El Ciudadano
Los docentes de Amsafé se encaminan a un nuevo paro. En las escuelas de los departamentos Rosario y La Capital, que reúnen a la mayor cantidad de afiliados, solo se votaron mociones de rechazo a la última propuesta salarial de la provincia. Este viernes, en asamblea provincial, el sindicato anunciará nuevas medidas de fuerza para la semana próxima.
La huelga docente es inevitable. En las dos principales seccionales de la provincia solo se presentaron mociones de rechazo a la propuesta del gobierno con paros de 48 o de 72 horas. Resta definir, una vez que la asamblea realice el recuento de votos de toda la provincia, la cantidad de días y la modalidad de las medidas de fuerza.
En la delegación Rosario, los docentes de Amsafé votaron entre miércoles y jueves por tres mociones. La primera propone un paro de tres días la semana que viene (26, 27 y 28) y otro también de tres días para el 3, 4 y 5 de abril. La segunda es un paro de 48 horas el martes 26 y miércoles 27 y otro similar el 3 y 4 de abril, en caso de no haber una nueva propuesta salarial del gobierno. La tercera también promueve paros semanales de 72 horas.
En tanto, en la delegación La Capital los afiliados de Amsafé eligieron entre dos opciones, ambas con medidas de fuerza. La primera implica un paro de 48 horas (26 y 27) con movilización provincial el 26 de marzo junto a otros sindicatos provinciales y, en caso de no haber una nueva propuesta, otro paro de 48 horas los días 3 y 4 de abril. La segunda moción promueve paros de 72 horas semanales los días 26, 27 y 28 de marzo y también los días 3, 4 y 5 de abril, con movilizaciones regionales y una marcha provincial hacia la Casa Gris.
Por su parte, los dirigentes del Sadop –el gremio de los docentes privados– también se fueron disconformes de la última reunión paritaria y decidieron convocar a sus delegados a una reunión que se realizará este viernes en la cual se decidirán si aceptan o no la última propuesta salarial de la provincia.
El descontento de los sindicatos docentes está vinculado a las características de la oferta oficial, que consiste en un aumento salarial del 10% con cláusula de ajuste por inflación sujeta a la evolución de la recaudación. Los gremios pretenden que la cláusula gatillo de implemente sin limitaciones, tal como ocurrió en las paritarias de 2018.
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