El tribunal a cargo del juicio oral y público contra Matías Ramírez lo condenó este martes a prisión perpetua como autor del femicidio de Sabrina Vallejos. El crimen ocurrió en noviembre de 2017 en el interior de la vivienda que la pareja compartía en un asentamiento precario ubicado en zona oeste. La Fiscalía acusó al agresor de golpear y asfixiar a la víctima durante una discusión y luego montar una escena para simular un suicidio y así encubrir el femicidio.
La relación sentimental de Sabrina, de 22 años, y Matías Ramírez, de entonces 18, duró aproximadamente un año, estuvo signada por la violencia que llegó a su máxima expresión el 6 de noviembre de 2017 cuando la víctima fue asfixiada en la casilla que compartían en Lavalle y pasaje Palpa, en un pasillo de unos 30 metros hace las veces de calle a la altura de bulevar Avellaneda al 4300.
La noche previa estuvieron en la casa y según algunos testimonios, Ramírez no le permitió salir. Al mediodía las discusiones siguieron, situación que era habitual. La fiscal Marisol Fabbro contó que asesinarla utilizando una tela, acomodó la escena para simular un suicidio. Ramírez siguió con su plan y salió a pedir ayuda mientras le decía a los vecinos que había cortado la sábana con un cuchillo para bajar a Sabrina, quien no le respondía.
Una vecina declaró en juicio que salió de la casilla un muchacho que le dijo que su pareja se había ahorcado y pidió ayuda. Cuando entró vio a Sabrina tirada en el piso con una herida en la cabeza, toda mojada. El agresor le tiraba agua con un botella. Le dijo que habían discutido, que se había ido y cuando llegó a la esquina, se volvió.
Al entrar encontró a Sabrina. Le dijo que la lesión que tenía en la cara se produjo cuando la descolgó y la víctima se golpeó con la pared del baño. La testigo agregó que era normal escuchar que el atacante la agrediera con insultos incluso sintió una discusión media hora antes del hecho. A las 11.30 no se escuchó nada más y agregó que las veces que veían a Sabrina salía con el ojo morado.
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Un médico que trabajaba en el barrio declaró que en una oportunidad Sabrina fue a verlo. Dijo que ante situaciones de violencia de género, cuando la víctima no lo reconoce trata de ganar su confianza y le ofrecen –con el equipo interdisciplinario– números telefónicos de asistencia. Cerca de las 17 del 17 de octubre de 2017 la atendió, había ingresado a enfermería lesionada y se sospechó que padecía violencia de género.
Tenía un traumatismo costal y un hematoma en el ojo, le dijo que se había caído. Estaba angustiada. Luego de su muerte supo que sufría violencia de género, que iba dos veces por semana, algunas para curarse quemaduras. La vez que la vio le dio el número del teléfono verde.
El forense que realizó la autopsia contó que tenía lesiones de vieja data. Determinó la causa de la muerte como asfixia mecánica por compresión del cuello. La herida cortante de la cabeza no fue grave ni importante y se pudo haber producido con o contra un superficie contuso cortante sin filo.
Uno de los investigadores que fue al lugar dijo que en una de las vigas del baño había colgaba casi la totalidad de una sábana y el otro trozo de tela que faltaba tenía un nudo y estaba sobre la mesa. Le llamó la atención que el anudado era pequeño y observó que en el cuerpo no había signo de ahorcamiento. Para el testigo, el cuerpo no coincidía con la escena, con la sábana colgando del techo. Agregó que generalmente el cuerpo queda en inmediaciones del lugar donde está el lazo y en este caso estaba lejos del baño.
Para la Fiscalía la escena fue montada. Fabbro aseguró en todo el proceso que el único que sabía lo que realmente pasó fue el acusado y sus declaraciones tenían contradicciones.
La fiscal indicó que se pudo suponer que hubo una discusión, que el agresor empezó a los golpes y ello disminuyó la capacidad de reacción de la víctima. Estimó que la tomó de atrás estando Sabrina de rodillas y presionó lo suficiente para ahorcarla y mojó la escena para limpiar la sangre. Mientras que la defensa se mantuvo su hipótesis en el suicidio.
Pero las pruebas del caso y un análisis global de la evidencia llevaron a los jueces Héctor Núñez Cartelle, Patricia Bilotta y Nicolás Vico Gimena a encontrar responsable a Matías Ramírez del delito de homicidio calificado por el vínculo y cometido en contexto de violencia de género a la pena de prisión perpetua.
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