Política

Había traicionado a sus compañeros

Condenan a siete años de prisión a un agente civil de inteligencia por delitos de lesa humanidad

El exdiputado provincial Julio Adelaido Ramos participó en los interrogatorios sufridos por el militante Luis Felipe Solé, que tenían como objetivo averiguar dónde se encontraba su hermano Alberto, quien fue secuestrado y continúa desaparecido


El agente civil de inteligencia Julio Adelaido Ramos fue condenado a siete años de prisión por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Santa Fe por delitos de lesa humanidad en el marco de la última dictadura militar. Los fundamentos se conocerán la semana que viene. Se trata del tercer agente de inteligencia condenado en Santa Fe por delitos contra la humanidad, y su particularidad radica en el carácter de ex diputado provincial de Ramos, quien ocupó una banca por el Partido Justicialista.

Ramos sirvió como integrante del Destacamento de Inteligencia 122 del Ejército y fue encontrado culpable de los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada por haberse cometido mediante la utilización de violencias y amenazas, y tormentos agravados  contra perseguidos políticos, en concurso real, en perjuicio de Luis Felipe Solé. En el juicio intervino Martín Suárez Faisal, titular de la Fiscalía General ante ese tribunal y de la Unidad de Derechos Humanos para la jurisdicción de Santa Fe.

Espía de la dictadura militar fue detenido en Vera

En abril de 2010, el mismo Tribunal condenó a Horacio Américo Barcos a 11 años de prisión por “privación ilegal de la libertad” y “tormentos agravados” y unificó la pena en 15 años con una sentencia anterior. Y en setiembre de 2012, condenó a Juan José Luis Gil a cinco años de prisión por “amenazas y coacciones agravadas” a víctimas del terrorismo de estado.

Los fundamentos de la sentencia se conocerán el 21 de abril. De acuerdo con la investigación que llegó a juicio, la mañana del 27 de diciembre de 1975 Solé fue privado ilegalmente de su libertad en su domicilio particular en la ciudad de Santa Fe, por personal del Ejército Argentino y de la delegación local de la Policía Federal, quienes se presentaron vestidos de civil. Luego de ser puesto boca abajo en el suelo, le ataron las manos con alambre y lo encapucharon para trasladarlo a otro lugar donde fue interrogado por su militancia política. 

Posteriormente, el 6 de febrero de 1976, Solé ingresó al Instituto Correccional Modelo U-1 de Coronda, donde permaneció detenido hasta el 4 de mayo de 1979, fecha en que fue trasladado a la Cárcel de Encausados U-1 de Caseros. Desde allí recuperó su libertad el 26 de marzo de 1982. Estando detenido en la cárcel de Coronda, Solé fue sacado hacia diferentes lugares en cuatro oportunidades durante el año 1977, conforme surge de su legajo de detención. 

Según declaró la víctima, en una de esas salidas fue llevada por personas de civil a una dependencia policial ubicada en el barrio Villa María Selva, donde permaneció hasta horas de la noche y luego fue conducida a una casa quinta. Añadió que allí fue encadenada a una cama de hierro y, luego de un tiempo de ”ablande”, la desataron y la llevaron a otra habitación, obligada a mantener la cabeza gacha -bajo la permanente amenaza de que iba a ser “boleta” si levantaba la vista.

Allí, Solé fue ubicado frente a una mesa de madera, en penumbras, rodeado de varios integrantes de “La Patota”, que lo interrogaban por un supuesto plan de fuga en la cárcel de Coronda y, principalmente, sobre el paradero de su hermano, Alberto Néstor Solé, por entonces militante de la Unión de Estudiantes Secundarios de la Escuela Industrial Superior de Santa Fe, que continúa desaparecido. Luego del interrogatorio, Solé, fue retornado a la habitación de la cama de hierro, y allí se hizo visible Ramos, a quien conocía previamente de la Juventud Universitaria Peronista en la Facultad de Ingeniería Química, donde había estudiado, y por otra persona llamada Rubén Real, a quien también conocía porque vivía cerca de su casa. Al día siguiente Solé fue devuelto a la cárcel de Coronda.

El legajo personal de Julio Adelaido Ramos, que forma parte de las pruebas del debate, señala que cumplió funciones como personal civil de inteligencia en el Destacamento de Inteligencia 122 del Ejército, en Santa Fe, bajo el seudónimo de “Ademar Rossi”. Al momento de los hechos, el destacamento estaba bajo las órdenes del teniente coronel Domingo Manuel Marcellini, quien rubricó con su firma y sello la ficha individual que obra en el legajo de Ramos el día en que fue formalmente propuesto para formar parte de la fuerza. Ramos fue nombrado como “agente S” (agente secreto) en el “Cuadro C – Subcuadro C-2 – In 14”. Según el Decreto-Ley “S” N°19.373/71, el Cuadro “C” correspondía a “personal con funciones o tareas directamente vinculadas al cumplimiento de la misión específica de Inteligencia”. 

La participación de Ramos en los hechos surge de las múltiples declaraciones testimoniales prestadas por la víctima. Solé declaró que los interrogatorios tenían como objetivo averiguar dónde se encontraba su hermano, Alberto, quien fue secuestrado meses más tarde y continúa desaparecido.

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