Un policía santafesino y un empresario fueron condenados por la Justicia Federal de Formosa luego de que los detuvieran en 2015 con 32 kilos de cocaína escondidos en un doble fondo de un Mercedes Benz. El cargamento estaba oculto en un doble fondo del auto y, según la pesquisa, el policía y su copiloto compraron la cocaína en Paraguay y tenían como destino la capital provincial. Fuentes federales dijeron que ese mismo auto había cruzado el paso fronterizo otras nueve veces; el conductor en esas ocasiones, según quedó asentado en el paso fronterizo, fue otro suboficial santotomesino y hermano de un ex jefe de Drogas Peligrosas de Santa Fe. Este uniformado es socio de un rosarino que tiene estrechas relaciones con la familia de Martín “Fantasma” Paz, asesinado en un entramado de venganza narco y que dio origen a la megacausa Los Monos. “Estos dos policías son la punta del ovillo que la Justicia Federal de Santa Fe intenta desentrañar para determinar si Luis Paz (padre) tiene vínculos con el narcotráfico y si pudo haber lavado activos”, dijeron voceros provinciales.
La caída
El jueves 10 de diciembre de 2015, el empresario César Castagnino se cruzó con el policía Javier Domínguez en una cancha de paddle de Santa Fe. El hombre le pidió al uniformado, que vivía en Santo Tomé, si podía ser su custodio porque tenía que vender dólares en Clorinda. El policía aceptó porque estaba de licencia. Ese mismo día salieron para la localidad formoseña de Clorinda, ubicada a 4 kilómetros de la frontera con Paraguay. En el fallo se describe que no era el primer viaje de la dupla a Clorinda. En la indagatoria, Domínguez reconoció que era al menos su segundo viaje. Ya era viernes cuando el policía dejó a Castagnino en un quiosco y llevó el Mercedes Benz B200 gris oscuro patente GWZ-318 a Juan M. En ese momento, no dijo el motivo pero el auto quedó con ese hombre y el uniformado se fue a seis cuadras. Tras recibir un llamado, volvió para retirarlo, buscó al empresario y emprendieron la vuelta a Santa Fe.
Ya habían pasado los primeros minutos del sábado 12 cuando el personal Gendarmería del Escuadrón 16 de Clorinda detuvo la marcha del conductor en el control caminero de Fermín Rolón sobre la ruta 11. Domínguez se presentó como un policía oriundo de Santo Tomé mientras que Castagnino dijo ser un comerciante con domicilio en el barrio Chalet de Santa Fe. Los dos bajaron del Mercedes y empezaron a hacer la requisa. Todo iba bien hasta que apareció un gendarme con Daisy, la perra antinarcóticos. Tras una vuelta, dio la alarma y ya hubo otro control. En el lugar donde tenía que verse el tanque de combustible había una modificación en el chasis. Tenía un cobertor plástico que abarcaba desde el tanque hasta las ruedas delanteras. Sacaron esa tapa y hallaron 32 paquetes amarillos que pesaron 32,574 kilogramos de cocaína. La dupla fue detenida y a los tres días, la jueza federal Nº 1 de Formosa, Claudia Fernández los indagó. El empresario desligó al policía, ya que dijo haberlo contratado por su servicio de custodio y chofer, contó en su momento la que era su abogada defensora, Hilda Knaeblein. La defensora explicó que luego de que el policía fuera procesado apeló la resolución, y en esa instancia dejó de ser su abogada en la causa penal, pero continuó con la apelación en el trámite administrativo de su exoneración.
El 23 de agosto pasado se presentó un acuerdo para llevar a cabo un juicio abreviado donde el fiscal general subrogante, Luis Alberto Benítez, y los procesados, Javier Domínguez, acompañado por su defensor Omar Benítez junto a Cesar Castagnino, con sus abogados Juan Barrios y Elio Cárdenas acordaron la calificación.
La instancia pasó a un cuarto intermedio hasta el 6 de septiembre pasado cuando los jueces Eduardo Belforte, Juan Manuel Iglesias y Víctor Alonso del Tribunal Oral Federal de Formosa, sentenciaron al policía santotomesino a siete años de prisión efectiva y a Castagnino a cuatro años y ocho meses por el delito de transporte de estupefacientes. En la sentencia, el tribunal consideró a la dupla como los últimos eslabones de la cadena delictiva.
Con exoneración directa
Por ese tiempo, este caso tomó trascendencia ya que en el que en 24 horas el Ministerio de Seguridad provincial pidiera la destitución directa de un policía detenido en flagrancia. Esta solicitud está en trámite, ya que fue apelado por la abogada Knaeblein.
En dicha oportunidad, fuentes del Ejecutivo indicaron que el uniformado había estado en disponibilidad por una tentativa de extorsión de 2011. Al momento de su detención estaba en uso de licencia desde un mes antes su detención y se había ordenado su pase a la comisaría 25ª de barrio El Pozo.
La conexión
Fuentes federales indicaron que ese Mercedes Benz B200 es el mismo que había cruzado ese paso fronterizo de Clorinda nueve veces y quien quedó asentado como conductor es otro suboficial santotomesino. Según esta versión, se trata del hermano de un ex jefe policial de la entonces Dirección General de Drogas Peligrosas (Digedrop). Este suboficial, identificado como Edgardo Oscar B., es socio de Emanuel G. en la empresa Distinción SRL. Esta sociedad, cuyo gerente es el suboficial, tiene domicilio legal en República de Irak al 3600 de Santo Tomé y se encarga de servicios de grúa y remolques a nivel nacional e internacional. Con un anexo desde 2014, para la reparación de vehículos y la importación, exportación y comercialización de equipamientos, accesorios y repuestos de dichos rubros.
Polirrubro
Emanuel G., socio del policía que también usaba el Mercedes Benz con la empresa Distinción SRL, tiene domicilio en barrio Las Delicias de Rosario y es el nexo con el clan Paz. La empresa Paz SRL se creó en 2011 con dirección en zona sur (Savio al 1900) y en sus comienzos estuvo integrada por las hijas de Paz: Mercedes, de 28 años, y Belinda, con su madre Ana María F. Esta empresa se formó con el objeto de trasportar mercaderías, realizar fletes, compra y venta de cereales y animales en pie.
En 2013, a Paz SRL se incorporaron con camiones como patrimonio tres integrantes de la familia G. Por ese tiempo, Paz SRL también comenzó con la instalación y reparación de ascensores y montacargas con una oficina en Humberto Primo 2400, en el barrio porteño de San Cristóbal –también, según este registro, opera en Rosario en la casa de calle Savio–.