El régimen sirio sintió la necesidad de desmentir la deserción de su vicepresidente, que fue anunciada por rebeldes en cadenas de televisión árabes. El vicepresidente “Faruk al Shara no ha pensado en ningún momento en irse del país”, señaló el canal público en el que citan un comunicado de su oficina. No obstante, no muestran imágenes suyas que lo corroboren. Recientemente abandonaron el país el primer ministro y el oficial del ejército de mayor rango.
El segundo del mandatario de Sirio era uno de sus hombres de confianza y, además, durante quince años se desempeñó como jefe de la diplomacia hasta 2006, antes de su último cargo. Varias cadenas árabes habían anunciado su deserción a Jordania, citando a los insurgentes.
En un comunicado, la comandancia del Ejército Sirio Libre (ESL, rebelde) afirma que según “informaciones preliminares, habría habido un intento de deserción” que se “saldó con un fracaso”. La guerrilla aclara, no obstante, que “nosotros no confirmamos ni desmentimos las informaciones sobre la deserción”.
Últimamente, el régimen sirio se ha visto sacudido por deserciones de altos cargos. Entre ellos abandonaron el régimen el primer ministro Riad Hijab y el general Manaf Tlass, el oficial del ejército de mayor rango en haber abandonado el régimen y amigo de la infancia del presidente Bashar al Asad.
Según el comunicado de su despacho, el vicepresidente Shara saludó el nombramiento, la víspera, del nuevo mediador internacional para Siria, Lakhdar Brahimi. El segundo del régimen es favorable a “una posición unificada del Consejo de Seguridad de la ONU para que (Brahimi) pueda llevar a cabo su difícil misión sin obstáculos”, señala la nota.
El enviado de las Naciones Unidas, de 78 años, sustituye en el cargo a Kofi Annan, que presentó su renuncia ante el fracaso de su plan de paz. Este nombramiento se produjo al día siguiente de que el Consejo de Seguridad ordenara, el jueves, el fin de la misión de observadores en Siria, ante la falta de acuerdo de los países para poner fin a un conflicto que no deja de agravarse.
Pero el nuevo mediador de la ONU y la Liga Árabe para Siria confesó tener pocas esperanzas de que se pueda poner fin a la guerra civil en el país árabe. “En lo que confío es en que voy a poner todos mis esfuerzos, voy a hacer lo máximo posible”, declaró a una cadena informativa francesa.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió un apoyo internacional “fuerte, claro y unificado” a Brahimi. China, aliado de Siria, y Estados Unidos, que pide la renuncia de Bashar al Asad, prometieron ambos apoyar a Brahimi. La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, hizo lo propio, ante la “inmensa tarea que le espera”. Rusia saludó el nombramiento de Brahimi, con la esperanza de que retome el plan de paz de Annan y el acuerdo de Ginebra, que propugna una transición política en el país.
Los rebeldes reclaman, además de armas, una zona de exclusión aérea como se hizo con Libia. No obstante, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, se declaró en contra de esta idea en una entrevista que será difundida en Sky News Arabia.
Moscú es el más fuerte aliado del régimen sirio y ha hecho valer su veto en tres ocasiones, junto a Pekín, a resoluciones del Consejo de Seguridad que incluían amenazas de sanciones contra Damasco.
Mientras, en el campo de batalla prosigue la violencia. La norteña localidad de Azaz, situada en la provincia de Alepo, fue bombardeada este sábado por la aviación del régimen, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una ONG que se apoya en una red de militantes y de testigos.
Asimismo, barrios de Alepo, teatro, desde hace un mes, de una batalla crucial entre los rebeldes y el régimen, estaban siendo bombardeada, y se registraban combates en otros sectores. La ciudad de Hirak, en la provincia de Deraa (sur), era el blanco de fuertes bombardeos y la de Homs, donde los rebeldes siguen controlando varios barrios, estaba sufriendo bombardeos, lo que ha causado un muerto entre los civiles.
Por otra parte, según la agencia nacional libanesa, tres sirios fueron secuestrados el sábado por cuatro hombres en la carretera que va al aeropuerto internacional de Beirut. Este anuncio se produce tres días después de que un clan chiita anunciara el secuestro de una veintena de sirios y un turco en represalia por el secuestro de un miembro de su familia reivindicado por un grupo rebelde sirio. La embajada de Estados Unidos en Beirut pidió el viernes a los ciudadanos en Líbano que extremen la precaución.
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