Policiales

La banda de Los Gorditos

Condenan al tío de Brandon Bay como miembro de la organización liderada por su sobrino desde prisión

Diego Marcelo Bay firmó este miércoles un acuerdo abreviado a tres años de cárcel como miembro de Los Gorditos. Le achacan ser quien manejaba el dinero de la banda y la toma de decisiones a nivel territorial. Queda en libertad porque ya purgó dos tercios de la pena

Brandon Bay purga una condena de diez años y está sindicado como jefe de Los Gorditos.

Un hombre de 39 años fue condenado a tres años de prisión como miembro de una banda liderada desde la cárcel de Piñero por su sobrino. La sentencia fue alcanzada en el marco de un juicio abreviado celebrado este miércoles en el Centro Justicia Penal de Rosario. La pena recayó sobre Diego Marcelo Bay, tío de Brandon Bay, sindicado cabecilla de la organización Los Gorditos. Si bien se trata de una pena efectiva, como Diego lleva más de ocho meses con prisión preventiva quedó a un paso de recuperar la libertad, al cumplirse dos tercios del monto de la condena.

El acuerdo abreviado fue presentado por la Fiscalía, aceptado por la defensa de Bay y luego homologado por el juez de primera instancia Juan José Tutau, quien avaló también el decomiso de 88 mil pesos y una camioneta 4×4.

Según la teoría de los fiscales Matías Edery y Aquiles Balbis, una organización criminal gobernada desde la cárcel de Piñero se propuso ganar territorio en la ciudad de San Lorenzo, por lo que diseñó un plan criminal para eliminar a la competencia. Para poder sacar del medio a las bandas oponentes, los miembros de la banda de Bay compraron la voluntad de agentes de Seguridad del Estado, tanto efectivos de Gendarmería Nacional como de la Policía de Santa Fe.

Con esa estructura, la banda funcionó desde el 20 de agosto de 2019 hasta el 6 de mayo de 2020, fecha en que el joven Bay fue imputado, según la Fiscalía.

A su organización se le atribuyó, siempre con el plan de ganar territorio para la comisión de delitos, haber cometido venta de drogas, robo de vehículos y a viviendas, y atentados contra las personas de toda índole: lesiones, amenazas y hasta homicidios.

Según esa teoría fiscal, Diego Bay era quien manejaba el dinero de la organización y decisiones vinculadas al control territorial como la provisión de municiones, siempre en busca de la expansión de la zona territorial para el accionar ilegal de la banda liderada por su sobrino, quien en diciembre pasado quedó bajo sospecha de haber ordenado un doble crimen a la mexicana: el de dos hombres asesinados y descuartizados, cuyos restos aparecieron esparcidos por diferentes sectores de la zona sur de Rosario.

 

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