Policiales

Rey de la efedrina

Confirman una de las condenas al célebre Mario Segovia

Se trata de la causa que investigó el envío de 300 kilos de efedrina desde el depósito fiscal Sadocks, ubicado en el barrio porteño de Barracas, a México. Cincuenta días atrás un ex director de esa firma que había declarado como testigo en este expediente fue baleado en Rosario


La Corte Suprema de Justicia dejó firme este martes una condena a 9 años de prisión que recibió el rosarino Mario Segovia, conocido como Rey de la Efedrina, en el marco de una causa por el contrabando de casi 300 kilos de esas sustancias ocultos en un cargamento de azúcar, informaron fuentes judiciales.

El máximo tribunal desestimó por unanimidad los recursos de queja presentados por la defensa de Segovia, del también rosarino Rubén Galvarini (7 años de cárcel) y de Jorge Gómez (6 años) así como las penas impuestas a las firmas South American Dock, Sadocks SA y Euromac SRL, a las que se les retiró su personería jurídica, se les canceló su inscripción ante el Registro Público de Comercio y se le hizo pagar las costas.

Contra esas condenas, los abogados interpusieron sendos recursos que fueron rechazados por la sala I de la Cámara Federal de Casación y terminaron yendo en queja a la Corte.

Al resolver, los ministros Carlos Rosenkrantz, Elena Highton de Nolasco, Juan Carlos Maqueda, Ricardo Lorenzetti y Horacio Rosatti consideraron que los recursos interpuestos son inadmisibles, motivo por el cual las condenas dictadas en 2012 por el Tribunal Oral en lo Penal Económico 2 quedaron firmes.

En la causa, se juzgó la exportación de 294 kilos de efedrina y pseudoefedrina y el intento de exportación de otros 523 kilos, como así también las importaciones de sustancias como ricinina y aconitina en escasas cantidades.

Segovia, un ex comerciante y ex piloto de avión, había sido acusado de ser, bajo el alias de Héctor Benítez, el proveedor del precursor químico a ser contrabandeado, hecho que fue dado por probado tanto por el juez de primera instancia, Marcelo Aguinsky, como por el tribunal oral.

La causa se inició en 2007 tras el envío de la efedrina oculta en un cargamento de 12 toneladas de azúcar marca M&K por parte de Maximiliano Iñurrutegui (condenado a tres años de prisión), cuyo exportador fue la firma Euromac SRL, representada por Angela Colángelo (que tiene una pena de 2 años y ocho meses).

El cargamento de efedrina camuflada fue encontrado luego en una sede de la firma Mercadeo y Logística Comercial Pegasso SA, de Naucalpan, México.

La justicia encontró más tarde otro cargamento de paquetes de azúcar de la misma marca en el depósito de South American Docks SA, en el barrio porteño de Barracas, listo para ser exportado a México.

Además de esta causa, el Rey de la Efedrina tiene una condena a 14 años de prisión por el envío de 4.400 kilos de efedrina, parte de ellos elaborados desde un laboratorio de metanfetamina que se había montado en la localidad bonaerense de Ingeniero Maschwitz, la cual quedó en 16 años porque se le unificó con otra de cuatro que tenía también del fuero Penal Económico.

Testigo en peligro

En la mañana del pasado 18 de septiembre, el empresario Andrés Lamboy fue víctima de una emboscada en las afueras del colegio San Bartolomé, en Wilde al 1100, cuando al menos dos desconocidos lo atacaron a balazos. Seis tiros, repartidos en zona de pelvis y tórax, lo dejaron en estado reservado, aunque estable, en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca). La víctima acababa de dejar a sus hijos en esa escuela.

Tras el ataque, el abogado de Mario Segovia se presentó ante la Fiscalía de Homicidios, luego de que trascendieran supuestos llamados de su cliente desde su lugar de detención en las horas previas al ataque. Lamboy había declarado como testigo en la causa por la que Segovia acaba de recibir la ratificación de condena, en su carácter de director de la firma Sadocks, propiedad de su entonces suegro, Galvarini.

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