La Cámara Penal confirmó la sentencia dictada a un joven que mató a otro para robarle la moto. El hecho ocurrió a mediados de 2019 cuando la víctima, Joel Nicolás Bello, se trasladaba en la motocicleta junto con su novia. Cuando se disponía a cruzar el puente Sorrento recibió un piedrazo en la cabeza. El ladrón se llevó la moto mientras la víctima agonizaba en el lugar; tres días después falleció. El sospechoso, Jonatan Zapata, fue detenido al día siguiente cuando protagonizó un siniestro vial con la moto sustraída. En marzo del 2021 fue condenado tras un juicio oral a prisión perpetua, condena que confirmó un tribunal de segunda instancia.
La noche del 19 de julio del 2019 Joel Nicolás Bello, de 19 años, circulaba en su moto junto a su novia de 16 por calle Sorrento y al traspasar Cullen recibió un piedrazo en la cabeza. La víctima llevaba casco pero ello no evitó una lesión mortal. Junto con su acompañante cayeron al piso y mientras el conductor agonizaba el ladrón se acercó, hizo ademanes de tener un arma de fuego, levantó la moto Honda Wave y escapó del lugar.
Al día siguiente, Jonatan Ezequiel Zapata, hoy de 22 años, chocó con la moto robada en Entre Ríos y Catamarca. Dos días mas tarde Bello, que había sufrido primero muerte cerebral, falleció en el hospital.
Tras el siniestro vial Zapata obtuvo el alta médica y fue a parar a un penal. Fue imputado como autor del robo y el crimen de Bello. En marzo del año pasado fue enjuiciado y el tribunal compuesto por los jueces Hernán Postma, Pablo Pinto y Rodolfo Zvala lo encontró responsable del delito de homocidio criminis causa y robo calificado y lo condenó a prisión perpetua.
Condenaron a un joven a prisión perpetua por matar a otro de un piedrazo para robarle la moto
La sentencia fue apelada y finalmente confirmada por los camaristas Gabriela Sansó, Guillermo Llaudet y Daniel Acosta. Los jueces entendieron que la testigo presencial fue categórica al determinar que vio al agresor, incluso dos veces ya que el ladrón saltó el guardarrail en un primer momento, se acercó y se retiró. Luego volvió y se llevó la moto. Lo reconoció en rueda de personas.
El tribunal sostuvo que el condenado fue hospitalizado menos de 24 horas después del crimen tras sufrir un choque. La moto que le fue secuestrada, si bien no tenía patente, era de Bello. Los guarismos determinaron que era su Honda Wave: estaba a su nombre. A lo que sumaron algunos testimonios que contaron cómo el acusado intentó venderla en 3 mil pesos.
El tribunal dijo que el condenado estaba al acecho, esperando que alguien pasara para robarle, y arrojó, desde el costado de la calle y oculto atrás del guardarrail, un objeto lo suficientemente idóneo para matar al conductor y hacerse con la moto. “Tal fue el poder ofensivo de la maniobra de ataque -objeto utilizado, sorpresa, fuerza en el lanzamiento, vehículo en movimiento- que perforó el casco y le ocasionó la muerte”, dice el fallo.
“En las circunstancias analizadas, el peligro de causar la muerte a otro no era remota, resulta evidente que el autor obró con total conciencia de que su conducta -de resultar asertiva- llevaba a la probabilidad absolutamente alta de que el resultado se concretara, independientemente de su deseo o interés en el deceso”, firmaron los jueces.
En cuanto al encuadre de homicidio criminis causa, el tribunal dijo que el imputado elige el ataque a la víctima como facilitador del escenario para perpetrar el robo, en las condiciones de tiempo y lugar por él mismo escogidas.
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