Espectáculos

Música y diversidad

Con una ambiciosa propuesta, se pone en marcha sábado y domingo el primer Cosquín Rock virtual

Una atractiva grilla de más de 70 artistas, entre los que se destacan Las Pelotas, Ciro y Los Persas, Los Ratones Paranoicos, los mexicanos de Molotov y León Gieco, entre tantos, cuatro escenarios y transmisión desde once países son algunos de los principales ingredientes de esta vigésima edición


Una atractiva y nutrida grilla de más de 70 artistas, entre los que se destacan Las Pelotas, Ciro y Los Persas, Los Ratones Paranoicos, los mexicanos de Molotov y León Gieco, entre tantos, cuatro escenarios y transmisión desde once países son algunos de los principales ingredientes del primer Cosquín Rock virtual e interactivo, que se llevará a cabo este sábado y domingo desde la plataforma https://cosquinrock.net/.

Los shows musicales, que comenzarán a las 17 el primer día y a las 16 el segundo, y se extenderán hasta cerca cerca de la medianoche, se realizarán en vivo desde los porteños escenarios del Luna Park, La Trastienda y Vórterix; en tanto que también habrá conciertos de bandas internacionales desde España, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Colombia, Chile, Perú, México, Paraguay y Cuba.

En este plano, tal como ocurrió de manera marcada en la última edición del festival realizado en febrero en el Aeródromo de Santa María de Punilla, en Córdoba, la oferta de géneros es amplia y variada, tal como demuestra el hecho de que la actuación de León Gieco se ubique entre las de Trueno y La Joaqui, por citar un ejemplo; o la convivencia en un mismo escenario del reggae de Los Cafres, la música tropical de Damas Gratis, el rock de Airbag y el indie de Él Mató a un Policía Motorizado.

La virtualidad también permitirá una fuerte asistencia de artistas internacionales de primera línea, como la mexicana Julieta Venegas, los uruguayos Cuatro Pesos de Propina y Agarrate Catalina, los españoles Reincidentes, los colombianos Monsieur Periné, los cubanos Toques del Río y los paraguayos Kchiporros, entre otros.

Además, este año y cabalgando entre la Ley de Cupo para mujeres y una mayor apertura estilística, se sumarán las voces de Sara Hebe, Miss Bolivia, Loli Molina (ver aparte), Malena Villa y Zoe Gotusso, entre más.

En tanto, desde The Roxy se realizarán diversas charlas y rutinas cómicas, con la presencia del periodista y escritor Hernán Casciari, los humoristas Guille Aquino y Dalia Gutmann, y el filósofo Darío Sztajnsrajber, entre otros referentes del presente.

La transmisión, que podrá seguirse por la plataforma propia del festival, contará con aplicaciones que permitirán optar entre las distintas cámaras para ver los shows y disfrutarlo en 360; participar de Meet & Greets con artistas y realizar pedidos a espacios gastronómicos, entre otras actividades.

Aunque todavía no se descarta la realización de una edición especial en territorio porteño en noviembre, en caso de que se autoricen los shows en vivo y para celebrar los 20 años del festival, esta primera versión virtual también podría acoplarse a dicha celebración.

Como un buen augurio de lo que puede ocurrir este fin de semana, unas 125 mil personas siguieron el pasado sábado el show Pericos New Friends, que la famosa banda realizó desde La Trastienda, como previa al Cosquín Rock virtual.

La ambiciosa apuesta pretende al menos equiparar las características que hicieron de este festival al más importante que se realiza a nivel local y cuyo éxito le permitió expandirse hacia otros países.

Sin embargo, el futuro de esta nueva modalidad pareciera haber llegado para quedarse, más allá de un eventual regreso de los espectáculos en vivo, tal como anticipó José Palazzo, el organizador del encuentro musical, en una charla con la agencia de noticias Télam en julio pasado, cuando lanzó esta edición virtual.

“Nos transformó el trabajo porque hay que adaptarse a todos los actuales protocolos. Por ejemplo: hay que ajustar los horarios para que las bandas no se crucen entre sí, buscar escenarios. Pero, por otro lado, esto permite reactivar la industria porque cada artista viene con su staff completo”, precisó en otro pasaje de la conversación.

Pero además, aclaró que la plataforma especial inaugurada continuará activa, con publicaciones de antiguos conciertos y como alternativa a los recitales presenciales.

“Para mí la experiencia vivencial es única e irrepetible. No existe nada que pueda reemplazar eso del viaje, planearlo, juntarte con los amigos, hacer un asado, tomarte una birra y luego arrancar hacia el predio. Esto no reemplaza eso, es una alternativa por ahora y luego será un complemento que va a perdurar en el tiempo “, opinó.

Y reflexionó: “Nosotros acá estamos jugando una apuesta fuerte. Apuntamos a un proyecto a largo plazo. Si bien coincide con una situación en la que todos los festivales se reinventan, es toda una experiencia innovadora. No tenemos ninguna previsión. No tenemos antecedentes. Tenemos mucha incertidumbre, muchos planteamientos sobre los que no tenemos certezas. Pero, por otro lado, es un proyecto muy ambicioso en cuanto a su creatividad y, tecnológicamente, tenemos un equipo impresionante”

Loli Molina: “Gracias al feminismo tengo un lugar en el Cosquín Rock”

La cantante, guitarrista y autora Loli Molina, quien de la mano de su cuarto álbum, Lo azul sobre mí, este sábado y desde México formará parte por primera vez del Cosquín Rock en su formato virtual de estreno, atribuyó su presencia en el festival “al movimiento orogénico generado por el feminismo que me dio un lugar allí”.

La referencia de Molina a la ola feminista y a su desembarco en un espacio que está celebrando dos décadas de existencia con tibia apertura a otras sonoridades, remitió a la pelea de las músicas mujeres por la ley de cupo en los festivales.

“Gracias a todo un movimiento orogénico como es el feminismo se me dio un lugar en el Cosquín Rock porque eso llevó a incluir propuestas nuevas y me honra mucho ocupar un lugar en una grilla donde ha estado Divididos”, apuntó Loli durante una entrevista telefónica.

Con Lo azul sobre mí, publicado a fines de 2019 y aún sin presentación formal debido a la pandemia, la artista tomará su actuación sabatina como parte de la singular experiencia a distancia que es la única opción para acercar música a las personas.

“De hecho, también estamos preproduciendo una presentación digital porque el disco nunca se tocó en vivo. Tocar para una cámara –sostuvo– es algo rarísimo por decirlo livianamente ya que el celular como intermediario me parece terrible y es complicado conceptualmente”.

El recelo ante esas herramientas lo disimuló en su canal de YouTube, una eficaz ventana que le permitió mostrar su talento y su estilo como autora y como hacedora de bellas versiones de piezas de Fernando Cabrera, Juan Quintero, Gustavo Pena, Luis Alberto Spinetta o Gustavo Cerati, por citar sólo algunos referentes.

Al respecto, reflexionó en dos sentidos: “Por un lado versionar canciones que me interpelan y me gustan es una gran escuela al pasar por los dedos y las palabras de otros músicos y por el otro me beneficié de elegir cómo mostrarme y de qué manera relacionarme, pero eso no disimula el uso estúpido y vanidoso que se le da a las redes”.

Por estos días de pandemia, la intérprete expande su presencia mundial ya que en julio pasado concretó su primera edición europea (a través del sello Alemán Flowfish) y tocó, dio una clase y respondió preguntas para Sense of Quiet Music Lab en Japón en una actividad que presentó como “poner un primer pie en ese mercado enorme y hacer la antesala de una gira”.

De cara a esas experiencias, Molina ironizó: “Es todo rarísimo porque siento que puedo llevar el patrimonio cancionero argentino a algo muy internacional pero yo estoy en pijama”.

Enseguida atribuyó el impacto de Lo azul sobre mí a que “es un disco que se hizo con mucha atención, mucho amor, mucho profesionalismo y muchas ganas. Y aunque pueda ser conceptual, no es críptico, tiene una profundidad simple”.

Más allá de esas auspiciosas señales, balanceó: “Tengo que procesar todo el trabajo perdido este año y tengo que repensarme. No sabemos cuándo vuelven los shows y menos aún los shows redituables porque un recital con el 30 por ciento de la capacidad no le sirve a nadie”.

Radicada en México desde 2016, “por una relación de pareja que tenía este lugar para germinar”, según reveló, Molina aseguró, de todas formas: “Sigo reconociéndome en la tremenda tradición argentina de compositores y guitarristas”.

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