El juez concedió hoy la libertad bajo fianza de un millón de dólares al ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, acusado de “acción sexual criminal e intento de violación”, quien deberá cumplir arresto domiciliario con un brazalete electrónico.
La decisión, tomada por un juez de la Corte Suprema estatal luego de que otra magistrada denegara este beneficio anteayer, fue adoptada bajo condiciones muy estrictas: 1 millón de dólares de fianza y garantías de otros cinco millones, retención de documentos, arresto domiciliario en una dirección en Nueva York, además de seguimiento electrónico.
El juez también dijo que Strauss-Kahn debe tener un guardia armado en todo momento pagado de su bolsillo.
La decisión del magistrado fue tomada a contramano del criterio de la fiscalía que planteó que el acusado “tiene buenas razones para huir”, tras analizar que “la salida de la escena del crimen” se produjo de manera “inusualmente rápida”.
Uno de los fiscales señaló durante la vista la propensión de Strauss-Kahn a una conducta criminal impulsiva”.
En la audiencia celebrada hoy, el jurado investigador decidió asimismo acusar formalmente a Dominique Krauss-Kahn de los cargos presentados por la fiscalía, lo que significa que el tribunal encontró suficiente evidencia en el testimonio entregado por la víctima.
Los cargos de los que está ahora formalmente acusado el ex director del FMI son acto sexual criminal, intento de violación, abuso sexual, detención ilegal, contacto forzado. El primero de los cargos puede costarle una pena de hasta 25 años de prisión, informó la cadena estadounidense CNN.
El lunes, la juez de la Corte Criminal había denegado la libertad bajo fianza al por entonces jefe del FMI y lo mandó a la famosa prisión neoyorquina de Rikers Island, donde deberá pasar también esta noche, hasta hacer efectivo el pago de la fianza.
La esposa de Strauss-Kahn, la periodista de la televisión francesa Anne Sinclair y su hija Camille Strauss-Kahn, llegaron hoy al tribunal tomadas del brazo para acompañar al detenido, que acudió a la corte visiblemente agotado y vistiendo una camisa azul, sin corbata y una chaqueta gris.
En tanto, la mujer de 32 años que denunció por violación al político y economista francés testificó ayer por primera vez ante la Justicia.
Aunque no trascendió su declaración, su abogado dijo un rato antes que su defendida nunca consintió una relación, en aparente respuesta a insinuaciones de la defensa de Strauss-Kahn de que se trató de un encuentro sexual de muto acuerdo.
La empleada, una inmigrante de Guinea, en el oeste de África, dijo a la policía que Strauss-Kahn salió del baño desnudo, la persiguió, la forzó a practicarle sexo oral e intentó sacarle su bombacha antes de lograr liberarse y escapar de la habitación.
Investigadores cortaron un pedazo de la alfombra de la habitación en busca de pruebas de ADN, porque creen que podría contener semen del acusado, informaron ayer medios estadounidenses.
Además, los pesquisas estaban examinando la tarjeta electrónica que sirve para abrir las puertas de las habitaciones de hotel para saber si la mucama la usó y cuándo tiempo estuvo adentro.
Antes de que el magistrado tomara la decisión, Jeffrey Shapiro, abogado de la víctima, aseguró hoy que “la idea de que este hombre (Strauss-Kahn) esté en la calle” provoca “una profunda preocupación” a su clienta.
La mujer que denunció a Strauss-Kahn, una inmigrante africana de origen guineano de 32 años, musulmana, viuda y madre de una adolescente, comenzó a trabajar en el hotel en 2007, el mismo año en el que Strauss-Khan tomó las riendas del FMI.
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