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Confirman procesamiento a Juan Cabrera, el Indio Blanco

Por Carina Ortiz / Alejandro España.- Es el dueño del bar La Rosa y lo acusan de explotación económica y facilitamiento de la prostitución.


indio

La Sala 4ª de la Cámara Penal confirmó el procesamiento de Juan Carlos Enrique Cabrera, conocido en el ambiente de la noche como Indio Blanco, por el delito de explotación económica y facilitamiento de la prostitución. El tribunal consideró que la medida adoptada en su momento por la jueza Alejandra Rodenas, y que fue apelada por el abogado defensor del empresario, “luce, más que suficientemente sostenida en este caso”.

Los jueces Daniel Acosta, Rubén Jukik y Carlos Carbone corroboraron todo lo actuado por Rodenas, quien lleva adelante la causa mediante la cual se investiga al Indio Blanco por facilitamiento de la prostitución como dueño del sexy bar La Rosa y un hotel alojamiento lindero, ubicados en Callao 123 y 125 bis, respectivamente. Ambos establecimientos fueron clausurados en mayo pasado.

Los jueces rechazaron la apelación presentada por el abogado Paul Krupnik y, entre otras cosas, consideraron que para el procesamiento se “empleó una metodología argumentativa que podrá o no compartirse en un juicio de conveniencia pero que en definitiva satisface la exigencia constitucional de fundamentación”. Asimismo, ratificaron que en este caso “no hay dudas de que la explotación económica se encuentra presente para la organización y el apoyo de un negocio de prostitución del que (Cabrera) obtiene lucro”.

Además, el tribunal se encargó de resaltar que el abogado defensor en ningún momento rechazó que los dos negocios, el bar y el alojamiento contiguo, pertenezcan a su cliente. En base al informe policial, las tareas de campo y los allanamientos realizados el pasado 25 de mayo, “se puso en claro que no se trata de la existencia de un simple bar temático sobre sexo que por casualidad tenga instalado un alojamiento por hora, sino de negocios estrechamente vinculados, no sólo por la identidad de su titular sino además por estar uno al servicio del otro en sus objetivos”.

Para corroborar que ambos locales trabajaban de manera conjunta, una pareja de investigadores simuló interesarse en contratar un servicio de habitación en el hotel alojamiento. “Lo hicieron de manera independiente, sin provenir del bar, pero no pudo hacerlo porque se le explicó que el hotel era de uso exclusivo para mujeres y clientes del bar contiguo; es decir, para alojarse en el hotel no sólo era necesario provenir del bar sino que además la mujer fuera una de las alternadoras que allí trabajan”, señalaron los magistrados.

“Las declaraciones testimoniales pusieron de relieve no sólo que el imputado Cabrera es quien daba las órdenes en el lugar sino que además el sistema funciona de tal manera que las alternadoras ofrecían en el bar servicios sexuales para ser brindados en el alojamiento contiguo mediante el pago de una suma de dinero que, en algunos casos, era entregada a la alternadora y, en otros, a la encargada del hospedaje, siempre de modo integral y sin diferenciar el costo del servicio sexual de otro que pudiera pertenecer al alojamiento, produciéndose al final de la jornada el pago a cada alternadora no sólo de lo que le correspondía por lo que le había hecho consumir a cada cliente sino además el 50 por ciento de lo cobrado por los servicios sexuales que había prestado”, se lee en el escrito judicial, que en el mismo sentido llega a la conclusión que “se desmiente el discurso del indagado (Cabrera) acerca de que se brindaba el servicio de alojamiento a las alternadoras para que de manera privada y particularmente pudieran convenir trato sexual con su cliente”.

La Sala 4ª señaló que con todo lo documentado en la causa se puso de manifiesto que “no se trata de un grupo de prostitutas que se hubieran asociado libremente entre ellas contratando servicios de apoyo para el desarrollo de su profesión, sino que existe una persona que montó una infraestructura para la atención del cliente, al que le ofrecía diversión, servicio de prostitutas y alojamiento. Él mismo contrataba a las prostitutas, y no a la inversa, y le pagaba a particulares por servicios que prestaban en cada jornada, con lo cual lucraba con esta actividad”.

Los jueces subrayaron que Cabrera “montó el complejo de bar con espectáculo y alojamiento contiguo para promover el ejercicio de la prostitución de mujeres contratadas para tal finalidad, facilitándola mediante el aporte de toda la infraestructura desplegada, aprovechando económicamente la misma mediante el lucro que obtenía”.

La caída del Indio

Juan Carlos Enrique Cabrera fue detenido el pasado 25 de mayo en el sexy bar La Rosa durante un allanamiento en el que se encontró a 19 mujeres mayores de edad y 18 hombres que se encontraban entre el público; en el hotel que funcionaba al lado del bar la Policía halló a dos mujeres que se encontraban cada una con un cliente en las habitaciones 1 y 2.

El Indio Blanco estuvo detenido hasta el 11 de junio, cuando fue liberado después de abonar una fianza de 30 mil pesos y sometido a una serie de restricciones como la imposibilidad de salir de la ciudad.

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