Edición Impresa

Condenan a mujer por crimen

La imputada y de 40 años, que padece un leve retraso mental, pasará una década en prisión domiciliaria tras haber sido considerada coautora del homicidio de Isaías Retamar, ocurrido en abril de 2009 en una vivienda del barrio Parque Casas.


En el marco de un juicio oral, el juez Gustavo Salvador condenó a diez años de prisión domiciliaria a Josefina Villalba, una mujer de 40 años con un leve retraso mental, tras considerarla coautora del homicidio en ocasión de robo que a principios de abril de 2009 terminó con la vida de Isaías Gabriel Retamar, un jubilado de 80 años que vivía solo en una vivienda de Casiano Casas al 1600. En la misma resolución, el magistrado ordenó la libertad de otro imputado de la misma edad, Sergio G., al aplicarle una pena de tres años de prisión por el delito de robo, que consideró “compurgada por el tiempo que lleva detenido”.

Durante las jornadas de audiencia se debatió el homicidio de Retamar, quien falleció por asfixia mecánica provocada por una toalla que un grupo de personas le puso en la boca para que no gritara, tras amarrarlo de pies y manos con un alambre mientras revolvía su domicilio con fines de robo. Por ese hecho fueron imputadas otras tres personas, de las cuales una permanece prófuga, mientras que Edgardo Oviedo, apodado Colorado, fue condenado a 14 años de prisión en el marco de un juicio abreviado por el delito de homicidio en ocasión de robo, en diciembre de 2010. Igual calificación había recaído meses antes sobre Ayelén R., quien era menor al momento del crimen, el Juzgado de Menores 2 la absolvió por “innecesariedad de aplicación de pena” y archivó la causa.

De todas formas, el juez Salvador aceptó que la joven declarara en calidad de testigo y sus dichos en la audiencia fueron una de las pruebas contra Josefina, apodada Negra, a quien ubicó dentro de la casa de la víctima.

Además, entre sus argumentos condenatorios, el juez Salvador valoró la declaración de otro testigo, un hombre que vivía en la parte trasera de la casa de Retamar, quien dijo que la Negra solía ir a tomar mates con la víctima o le pedía prestado el baño. A eso se agrega que la mujer fue detenida mientras huía de la escena del crimen con una agujereadora que era propiedad de Retamar, según el testimonio de uno de los policías que participó del operativo.

Con todo, la mujer fue hallada coautora del hecho que costó la vida del anciano, aunque con algunos atenuantes que permitieron que pueda terminar de purgar la pena de diez años en su domicilio. Entre ellos, el juez menciona la carencia de antecedentes condenatorios pero, sobre todo, el retraso mental que padece Villalba. En ese sentido, un peritaje determinó que el grado es leve y que “no le ha impedido comprender la criminalidad de sus actos”.

Además, Salvador advierte que “culpable es quien puede reconocer la criminalidad de su acción y puede actuar conforme a esta comprensión de lo injusto. La importancia de la determinación de la capacidad de culpabilidad permite luego la afirmación de la reprochabilidad, y en consecuencia, si puede imponerse pena y hasta qué medida según el grado de ese reproche”.

Es que, de acuerdo con los testimonios de dos profesionales de salud mental, Villalba no sabe leer ni escribir, presenta falta de estímulos en su niñez donde no hubo acompañamiento de las figuras parentales. Padece un temblor constante en un brazo como consecuencia de una meningitis sufrida a los 9 años que le provocó que perdiera el habla y la capacidad de caminar, todo lo cual tuvo que volver a aprender; y además tiene una alteración en el lóbulo temporal, es decir, un defecto en la migración de las neuronas que es congénito, y eso es lo que le dificulta la marcha. También mencionan que no conoce los soportes simbólicos de la cultura, nombre de las calles, fecha, día, significación del dinero, además de presentar dificultades en el área del pensamiento abstracto, habiendo alcanzado sólo el estadio del pensamiento concreto.

En lo que respecta a Sergio G., cuya defensa asumió su participación en el robo, fue desvinculado del homicidio ya que no se probó que hubiese entrado al domicilio de la víctima.

Comentarios