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Abusos en la Iglesia

Condenan por pederasta al cardenal George Pell, el número 3 del Vaticano

El religioso australiano, de 77 años, fue hallado culpable de agresión sexual a dos monaguillos que eran menores de edad cuando ocurrieron los hechos en la sacristía de la Catedral de Melbourne en los años 90. La Iglesia dijo que respetan el fallo pero que aguardan el resultado de la apelación


Pell se convirtió en el más alto responsable de la Iglesia católica condenado en un caso de pederastia.

El cardenal australiano George Pell, número tres del Vaticano, fue declarado culpable de agresión sexual a menores, anunció este martes una corte de Melbourne, convirtiéndose así en el más alto responsable de la Iglesia católica condenado en un caso de pederastia.

La corte de Melbourne (sur de Australia) declaró al cardenal, de 77 años, culpable de un cargo de agresión sexual y de otros cuatro cargos de atentado al pudor contra dos monaguillos que entonces tenían 12 y 13 años, por unos hechos ocurridos en la sacristía de la Catedral de San Patricio de Melbourne en los años 1990.

El prelado había rechazado inicialmente estas acusaciones y el jurado no había alcanzado una decisión durante un primer juicio en septiembre, pero fue declarado culpable durante un nuevo juicio el 11 de diciembre.

El tribunal de Melbourne adoptó entonces una “orden de supresión”, que prohibía a los medios cualquier mención a este caso, so pena de actuaciones judiciales.

Este silencio obligado se impuso con el objetivo de proteger al jurado de un segundo juicio en el que el cardenal Pell debía ser juzgado por otros presuntos delitos.

Pero la acusación decidió renunciar a este segundo proceso, lo que condujo al levantamiento, este martes, del silencio mediático sobre el primer caso y a autorizar a los medios a anunciar el veredicto de culpabilidad.

“El cardenal George Pell siempre ha mantenido su inocencia y continúa haciéndolo”, dijo un comunicado publicado por sus abogados, que anunciaron haber presentado una apelación.

El texto señala también que se retiraron o desestimaron varias acusaciones y cargos contra Pell.

 

“Púdrase en el infierno”

 

Uno de los monaguillos víctimas de Pell falleció en 2014. El otro dijo en un comunicado publicado este martes por su abogado que el proceso legal es estresante y “aún no terminó”.

“Como muchos supervivientes, he experimentado vergüenza, soledad, depresión y dificultades. Como a muchos supervivientes, me llevó años comprender el impacto que tuvo en mi vida”, dijo la víctima, que no fue identificada públicamente.

A las puertas de la corte, defensores de otras víctimas de abusos recibieron a Pell con gritos de “monstruo” y “púdrase en el infierno”, a su salida al término de la audiencia. Este miércoles está prevista otra audiencia previa a la sentencia.

Su condena representa un nuevo golpe para la Iglesia, apenas dos días después del cierre de una histórica cumbre sobre pederastia en su seno.

“Vamos a tomar todas las medidas posibles para que tales crímenes no se repitan”, dijo Francisco en sus declaraciones finales en el encuentro.

Pero los críticos consideran que la institución aborda con demasiada lentitud un problema global y que se remonta, como mínimo, décadas atrás.

Días después de la condena de Pell en secreto, la Iglesia anunció que había sido retirado del grupo de cardenales que componen el gabinete del Papa y sus consejeros más cercanos.

Pero sobre el papel sigue apareciendo a la cabeza de la secretaría de Economía de la Santa Sede, es decir, número tres del Vaticano, un cargo del que se tomó una licencia para defenderse en el juicio.

El caso de Pell ha causado conmoción en Australia, donde en el pasado fue elogiado por un ex primer ministro y lidera a las voces conservadoras en cuestiones como el matrimonio homosexual y el cambio climático.

Pell negó durante décadas haber cometido u ocultado abusos sexuales, pero reconoció haber “metido la pata” al lidiar con los curas pederastas en el estado de Victoria.

Una comisión real que investiga los abusos a menores dijo en un informe el año pasado que decenas de miles de niños fueron víctimas de abusos sexuales en iglesias, orfanatos, clubes deportivos, grupos juveniles y escuelas de Australia durante generaciones, en un país en el que una de cada cinco personas son católicas, unos cinco millones en total.

Antes de Pell, el caso de mayor rango de abusos sexuales en la Iglesia en Australia fue el de Philip Wilson, ex arzobispo de Adelaida, condenado el año pasado por encubrir crímenes de un cura pederasta en los años 1970. Su condena de prisión fue anulada en diciembre.

 

“Profundo respeto” por la Justicia

 

El Vaticano expreso su “profundo respeto” por la justicia tras la condena del cardenal George Pell. “Es una noticia dolorosa que, somos conscientes, escandalizó a muchas personas, no solo en Australia. Como ya hicimos otras veces, reafirmamos nuestro profundo respeto por las autoridades judiciales australianas”, anunció el portavoz del Vaticano, Alessandro Gisotti.

“En nombre de ese respeto, esperamos ahora el resultado del juicio en apelación, recordando que el cardenal Pell reafirmó su inocencia y tiene el derecho de defenderse hasta la última instancia” añadió.

 

Escándalos en la Iglesia

 

El caso del cardenal Pell es apenas un caso más en una ola de escándalos de pederastia que sacuden a la Iglesia católica.

Estados Unidos: El papa Francisco expulsó en febrero del sacerdocio al ex cardenal estadounidense Theodore McCarrick, de 88 años, acusado de abusos sexuales hace casi medio siglo. En agosto, una investigación de la fiscalía de Pensilvania destapó abusos sexuales perpetrados por más de 300 “curas depredadores” y su encubrimiento por parte de la Iglesia católica de ese estado, donde al menos 1.000 niños fueron víctimas. En los años 2000, la jerarquía de la diócesis de Boston y el exarzobispo Bernard Law, encubrieron sistemáticamente los abusos sexuales cometidos por unos 90 sacerdotes durante décadas.

Chile: Hay actualmente investigaciones abiertas contra 167 personas, entre ellas siete obispos, 96 sacerdotes y otros laicos vinculados a la Iglesia, por agresiones sexuales a menores y adultos desde la década de 1960. El número de víctimas de estos casos asciende a 178, entre ellos 79 eran menores de edad cuando sucedieron los hechos.

Australia: El 30 de julio, el papa Francisco aceptó la renuncia del arzobispo de Adelaida, Philip Wilson, condenado a un año de detención por haber encubierto los crímenes cometidos por el cura Jim Fletcher en los años 1970 en el estado de Nueva Gales del Sur.

Alemania: El 18 de julio de 2017, un informe reveló que al menos 547 niños del coro de la catedral de Ratisbona sufrieron abusos, incluidas violaciones, entre 1945 y principios de la década de 1990. En septiembre de 2018, otro trabajo de investigación sacó a luz que al menos 3.677 niños, en su mayoría niños menores de 13 años, sufrieron abusos sexuales entre 1946 y 2014 por parte de 1.670 religiosos. La mayoría de estos hechos quedaron impunes.

Irlanda: En los años 2000, las acusaciones de abusos sexuales infligidos durante décadas a 14.500 niños hicieron tambalear a la Iglesia. Varios obispos y sacerdotes, acusados de haberlos encubierto, fueron sancionados.

Francia: El 7 de marzo, un tribunal fallará en el juicio contra el cardenal Philippe Barbarin y cinco ex miembros de la diócesis de Lyon, acusados de no haber denunciado los abusos sexuales a menores presuntamente cometidos por el sacerdote Bernard Preynat contra 70 menores escultistas entre 1986 y 1991.

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