Un adolescente de 14 años murió tras impactar el cuatriciclo que conducía contra un árbol en calle Moreno al 500, a metros de la avenida San Martín, una de las arterias más transitadas de la ciudad de San Lorenzo. El hecho volvió a poner en agenda la discusión sobre los lugares y circunstancias habilitadas al uso de esos vehículos y quiénes están aptos para manejarlos.
El fatal accidente se produjo minutos después de las 15 del martes, cuando en San Lorenzo caía una intensa lluvia.
Según medios de la localidad ubicada al norte de Rosario, el conductor fallecido fue identificado como Martín Guido, un adolescente de 14 años que residía con su familia en calle San Juan al 600.
Según testigos del hecho, el chico circulaba a alta velocidad, cuando perdió el control del vehículo a causa del agua acumulada sobre el pavimento de la calzada. El hecho provocó que el cuatriciclo chocara contra el cordón de la vereda justo a la altura de la Escuela Nº 218 Leandro Alem, en el centro de San Lorenzo.
Así, el joven salió despedido y golpeó contra un árbol, perdiendo la vida en el acto producto del fuerte impacto que sufrió en el cráneo. Según trascendió, Martín no tenía el casco puesto. Su cuerpo fue llevado luego al Instituto Médico Legal para los estudios correspondientes.
En tanto, y por la mecánica del hecho, las autoridades de esa ciudad y fuentes judiciales y policiales descartaron ayer la intervención en el caso de algún otro vehículo o un tercero.
La muerte de Guido conmovió a los vecinos de San Lorenzo y volvió de alguna manera a poner en agenda la discusión sobre los lugares y circunstancias habilitadas al uso de cuatriciclos y quiénes están aptos para manejarlos.
Según señala una resolución (la número 108/03) de la Secretaría de Comercio Interior de la Nación, existe actualmente una prohibición general “para circular en vía pública” con cuatriciclos, salvo aquellos modelos autorizados por otra área de la administración central: la Secretaría de Industria, Comercio y Minería.
De allí que (siempre de acuerdo a la misma normativa) el uso sea habitualmente “de tipo agrario”, a lo que se les agrega (con permisos especiales) el “deportivo o recreativo”.
“La mayoría de los modelos tienen un palier fijo y son de tracción trasera por lo que no están preparados para circular por el asfalto; se ha observado en este sentido que pierden estabilidad fácilmente al realizar maniobras de giro”, completa luego en su contenido la ley que rige para todo el país.
En diálogo con este medio, el director de Gestión de la Agencia Provincial de Seguridad Vial, Hernán Matich, recordó que los cuatriciclos no están contemplados “en la ley nacional de tránsito y no tienen licencia de configuración de modelo”.
“Esto último es una certificación que se otorga para autorizar a la circulación en la vía pública, lo que incluye a caminos y rutas pavimentadas a cielo abierto donde se comparte el tránsito con otros vehículos. En la mayoría de los casos los cuatriciclos ingresan al país como maquinaria agrícola ya que tienen características para transitar por tierra y arena”, señaló el funcionario provincial, quien agregó que el control en el éjido urbano de cada localidad es competencia de los municipios.
Tras eso, Matich mencionó que el uso se agrava (además de la cuestión legal) cuando el vehículo es utilizado por menores ya que éstos “no tienen la fuerza suficiente para conducirlos”. “No son juguetes, requieren idoneidad conductiva mayores a las de una moto o auto. Además, los cuatriciclos tienen una característica engañosa porque dan la falsa sensación de estabilidad”, apuntó.
En tanto, en contacto con medios locales, el secretario de Gobierno de la Municipalidad de San Lorenzo, Iván Ludueña, sostuvo que en distintos operativos el Ejecutivo de esa localidad ha remitido al corralón varios cuatriciclos en el último tiempo. “Inclusive, en el centro habíamos visto reducido el tránsito de este tipo de vehículos”, agregó el funcionario.
“En caso de haber sido mayor este chico debería haber tenido carné de categoría especial para manejar una máquina agrícola y los elementos de seguridad necesarios para circular. Todas las normas fueron desoídas con un desenlace fatal”, lamentó Ludueña en declaraciones al portal Síntesis.
Hay antecedentes
El caso de menores al mando cuatriciclos que mueren tras un siniestro tiene varios antecedentes en el último tiempo en el país. A principios de este mes un chico correntino de 12 años murió en Cariló, el exclusivo balneario del partido de Pinamar, tras volcar con un cuatriciclo, lo que le provocó lesiones abdominales graves.
La víctima iba con dos amigos que lo acompañaban en otros dos rodados similares, a 3 kilómetros del balneario “Divisadero”, cuando se produjo el fatal vuelco. Los padres del menor lo encontraron tirado en la arena, en una zona plana, tras lo cual un turista lo llevó a una sala sanitaria, donde falleció minutos después.
El episodio reconoce otros antecedentes en Pinamar, aunque no todos con el mismo saldo trágico.
El último ocurrió en enero de 2014 en una zona conocida como “La Frontera”, cuando un niño de 10 años murió tras volcar el cuatriciclo conducido por un familiar. Un año antes, un chico de 11 años quedó en coma al chocar con un cuatriciclo que manejaba su padre.
En 2011, en esa ciudad costera, un nene de cuatro años fue atropellado por otro de seis que conducía un cuatriciclo, en tanto, en 2010, el hijo menor del futbolista Juan Sebastián Verón atropelló a una joven que veraneaba en las playas de Cariló, cuando circulaba con su cuatriciclo por los médanos del balneario.
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