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Con pescado y sin conflicto

Los fileteros levantaron el paro que cumplían desde la semana pasada por reclamos salariales luego de que ayer mediara en la negociación con el sector empresario la viceministra de Trabajo de la Nación.

El Sindicato de Obreros de la Industria del Pescado (SOIP) y las cámaras empresarias del sector alcanzaron ayer en el Ministerio de Trabajo de la Nación un acuerdo salarial, por lo que el personal levantó la protesta y el bloqueo total del puerto de la ciudad de Mar del Plata.

Bajo la supervisión de la viceministra Noemí Rial, las partes convinieron un 18 por ciento de mejora retroactiva al 1º de marzo –12 remunerativa y 6 no remunerativa– y otro 12 por ciento –6 en julio y el mismo porcentaje en noviembre– remunerativa.

El conflicto mantenía paralizadas las actividades en esa ciudad atlántica, lo que en un momento amenazó con poner en riesgo la producción y abastecimiento del producto durante Semana Santa.

El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, había instruido por la mañana a varios ministros para que profundizaran “las acciones tendientes a destrabar el conflicto” pesquero.

El jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, y los ministros Oscar Cuartango (Trabajo), Ariel Franetovich (Asuntos Agrarios) y Eduardo Camaño (Gobierno) mantuvieron contactos con el gobierno nacional y los representantes de las cámaras y el gremio del sector en procura de hallar una salida definitiva al problema.

Los sindicalistas y directivos de las empresas destrabaron finalmente el conflicto que desde la semana anterior habían declarado los fileteros en procura de un incremento de los haberes, luego de la inmediata intervención de la viceministra Rial.

La huelga y el bloqueo del puerto marplatense se aplicaron durante varios días, no obstante la conciliación obligatoria dictada por Trabajo de la Nación, e incluyeron cortes a los principales accesos del puerto, donde se impidió el ingreso y egreso de camiones que transportan el producto a las plantas.

Las  existencias

Carlos Caputo, empresario pesquero, dueño de barcos y de la pescadería Ostramar, afirmó que fue “perjudicado” por el paro. “Tengo 60 mil cajones en los barcos y en banquina que no se pueden cargar en los camiones”, señaló visiblemente molesto por el conflicto que no se destraba.

La tradicional pescadería marplatense, no obstante tenía stock para hacer frente a la demanda de Semana Santa, en la que es habitual la compra de merluza.

El kilo de merluza sin espinas es vendido a 34 pesos, el lenguado a 52 pesos; calamares enteros, 22 pesos; y el bacalao noruego a 180 pesos el kilo.

En tanto, la pescadería Nápoli, otra fima abastecedora, ya no tenía existencias de filet de merluza que es la especie más demandada por el consumidor.

En Buenos Aires, la pescadería San Cristóbal, de Independencia y Entre Ríos, no pudo realizar el pedido de mercadería porque no se lo tomaron, según explicó el dueño. Gabriel, como se identificó, señaló que el último precio al que vendió la merluza fue a 32 pesos el kilo y evaluó que “los precios ahora van a subir”.

Sostuvo que el “congelado está en bloques de seis kilos y sólo sirven para comercializar a algún restaurante”.

El conflicto

El 13 de abril, el Sindicato de Obreros de la Industria del Pescado , liderado por Cristina Ledesma, decidió no acatar la conciliación obligatoria con el Ministerio de Trabajo nacional y amenazó con nuevas medidas de fuerza. Desde ese momento llevaron adelante medidas de fuerza que afectaron directamente el suministro de pescado y que amenazó con dejar sin stock a las pescaderías de buena parte del país.

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