Policiales

16 años por matar a Javier Barquilla

Condenaron al temido Pandu por un asesinato en Villa Banana y robos violentos

Fue en un juicio abreviado, por el crimen perpetrado en febrero de 2015, y tres asaltos posteriores


Un hombre de 37 años fue condenado, mediante un juicio abreviado, a 16 años de prisión por el homicidio de Javier Barquilla, ocurrido en febrero de 2015, y tres violentos robos. Se trata del temido Pandu, quien asoló con su banda el asentamiento conocido como Villa Banana, donde a fuerza de violencia y fuego fijó sus reglas. Robos, abusos de armas, usurpaciones y amenazas eran algunos de los métodos que utilizaba Pandu y su grupo contra los vecinos para controlar el lugar. Este viernes, el mandamás del grupo fue condenado ante los ojos de los familiares de la víctima fatal, que se fueron con un sabor amargo. Por su parte, la Fiscalía explicó que se comunicó la decisión a la familia, que fue una estrategia de la acusación para asegurar una sanción, y no hubo oposición ante el fiscal regional.

La llegada de Pandu y su banda desde otro sector de zona sur sembró el pánico en Villa Banana. La violencia para con los vecinos era una constante, pero el crimen de Javier Barquilla produjo un punto de inflexión: los vecinos se animaron a levantar la voz y denunciar al grupo.

Cristian era cuñado de Barquilla y su casa había sido el objetivo de la banda de Pandu. El robo de sus pertenencias y la burla del grupo del Pandu ante su presencia fueron el detonante de una pelea en la que intervino Barquilla. El hombre defendió a su cuñado en la intersección de Felipe Moré y Rueda y, en ese enredo, “humilló” entre otros a Rodrigo Berón, alias Wititi y cuñado de Pandu, quien fue corriendo a contarle a su jefe el atrevimiento de Barquilla. Alrededor de las 20 del 3 de febrero de 2015, Pandu y Wititi fueron a buscar a Cristian. El primero de ellos, quien en su DNI figura como Nelson Alexis Aguirre, estaba armado. En el camino hacia la venganza se encontró con Javier, a quien le disparó dos veces en el pecho, ataque del que la víctima no logró sobrevivir. Luego se acercó a una vecina, que había presenciado el hecho. A ella le exigió, apuntando a su hija de 7 años con un arma, que le dijera dónde estaba Cristian, cuñado del baleado. Esa escena se completó con Wititi arengándolo a dispararle a la niña. Diez meses más tarde Wititi fue condenado por el último de los hechos: mediante un acuerdo abreviado, le dieron tres años de prisión por amenazas y se fue a su casa. Pero en febrero último fue detenido nuevamente por un crimen cometido el 25 de mayo de 2016: se lo acusa, junto con otras dos personas, por el abuso sexual y asesinato de Guadalupe Medina, de 12 años.

Barquilla agonizó algunas horas en el hospital y falleció al día siguiente como consecuencia del hecho. El hombre era pareja de una militante del movimiento Cuba MTR, y el barrio junto a la organización se levantó y denunció al autor del hecho. Pandu había anclado en el barrio tras salir de Las Flores en 2014, y regenteaba quioscos de droga ubicados en jurisdicción de las comisarías 13° y 19°, sostenían los vecinos.

 

Los robos

Además Pandu se dedicaba a cometer delitos contra la propiedad fuera de su barrio. El 28 de noviembre de 2014 junto con su pareja Romina Berón y otra persona que no fue identificada robaron un local de indumentaria, de donde se llevaron 50 pares de zapatillas, sandalias, jeans, algo de dinero y los celulares de los clientes. La descripción de la fisonomía de uno de los ladrones que tenía una lágrima tatuada en la cara, sumado al DNI que se le cayó a la mujer asaltante –quien resultó ser la pareja de Pandu– llevaron a los investigadores hasta el hombre. Por su parte, la mujer firmó en abril pasado un acuerdo abreviado por el hecho que además incluyó una condena previa por comercialización de estupefacientes. Por lo que deberá purgar 5 años de prisión. A su vez se dispuso que la modalidad de cumplimiento de la sanción sea a través de un arresto domiciliario porque es madre de cuatro niños.

El 29 de diciembre de 2014, junto a otras dos personas, Pandu ingresó a una vivienda de de Pueblo Esther ubicada en Gobernador Vera al 1200. Tras violentar la puerta y reducir a la familia bajo amenazas de muerte con un arma, se llevaron dinero, electrodomésticos y otros varios objetos de valor.

Finalmente, una vivienda de Entre Ríos al 1200, de Soldini, fue blanco de Pandu y su banda el 12 de enero de 2015. Llegó al lugar con otras personas que golpearon en la casa para preguntar por el terreno lindante que estaba en venta. Una vez abierta la puerta, la violencia y la presencia de un arma hicieron el resto. Se alzaron con dinero, electrodomésticos y bienes de valor que encontraron en el lugar.

Pandu se encuentra detenido desde abril de 2015 cuando fue capturado en una casa ubicada en Levalle al 2500 de Villa Gobernador Gálvez. Durante gran parte de la investigación los rumores de abreviar el caso fueron una constante hasta ayer, cuando se materializaron en una audiencia oral. En ella el fiscal Ademar Bianchini junto al defensor oficial Pablo Tojo plantearon un acuerdo donde Pandu reconoció su responsabilidad en los hechos y convino una condena a 16 años por los delitos de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, amenazas calificadas y portación, a lo que sumó tres hechos de robo calificado por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no pudo acreditarse. El planteo fue evaluado por el tribunal pluripersonal compuesto por los jueces Marcela Canavesio, Delia Paleari y Rodolfo Zvala, quienes homologaron el convenio. A su vez la jueza Canavesio no dejó pasar el contexto de narcotráfico en el que se produjeron estos hechos y sugirió a la Fiscalía darle intervención a la Justicia federal.

Finalizada la audiencia, familiares de Barquilla se retiraron con sabor a poco. Se quejaron del derrotero de la causa, la imposibilidad de que llegue a un juicio oral y público y sostuvieron que si bien fueron notificados de la negociación con la defensa no prestaron su consentimiento. Por su parte, desde la Fiscalía se explicó que la familia fue citada en dos oportunidades, donde se informó sobre la negociación, y la posibilidad de sostener su disconformidad ante el fiscal regional y no lo hizo. A su vez, la Fiscalía afirmó que la familia pretendió presentarse como querellante una vez vencido el plazo legal para hacerlo.

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