Edición Impresa

Con nuevo canje creen que la adhesión llegará al 95%

Algunos de los tenedores de bonos de la deuda en default no son buitres.

La segunda reapertura del canje anunciada por el gobierno nacional hizo correr todo tipo de especulaciones entre los analistas y bancos de inversión de Wall Street respecto de la aceptación que tendría esta movida. Algunos hasta se animaron a dar estimaciones concretas, pese a que ni siquiera se conocen las características que tendrá este nuevo ofrecimiento. Según Bulltick Capital, una entidad que maneja inversiones en mercados emergentes, “la tasa de participación en la transacción podría agregar un par de puntos, elevando la tasa de aceptación total al 95 por ciento”.

Para el gobierno es importante conseguir toda la masa crítica posible para disminuir los posibles juicios en contra que seguirán tras el fallo favorable obtenido por los bonistas en Nueva York. En la medida que queden menos holdouts, menor será la cantidad de títulos que podrán ser utilizados para futuros juicios. Según las estimaciones, detrás del actual juicio del fondo NML podrían seguir otras demandas por 25.000 millones de dólares por la deuda impaga.

En general, el anuncio fue tomado de manera hasta escéptica por el mercado por una razón de pura lógica: si un inversor no quiso entrar en los dos canjes anteriores, ¿por qué querría hacerlo en esta oportunidad?

La respuesta es que, en realidad, en los últimos meses hubo varios fondos que manejan deuda de alto riesgo que compraron bonos argentinos en default a precios que no superan los 30 dólares. “Según nuestras estimaciones –indicó Alberto Bernal, de Bulltick–, el valor de los títulos que se entregarían en un canje similar al de 2010 se aproxima a los 51, con lo cual el negocio es muy importante para aquellos que compraron recientemente deuda en cesación de pagos”. Otras estimaciones, como la realizada por la consultora ACM, son un poco más optimistas, ya que sitúan ese valor en alrededor de 55 dólares.

Lo que está detrás de este razonamiento, por lo tanto, es que no todos lo que poseen bonos argentinos en default son necesariamente fondos buitre que quieren litigar, sino también otro tipo de inversores especulativos que compraron bonos recientemente a precios más que convenientes.

Si bien el gobierno ya presentó al Congreso un proyecto para suspender la vigencia de la ley cerrojo, con lo que quedaría todo habilitado para reabrir el canje, aún no se conoce cuál será la propuesta concreta por parte del Ministerio de Economía. Sí está bastante claro que a diferencia del canje anterior sólo se ofrecerán títulos bajo ley local, por lo que sería imposible ofrecer el Global 2017, que fue emitido exclusivamente con ley de Nueva York. Aquel título se utilizó para pagar los intereses que se habían acumulado entre el primero y el segundo canje. También se supone que los inversores que entren en la operación recibirán cupones PBI, pero sin los pagos acumulados en los últimos años.

Pero los ojos del mercado también están puestos en el “otro” canje, es decir el de títulos emitidos bajo ley Nueva York por otros con ley argentina. En este caso, hay bastante escepticismo sobre la voluntad de los tenedores de resignar legislación. El principal temor que se esgrimía está relacionado con una posible pesificación de la deuda emitida en dólares pero que se rige por ley local.

El lunes la presidenta Cristina Fernández buscó llevar tranquilidad a los inversores al confirmar que la cancelación de 2.000 millones de dólares en Bonar VII (bono con ley local) se realizará el 12 de septiembre con divisas.

Claro que el pago más importante que tiene por delante el gobierno de un bono emitido bajo ley nacional es en octubre de 2015, cuando vencen 6.000 millones de dólares (entre capital e intereses) del Boden 2015. Por tratarse de un monto tan elevado, y teniendo en cuenta la caída de reservas que se espera para ese entonces, crecen las especulaciones sobre la posibilidad de un pago pesificado, es decir en moneda local según el tipo de cambio oficial.

Comentarios