Una trabajadora social de 46 años fue condenada a cumplir 17 años de cárcel por abusar sexualmente en forma reiterada de su pequeña hija. Los ataques sexuales, muchos de los cuales eran filmados, se produjeron en la vivienda de la familia. La denuncia fue radicada por un familiar de la acusada, quien recibió por accidente tres videos con sexo explícito a un grupo de Whatsapp. Inmediatamente se realizó un procedimiento en la casa y se detuvo a la mujer que recientemente fue sometida a un juicio oral y publico, el cual terminó en condena. La decisión fue tomada por el tribunal, integrado por los jueces Gustavo Pérez de Urrechu, Héctor Núñez Cartelle y Hebe Marcogliese.
El 4 de noviembre de 2018 la acusada mandó por error tres filmaciones con imágenes sexuales donde se la veía con su pequeña hija a un grupo de Whatsapp de personas que militaban y hacían trabajo social a través de una ONG. En ese grupo había familiares de la mujer, quienes la denunciaron.
Esa madrugada, la policía hizo un procedimiento en el que detuvieron la mujer y le secuestraron su celular. Luego de una intervención de la Dirección de Niñez, la víctima se fue a vivir con su papá y desde entonces está con tratamiento psicológico.
La mujer fue imputada de violar a su pequeña hija, quien aún se encuentra en la escuela primaria, en reiteradas oportunidades y filmarla. La pericia informática sobre el celular de la mujer que se secuestró durante su detención, ubicó 35 videos con las agresiones sexuales que sufrió la víctima por parte de su progenitora, cuenta la acusación.
Los ataques ocurrían en la casa familiar y, según las fechas que se pudieron constatar, dataron de 2017 y 2018. Tras la reconstrucción integral, a la fiscal le llegaron 70 videos, 11 de los cuales fueron filmados el día que se había realizado la denuncia. En algunos de ellos, la atacante obligaba a la víctima a mandarle besos al novio que vive en el exterior. También se secuestraron algunos elementos utilizados para los abusos.
La fiscal fue Carla Cerliani de la Unidad de Delitos Sexuales que llevó el caso a juicio y pidió una condena de 18 años para Graciela Eliana S. por los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por ser la autora la progenitora de la víctima y por haberse aprovechado de la situación de convivencia, promoción y facilitamiento de corrupción de menores agravado por ser la madre de la víctima y producción de representación de una menor de 18 años en actividades sexuales explícitas.
Durante el debate la mujer declaró y negó que las prácticas realizadas con su hija tuvieran relación con abusos sexuales. Mientras que uno de los profesionales que integró la Junta Médica de Salud Mental que la evaluó contó que la acusada siempre tuvo dificultades en la faz económica, que en lo general tenía rasgos de sumisión y vivió situaciones de violencia.
También hizo referencia a un abuso sexual que la mujer dijo haber sufrido cuando era niña a lo que sumó que tiene un dificultad cognitiva en el desarrollo de sus tareas, le costó terminar su carrera y no llegó a trabajar como asistente social.
El profesional la describió como un persona con dificultades para sostener algunos lazos y agregó que desde el punto de vista psíquico se situaba a la par de su hija y agregó que tiene características de inmadurez que la llevaron a cometer este tipo de episodios, de acuerdo a lo declarado en el juicio.
A pesar de los esfuerzos del defensor oficial Gonzalo Armas las evidencias del caso, especialmente los video, una circunstancia excepcional en la comisión de este tipo de delitos cometidos intramuros, convencieron al tribunal que resolvió condenar a la mujer a la pena de 17 años de cárcel.
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