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Condenan a un policía por robar un arma en la escena de un homicidio

El agente entró a una vivienda de barrio Fisherton momentos después de que familiares encuentren asesinado de un tiro en la cabeza a un psiquiatra jubilado. El uniformado encontró un revólver en un cajón y se lo guardó. Le dieron dos años de prisión condicional y otros dos de inhabilitación


El robo ocurrió en la escena del crimen del psiquiatra José Vergini

En febrero de 2016, un psiquiatra de 71 años fue asesinado dentro de su casa de barrio Fisherton. Un familiar lo encontró maniatado con un disparo en la cabeza y los pesquisas investigaron el delito de homicidio en ocasión de robo porque una ventana estaba violentada. Sin embargo, el asesinato de José Luis Vergini continúa impune y la única condena por ese hecho recayó sobre un policía del Comando Radioeléctrico que acudió al domicilio minutos después del hallazgo del cuerpo y se robó un revolver de un cajón, en medio de la trágica escena.

El juicio contra el policía Alejandro Ramón Barrios, de 39 años, terminó el martes de la semana pasada y el juez Rafael Coria dio a conocer la sentencia el viernes. Condenó al agente a la pena única de dos años de prisión condicional y dos años de inhabilitación para ejercer cargos públicos por ser penalmente responsable del delito de hurto calamitoso agravado por ser funcionario público en grado de tentativa.

La pesquisa estuvo a cargo del fiscal de la Unidad de Investigación y Juicio Aníbal Vescovo, quien acusó a Barrios por el hecho ocurrido el 13 de febrero de 2016 en La República al 8500, de barrio Fisherton. Voceros del caso informaron que Barrios fue uno de los primeros uniformados en llegar a la escena del crimen, incluso antes que el fiscal de Homicidios, junto a su compañero del Comando Radioeléctrico Víctor Gabriel Bugnon, de 34.

Ambos acudieron a un llamado al 911 que realizó el yerno del psiquiatra asesinado apenas lo encontró muerto. Luego llegaron otros dos uniformados de la seccional 17° con jurisdicción en la zona y el hijo de la víctima, quien fue el que notó que faltaba un revólver de aire comprimido de uno de los cajones. Al preguntar indignado por el arma se enteró que Barrios la tenía escondida debajo de su chaleco antibalas, y la devolvió.

Para los investigadores el hurto fue doblemente grave ya que el arma que tomó del cajón adulteró la escena, dado que en esos momentos no se sabía si había sido la utilizada para cometer el crimen o si tenía huellas del agresor. La situación motivó una requisa en el patrullero que conducían los agentes lo que sumó otra anotación penal. Es que dentro del móvil policial encontraron una réplica de arma de fuego y varios cartuchos que no eran proveídos por la Fuerza Policial.

Por ese hecho fueron imputados Barrios y Bugnon, aunque la causa por tenencia de material explosivo no prosperó y fue archivada. Una fuente del caso explicó que no se podía determinar quién había puesto ese material dentro del patrullero ya que los agentes que lo conducen cambian todo el tiempo y nadie revisa los elementos del interior cuando toman posesión del móvil.

El crimen, impune

El médico psiquiatra José Luis Vergini tenía 71 años y estaba jubilado cuando lo mataron de un tiro en la cabeza. El crimen lo descubrieron sus familiares el mediodía del sábado 13 de febrero de 2016 en el interior de su vivienda de La República 8530 de Fisherton.

Los hijos de la víctima recibieron un llamado alrededor del mediodía del personal de la empresa de seguridad que monitorea la alarma porque había sonado y Vergini no contestaba. Los familiares fueron a la vivienda junto con la Policía y lo primero que observaron fue la tela metálica de una ventana de la cocina violentada. Y lo peor, a Vergini muerto en su cama, desnudo, boca abajo y con las manos atadas, con un tiro en la cabeza.

Dos habitaciones de la casa estaban revueltas y de las dos cajas fuertes, una estaba cerrada y la otra abierta con algunos fajos de billetes en dólares y pesos. La principal hipótesis del homicidio es que se perpetró para ocultar un robo porque la víctima podría haber reconocido a los ladrones. Distintas investigaciones señalaron a un jardinero, quien fue detenido pero luego desvinculado. El crimen del psiquiatra quedó impune.

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