Policiales

El caso conmovió a Esperanza

Confirman duras penas a los abuelos maternos y el tío de un menor abusado

A la mujer la condenaron a 20 años de prisión, a su esposo a 18 y al hijo de ambos a 16 por abuso sexual con acceso carnal, con distintos roles. La denuncia la realizó la madre de un adolescente en 2014, por delitos cometidos cuando el joven era un niño. Pese a la confirmación, siguen en libertad


La Cámara de Apelaciones confirmó las duras penas sobre los tres acusados condenados.

La causa que investiga los abusos sexuales sufridos durante varios años por un niño de la ciudad santafesina de Esperanza en su seno familiar, por parte de sus abuelos maternos y un tío, sigue provocando polémica. Hace diez días, la Cámara de Apelaciones confirmó las duras penas que en octubre pasado recayeron sobre los tres acusados condenados a 16, 18 y 20 años de prisión. Pero siguen en libertad.

El “caso Baraldo” tuvo gran repercusión mediática y dividió opiniones en la sociedad entera. Entre ellas, la del cura local quien hizo público su apoyo a los implicados y movilizó en diciembre pasado a un centenar de personas, entre ellas el padre biológico del menor, para proclamar la inocencia de los acusados. Por otro lado, el fallo que confirmó la culpabilidad fue celebrado por la madre del menor en una conferencia de prensa junto a fiscales y querellantes quienes no quisieron adelantar la estrategia procesal que utilizarán para concretar las detenciones.

El 13 de febrero pasado, los camaristas Roberto Reyes, Fabio Mudry y Alejandro Tizón confirmaron por unanimidad la sentencia de primera instancia que en octubre pasado condenó a Víctor Hugo Baraldo, de 58 años, a 18 años de cárcel por los delitos de abuso sexual con acceso carnal (agravado por dañar de gravedad la salud mental de la víctima, ser cometido por ascendiente, encargado de la educación y guarda, por dos personas y aprovechar la situación de convivencia preexistente con el niño menor), además de promoción de la corrupción agravada y por coacciones reiteradas.

A su esposa Nidia Noemí Morandini, dos años menor, le dieron 20 años de prisión por los mismos delitos pero como partícipe principal del abuso. Y a Juan Pablo Baraldo, de 36 años y  tío materno de la víctima, lo condenaron a 16 años por los mismos delitos que a sus padres además de coacción agravada por el uso de arma y desobediencia a un mandato judicial.

Tras el fallo, los fiscales Omar De Pedro y Daniel Filippi realizaron una rueda de prensa el miércoles pasado junto a los abogados querellantes, Martín Risso Patrón y Carolina Walker.

“Esperamos que este fallo sea un mensaje a la sociedad: hay personas condenadas a 20 años de prisión por abusar de menores”, dijo De Pedro quien no supo responder por qué los tres condenados siguen en libertad, aún con la reciente confirmación de los jueces de segunda instancia.

“¿Por qué siguen en libertad? Yo me lo pregunto también. Habría que preguntarle a la Cámara de Apelaciones”, dijo el fiscal en clara disconformidad con el fallo que el año pasado revocó las prisiones preventivas hasta que la sentencia quede firme, y dando por sentado que la defensa de los acusados volverá a apelar ante la Corte Suprema de Justicia y a instancias superiores de ser necesario.

La denuncia

Los abusos contra el menor fueron denunciados por su mamá –hija y hermana de los condenados– entre 2014 y 2015, cuando su hijo entró en la adolescencia y se animó a contarle los tormentos que había sufrido siendo niño.

A la sentencia de primera instancia se llegó luego de un juicio oral que se prolongó por casi dos meses y en el que declararon cerca de 25 testigos. Tras alcanzar las tres condenas, el fiscal Omar De Pedro celebró: “Este fallo nos deja la sensación de que por fin se pudo escuchar al menor”.

En ese sentido dijo que no podía mencionar su nombre por cuestiones legales pero aclaró “créanme que tiene un nombre, un apellido, una vida… y venía sufriendo muchísimo por todo esto porque, de alguna forma, con lo que se venía diciendo de la otra parte, parecía que había mentido o que era un tonto, que lo habían inducido y para nada fue así. Quedó demostrado claramente en el juicio que dijo la verdad”.

El fiscal dijo también que en el juicio oral quedaron demostradas “las presiones a sus maestras para que no vengan a declarar, a una psicóloga que lo entrevistaba para que no lo vea más, a todo este grupo (querella, fiscalía y familia) que también sufrió presiones. Es una investigación que tuvo este cariz por cuatro años y se cayó un juicio por este tipo de cuestiones, claramente vinculadas al grupo íntimo de los imputados. Ya lo hemos dicho sin tapujos en el juicio. Y lo puedo decir ahora, porque ha quedado demostrado”.

De Pedro recordó que el niño “declaró ante cuatro psicólogos, dos en cámara Gesell, y dos entrevistas. Estos profesionales no se conocen entre sí. Es uno de los casos más claros que he tenido en los cientos que investigamos. Costó. Fue muy cuestionado, porque recuerden que éste es un caso que, por ejemplo, sufrió una demora de seis meses porque a dos abogados les dolía la cintura. Tuvieron un ataque y presentaron certificados de distintos médicos el día previo a la audiencia preliminar”.

En relación a que la abuela de la víctima haya recibido una condena más alta por su mayor responsabilidad De Pedro señaló: “Voy a contestar con las palabras del menor: «Ella sabía y me llevaba a lo de mi tío». Lo llevaba sabiendo que estas cosas pasaban, cuando ya sabía y estaba cuando pasaban en su casa”.

Por su parte, la mamá del niño abusado dijo que la “justicia tardó pero nos escuchó. También dijo que lo que le ocurrió a su hijo es “irreparable”. En ese sentido aclaró: “Esto no terminó. No basta con la condena. Ellos tienen que estar adentro, no pueden seguir afuera. Las vidas nuestras corren peligro”. Y dirigió un mensaje a otras madres: “Confíen. Una madre puede contra todo. Es terrible pasar por este proceso. Nos calumnian, nos destratan como mujeres, pero se puede. Tengan fe en la justicia. Golpeen las puertas que sean necesarias, como hicimos nosotros en estos cuatro años. No fue fácil”.

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