones entre los estudiantes del instituto de Moreno y Rioja fueron este miércoles y jueves y el GEB obtuvo el 54 por ciento de los votos, mientras que la segunda fuerza, Antonio Gramsci, sacó el 46 por ciento.

La joven repasó los puntos principales de la propuesta que la llevó a las urnas: el compromiso con las y los estudiantes de renovar los planes de estudio que tienen más de dos décadas, volver al instituto un lugar sustentable con conciencia ambiental, y aplicar protocolos de género y diversidad.

La zavallense

Rubí del Mar nació en Zavalla, una localidad sobre la RN 33, que limita al este con Pérez, y al oeste con Pujato. “Nací el 25 de mayo de 1988. Sí, una fecha patria, pero revolucionaria como yo”, aseguró.

Rubí es hija de Matilde y de Kelo. Tiene cinco hermanos: Victoria, Diego, María, Ezequiel y Verónica. “Mi familia siempre me apoyó. Fue un camino del desconocimiento a la aceptación total. Somos sangre”, resumió.

Un nombre de novela

La joven contó que la pasó muy mal durante el secundario. Los estudiantes la hostigaban y la discriminaban. “Tuve mucha persecución por parte de mis compañeros. Hace unos años no había políticas de género y de inclusión. De «diversidad» hablaban tres personas”, lamentó.

El nombre Rubí lo heredó de sus compañeros: era una malvada de una novela mexicana que por ese entonces fue un boom.

Por la discriminación y el acoso que sufrió en Zavalla, decidió mudarse a Rosario. En 2011 retomó sus estudios en el Eempa Nº 1.164 José Pedroni, de zona norte. “Todavía no estaba la ley de identidad de género. Cuando me fui a anotar le pedí a la directora que cuando los profesores tomen lista  me digan Rubí, o me llamen por el apellido. Siempre me respetaron”, contó.

Sin escalas

De a poco y casi sin darse cuenta, la joven se fue comprometiendo con luchas y causa sociales del colectivo trans.  Desde hace un tiempo sabía que quería estudiar locución y el año pasado comenzó la carrera. También, hizo cursos de masajes, estética y de secretariado administrativo. “Mandaba currículums y no pasaba nada. No quería resignarme y sólo ser trabajadora sexual. Todavía lo ejerzo porque tengo que mantenerme. No tengo otra opción,  por ahora”, explicó. “Quiero terminar locución y empezar periodismo.  Hay otra realidad posible para la comunidad trans”, agregó.

Va por más

“De a poco todo va cambiando. Es un proceso lento. Se viene un año cargado. La idea es trabajar desde hoy. Ya me llegó la primer queja de una de las carreras del centro de estudiantes”, contó.

Rubí dijo: “Todos tenemos la posibilidad de torcer el destino y de cambiar el rumbo hacia una sociedad plural donde tengamos los mismos derechos y la libertad de expresarnos en diversidad. Por eso, algunos de los sueños que me quedan por cumplir son convertirme en madre y conocer la India”.

Programa de becas para personas trans

Desde 2017, la Subsecretaría de Diversidad Sexual de la provincia de Santa Fe sostiene un programa de becas educativas destinado a personas del colectivo trans. Según destacó el responsable del área, Esteban Paulón, durante el primer año alcanzó a 123 personas trans de 33 localidades; en 2018 a 140 de 40 localidades y este año aspiran a superar las 150 personas.

Según una encuesta que hizo la provincia, cerca del 73 por ciento de las personas trans no finalizó sus estudios primarios o secundarios.

En febrero, 872 personas trans accedieron al reconocimiento de identidad en Santa Fe (222 varones trans y 650 mujeres trans).

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