Dos hermanos oriundos de la ciudad correntina de Itatí fueron condenados por la Justicia federal de Rosario a siete años de prisión por el tráfico de 249 kilos de marihuana incautados en junio de 2013 tras una persecución y tiroteo en Santa Fe y Callao. Además, una joven, quien era novia de uno de los hermanos al momento de los hechos, fue sentenciada a tres años de prisión condicional por ser considerada partícipe secundaria. La fiscal federal Federica Tiscornia había solicitado la pena de diez años para los principales acusados.
La detención de Rubén y Darío “Laco” Tabares junto a la novia de éste, Valeria Ratti, ocurrió la mañana del 30 de junio de 2013 cuando al personal de la entonces Dirección General de Control y Prevención de Adicciones (ex Digedrop) les llegó el dato que al menos ocho personas, entre correntinos y rosarinos, iban a realizar una operación de drogas. Ese día, los uniformados siguieron una caravana de tres autos: un Volkswagen Bora, un Honda Accord y un Renault Logan. Después de idas y vueltas, especialmente por la zona de Pichincha y la terminal de ómnibus Mariano Moreno, donde se hospedaban los sospechosos, los policías decidieron identificar a los conductores del Logan y el Accord y les cortaron el paso en Santa Fe y Callao. El conductor del Logan hizo maniobras, chocó patrullas y escapó mientras que los ocupantes del Honda Accord cubrieron su huida de a pie a tiros contra los policías.
El trío que iba en el Bora no estuvo en esa secuencia pero la pesquisa le había asignado una dupla de uniformados, quienes seguían sus pasos y, cuando se enteraron del enfrentamiento, decidieron detenerlos en bulevar Avellaneda y Montevideo. En ese vehículo se trasladaban Darío “Laco” Tabares, de 37 años; su hermano Rubén, de 39, y Valeria Ratti, de 30, quien por ese entonces era novia del primero.
Cuando los policías antinarcóticos requisaron el Honda hallaron en el baúl 275 panes que hicieron un total de 249 kilos de marihuana prensada, de origen paraguayo.
Este miércoles, el trío comenzó a ser juzgado en los Tribunales Federales de bulevar Oroño al 900. El debate oral estuvo a cargo del Tribunal Oral Federal 2 –integrado por los magistrados Osvaldo Facciano (presidente), Germán Sutter Schneider junto a la jueza Beatriz Caballero de Barabani–. En esa jornada, la fiscal Federica Tiscornia comenzó con la producción de prueba por la que llegaron procesados por tráfico de drogas en la modalidad transporte.
Cuando llegó el turno de hacer uso de la palabra de los acusados, Rubén se declaró inocente y no quiso responder preguntas de la fiscal, al igual que Valeria, mientras que Laco aceptó declarar. El hombre se presentó como transportista y técnico en laboratorios y admitió estar en proceso de purgar una condena a 6 años por una causa iniciada en la capital entrerriana, Paraná, en 2011, cuando viajaba con otros dos hombres y Gendarmería les encontró poco más de 9 kilos de marihuana en el equipaje que llevaban en un colectivo de larga distancia, con destino a la ciudad bonaerense de Bahía Blanca. Laco desligó a su ex novia y a su hermano al asegurar que no les había dicho cuál era el objetivo de su viaje.
Laco contó que era el enlace entre un hombre oriundo de Goya (quien al parecer llegó en el vehículo que transportaba la droga) y otro de Rosario –según el nombre que brindó ante el tribunal se trata de un policía que fue puesto en disponibilidad por otro caso de narcotráfico–, que se manejaban en un Honda Accord y un Renault Logan, respectivamente. Con ellos se reunió en dos tiempos en la calle, durante el trayecto desde Callao y Brown a Santa Fe. Para más tarde quedar detenido luego de que los ocupantes del Logan y el Honda escaparan del operativo de la Policía en Santa Fe y Callao.
Este viernes, el juicio siguió con los alegatos de la fiscal Tisconia, quien solicitó la pena de diez años de prisión para los hermanos al considerarlos coautores del delitos de tráfico de estupefacientes bajo la modalidad de transporte y para Laco que se le unifique con los seis años prisión dictados en 2013 por la Justicia federal de Paraná, en una condena única de 14 años.
Para la muchacha la funcionaria pidió tres años de prisión condicional, al sindicarla como partícipe secundaria. Por la tarde fue el turno de los defensores del trío y luego de un cuarto intermedio el tribunal dio a conocer su veredicto, mediante el cual condenó a siete años de cárcel a los hermanos. A Laco le unificaron la pena en 10 años y para su ex novia fallaron en sintonía con el pedido fiscal.
De Itatí a Rosario: empezó juicio por el transporte de 249 kilos de cannabis
El dato de Los Monos
Allá por 2013 voceros del caso habían deslizado que la carga de marihuana tenía como destinataria la banda de Los Monos, atribulada entonces por el reciente asesinato de Claudio “Pájaro” Cantero, ocurrido el 26 de mayo anterior. De hecho, las crónicas de la época detallan que el personal de Digedrop había encontrado un mapa con destino a la zona sur de Rosario. Sin embargo en el debate ningún nombre vinculado con el clan de barrio La Granada apareció durante las declaraciones.
Laco en el Operativo Sapucay
El juez federal bonaerense Sergio Torres comenzó una investigación en 2014 para determinar cómo se abastecían las bandas dedicadas al narcomenudeo porteñas y así la pista lo llevó a Itatí. En 2017, las fuerzas federales llevaron adelante el llamado Operativo Sapucay que tenía como objetivo desbaratar a una organización que traficaba al menos seis toneladas de marihuana semanales que llegaban a Itatí desde Paraguay. En esta causa fue juzgado el intendente de la ciudad correntina, su vice junto a más de una treintena de políticos, policías federales y civiles.
Y en la pesquisa se identificaron tres organizaciones quienes eran las encargadas de traficar la marihuana desde allí a siete provincias del país y sus líderes fueron identificados como Carlos “Cachito” Bareiro, de 39; Federico “Morenita” Marín, de 31, y Luis “El Gordo” Saucedo, 39.
La Justicia federal tenía identificado a Laco como hombre de Cachito Bareiro y lo investigadores lo describieron en 2017 como el encargado de la logística y proveedor de la marihuana, además de controlar los movimientos de las fuerzas de seguridad y policial. Aunque nunca fue formalmente acusado en la causa del juez Torres.
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